
El rey Carlos III, en vilo por culpa de la dolorosa decisión del príncipe Harry
El hijo menor de Carlos III contempló renunciar a algo muy importante en la Familia Real a favor de su madre
El príncipe Harry volvió a sacudir los cimientos de la monarquía británica al considerar un cambio radical en su identidad. Según el Daily Mail, el hijo menor del rey Carlos III pensó en dejar de usar el apellido Mountbatten-Windsor. Su intención era adoptar el apellido Spencer, en honor a su madre, la princesa Diana.
Durante una visita a Londres en junio de 2023, Harry se reunió con su tío Charles Spencer para hablar del tema. El conde de Spencer lo escuchó con empatía, pero le recomendó no seguir adelante con el cambio. Le advirtió que los obstáculos legales serían numerosos y difíciles de superar.

El peso simbólico del apellido Mountbatten-Windsor
Mountbatten-Windsor combina los apellidos de la reina Isabel II y el príncipe Felipe, y representa el linaje oficial de sus descendientes. Pero Harry estuvo a punto de renunciar a estos y usar el apellido de su madre.
Recomendado por su tío, Charles Spencer, acabó quitándose la idea de la cabeza. Y es que este le indicó que, si acababa llevando a cabo su idea, podría tener muchos problemas a lo largo de su vida.
Y es que no solo él lleva los apellidos, los hijos de Harry y Meghan lo tienen en sus certificados de nacimiento. Cambiarlo significaría cortar públicamente su vínculo con la Casa Real.
Un golpe emocional para el rey Carlos III y la Corona
Esta decisión habría sido un duro golpe emocional para el rey Carlos III, en plena lucha contra el cáncer. Aunque él y Harry han mantenido algún contacto, la distancia entre ellos sigue siendo profunda. Y este gesto podría haber marcado un punto sin retorno en su relación.

Harry ha mostrado en varias ocasiones su malestar con la institución monárquica y sus dinámicas internas. Desde su mudanza a California, ha intentado construir una nueva vida junto a Meghan Markle y sus hijos. El apellido Spencer representa para él un símbolo de libertad e identidad personal.
Para la familia real, este movimiento es más que simbólico: pone en duda la unidad de la Corona. Los expertos señalan que, aunque el cambio no se concretó, el simple hecho de considerarlo refleja el nivel de ruptura. La reconciliación, por ahora, parece más lejana que nunca.
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