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Montaje de fotos de primer plano de Mary de Dinamarca y Federico de Dinamarca, ambos con rostro serio.
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El rey Federico y Mery de Dinamarca se van: ha llegado el momento y quieren hacerlo

Federico y Mary de Dinamarca se toman un respiro tras coincidir en que este es, por fin, el momento ideal para hacerlo

El rey Federico y la reina Mary de Dinamarca han dado inicio a su tradicional descanso estival, y dentro de unos días se trasladarán a Gråsten, al sur de Jutlandia. Se trata de una costumbre profundamente arraigada en la familia real danesa, que año tras año marca una pausa en la agenda oficial. El matrimonio ha cumplido así con una tradición que los une a generaciones anteriores, y que conserva su valor simbólico.

Este será el segundo verano que Federico y Mary pasan en Gråsten como monarcas, después de su ascenso al trono en enero de 2024. El pasado año lo compartieron con la reina Margarita, quien, tras su abdicación, continúa participando en este retiro familiar. La residencia, situada en una zona tranquila y frondosa, les ofrece el entorno adecuado para disfrutar de unos días en privado, lejos de la vida palaciega de Copenhague.

Pareja sonriente vestida de manera elegante -formada por Mary de Dinamarca y Federico de Dinamarca- en un evento al aire libre acompañada por un hombre con uniforme militar.
Federico y Mary de Dinamarca en Gråsten, en su primer verano como soberanos | Instagram, @detdanskekongehus

El palacio de Gråsten, que está rodeado de jardines y del lago Slotssø, ha sido durante décadas un punto de encuentro para la familia real durante el verano. Desde que fue recibido como regalo de bodas por el rey Federico IX e Ingrid en 1935, ha sido testigo de veranos familiares, encuentros protocolarios y paseos al aire libre. Federico y Mary han mantenido esta costumbre, reforzando su papel como herederos de la historia de la monarquía.

El regreso estival del rey Federico y la reina Mary a Gråsten

La llegada de los reyes a esta localidad danesa cambia por completo el ritmo del lugar. Durante julio, la presencia real se convierte en un acontecimiento que vecinos y visitantes reciben con entusiasmo. El desfile de la Guardia Real, los saludos espontáneos y los pequeños gestos con los ciudadanos hacen visible el vínculo entre la corona y la sociedad.

Aunque el palacio permanece cerrado durante la estancia real, los jardines se abren en fechas señaladas. Este espacio, muy valorado por los daneses, destaca por los reflejos del palacio en el lago, las esculturas florales y los setos bien cuidados. Mientras tanto, los reyes disfrutan de su descanso en un entorno lleno de historia.

Una pareja sonriente -formada por Mary de Dinamarca y Federico de Dinamarca- saluda con la mano levantada desde la entrada de un edificio mientras una persona de fondo los observa.
Los reyes de Dinamarca durante su estancia veraniega en Gråsten | Instagram, @detdanskekongehus

Federico y Mary preservan una tradición simbólica de la corona

Para Federico y Mary, este traslado representa no solo una tradición arraigada, sino también un momento especial dentro del calendario oficial. Aunque no se espera que participen en actos públicos durante su estancia, su presencia tiene un fuerte peso simbólico. Cumplir con esta tradición consolida su compromiso con el legado real y con la cultura danesa.

Con esta escapada, los reyes siguen el mismo patrón marcado por sus antecesores, reafirmando la continuidad y la estabilidad de la monarquía. Esta permanencia en Gråsten, respetuosa con la historia, se ha convertido en una forma de ejercer la realeza de manera cercana y coherente. Su regreso a Copenhague marcará el fin de una etapa veraniega que, año tras año, fortalece el vínculo entre los reyes y su país.

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