
Carlos III da la orden que menos esperaba Buckingham Palace: es ya oficial
El monarca británico da un giro de timón de forma súbita que deja mudo al Palacio
En Buckingham Palace se ha desatado una verdadera crisis que ha obligado al rey Carlos III a actuar con rapidez. Pese a seguir con su tratamiento contra el cáncer diagnosticado a inicios de 2024, el monarca no ha dejado de supervisar los asuntos importantes de la residencia real. Esta vez, su atención se centró en un grave problema estructural que pudo haber generado daños millonarios.
Un problema que pasó desapercibido durante años
Una exempleada de limpieza, Anne Simmons, reveló en una entrevista que Buckingham enfrentaba obstrucciones constantes en sus tuberías. El origen del problema eran las toallitas húmedas, incluso las consideradas biodegradables, que durante años causaron daños en las cañerías del palacio. Un informe técnico encargado por el rey confirmó que el problema no era puntual, sino consecuencia de un mantenimiento deficiente y uso inadecuado.

Prohibiciones para proteger el palacio
Para frenar el daño, Carlos III prohibió de manera estricta el uso de toallitas húmedas dentro del palacio. Esta medida forma parte de un plan mayor que busca equilibrar el respeto por la tradición con la sostenibilidad y el cuidado del edificio. Aunque el rey siempre ha mostrado compromiso ecológico, esta revelación muestra un lado poco conocido de la gestión interna del palacio.
Más cambios en el ambiente del palacio
La entrevista también destacó otra sorpresa: la prohibición de velas aromáticas en los espacios cerrados. Carlos III considera que las partículas que estas emiten deterioran la calidad del aire y decidió eliminarlas para mantener limpio el ambiente del palacio y proteger la salud de todos. Este cuidado minucioso refleja su estilo de gobernar, enfocado en los detalles más pequeños.

Rutinas y exigencias del rey
Las estrictas rutinas del rey no terminan ahí, se ha filtrado que Carlos III es minucioso y exigente en sus demandas. El monarca ha exigido que sus mayordomos coloquen exactamente 2,5 centímetros de pasta dental en su cepillo cada mañana. Además, exige también que su pijama esté siempre planchado y que los cordones de sus zapatos estén perfectamente arreglados.
Un baño con protocolos
Cada mañana, Carlos III toma un baño con una temperatura cuidadosamente regulada. La toalla debe estar colocada sobre una silla específica para facilitar el secado sin esfuerzo. Ningún detalle queda al azar en la vida diaria del monarca.

Una monarquía en tiempos difíciles
La familia real británica atraviesa momentos complejos con escándalos, enfermedades y tensiones internas. En este contexto, Carlos III quiere marcar la diferencia cuidando incluso lo invisible. Su objetivo es preservar la imagen y la estabilidad de Buckingham, evitando que un descuido ponga en riesgo uno de los símbolos más importantes de la corona británica.
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