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Alberto de Mónaco y Carolina de Mónaco posan para una foto, una de ellas lleva gafas y bufanda morada, mientras que la otra tiene una expresión sonriente.
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Saltan las alarmas en casa de Alberto de Mónaco por su hermana Carolina

La princesa de la saga Grimaldi pone en alerta al clan con algo totalmente inesperado

La familia real europea suele brillar por su elegancia y tradición, pero también esconde conflictos personales. Carolina de Mónaco y su hija Alexandra de Hannover están en el centro de una sonada polémica tras la hospitalización de Ernesto de Hannover, esposo y padre de ellas, respectivamente. A diferencia de lo esperado, ambas mantienen distancia y continúan con sus actividades sin mostrar preocupación pública, lo que ha generado muchas dudas.

Distancia marcada por años de tensiones

Desde hace tiempo, Carolina y Ernesto llevan vidas separadas. La ruptura física data de 2009, tras años de desencuentros y “nunca se entendieron”, según prensa francesa. La psicóloga Lara Ferreiro interpreta esta distancia como una defensa emocional frente a heridas no resueltas.

Dos personas mayores, una con cabello despeinado y camisa azul, la otra con un tocado elegante y vestido adornado.
La distancia entre Ernesto de Hannover y Carolina de Mónaco es patente | elcierredigital.com, Europapress

Un mecanismo de protección emocional

Ferreiro explica que “tanto Carolina de Mónaco como su hija Alexandra siguen una línea emocional sin cicatrizar”. La frialdad que muestran esconde “una grandísima herida emocional no resuelta”, un mecanismo de defensa común en familias con traumas. La experta subraya que el glamour de las dinastías europeas suele ocultar realidades dolorosas y conflictos familiares.

El impacto del pasado de Carolina en Alexandra

La princesa ha vivido episodios complicados relacionados con las polémicas de Ernesto. Uno de los más recordados fue el llamado “paseíllo de la vergüenza” en una boda real, cuando Ernesto apareció en estado inconveniente. Ferreiro apunta que “el trágico pasado de Carolina ha perpetuado relaciones dañinas y conductas tóxicas” que afectan también a su hija.

Primer plano de Carolina de Mónaco muy sonriente.
La relación de Carolina con su exmarido podría condicionar a su hija | Europa Press

La desconexión de Alexandra con su padre

Alexandra mantiene una relación prácticamente nula con Ernesto desde hace años. “Ver cómo su madre sufre por su padre hace que se aleje de él como mecanismo de defensa”, señala la psicóloga. Este distanciamiento es consciente y ha marcado el rumbo de su vida.

La lucha interna de Alexandra

Con un carácter reservado, Alexandra es la más desconocida de los hijos de Carolina. A diferencia de sus hermanos, enfrenta un duelo distinto: el abandono y la ausencia de su padre. Lara Ferreiro dice: “Ernesto de Hannover es un progenitor ausente y conflictivo y eso como hija te genera mucho dolor”.

Alejandra de Hannover con un vestido rojo y una acreditación colgada en el cuello está de pie frente a un coche de carreras en un garaje.
Alexandra de Hannover, alejada de su padre | Instagram, @alex.hanover

Un cambio simbólico y ruptura familiar

Cuando cumplió 18 años, Alexandra renunció a su fe protestante para abrazar el catolicismo, rompiendo con la dinastía Hannover. Esta decisión la dejó fuera de la línea de sucesión al trono británico, a diferencia de su padre y hermanos mayores. Ferreiro afirma que este distanciamiento es producto de “trauma acumulado y una memoria emocional negativa marcada por la ausencia”.

Un futuro incierto y doloroso

La psicóloga advierte que Alexandra enfrenta una lucha constante entre el dolor por la salud de su padre y el resentimiento acumulado. “Es una situación agotadora, especialmente para una joven de apenas 25 años”, explica. El fallecimiento de Ernesto podría desencadenar una profunda crisis emocional y de identidad para ella.

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