La historia de traiciones entre María del Monte, Isabel Pantoja y Encarna Sánchez
Fue gracias a la promoción que hizo la locutora del disco 'Cántame' como la cantante sevillana llegó al éxito
La reciente entrevista de Jordi Évole a la cantante María del Monte sobre su disco histórico 'Cántame' devuelve a la actualidad los motivos de la ruptura del trío de amistad junto con Isabel Pantoja y frente a Encarna Sánchez. En palabras de la coplera sevillana, asegura que no tiró la toalla en sus inicios en la música gracias a un encuentro con Rocío Jurado, en el que esta le animó a seguir.
Sin embargo, Juan Luis Galiacho y Pedro Pérez cuentan en su libro Encarna en carne viva la verdadera historia de la escalada al éxito de María del Monte y los motivos del fin de su triángulo de amistad con Encarna Sánchez e Isabel Pantoja, que ahora recoge elcierredigital.com.
La verdadera historia de Encarna, la Pantoja y Del Monte
En el mes de junio de 1995 el cáncer que padecía la mítica locutora Encarna Sánchez se complicó aún más. Dio la cara con mayor virulencia. Encarna presentaba ya metástasis suprarrenal derecha. Fue el propio doctor Santos, su oncólogo, quien le recomendó que se fuera de vacaciones. Necesitaba descansar. Encarna le hizo caso por fin y una vez terminadas las sesiones de radioterapia se marchó a Marbella.
Allí, en la capital de la Costa del Sol había estrenado escasos días antes su nueva casa “La Gaviota”, en una zona privilegiada de Los Monteros. Fue en esos días cuando la revista Diez Minutos publicó un scopp en su portada: “La Pantoja y María del Monte, juegos y mimos en la playa”. Allí se veía una foto en la que la cantante María del Monte pateaba el trasero de Isabel Pantoja. Un reportaje que fue comprado por esta revista a los paparazzis Diego Antonio Arrabal y Jorge Ogalla por seis millones de pesetas. También la revista Lecturas compró otras imágenes similares, pero en un tono más formal. Este semanario publicó en ese mismo mes de agosto un reportaje en su portada con el titular: “Isabel Pantoja y María del Monte paseando por la playa”.
Ese fue el hundimiento definitivo de Encarna Sánchez. A partir de entonces, la locutora se apagó completamente. Se vino abajo de una manera drástica. No soportó esa humillación pública. Contaba Josefina Calle, su por entonces ama de llaves que estaba en Marbella acompañándola, que la locutora no podía entenderlo. No daba crédito. Ella, que había luchado tanto por salvaguardar su intimidad y su vida privada. Que había protegido a Isabel a capa y espada. Que había pagado con su dinero la ocultación de fotos y cintas. Que se había enfrentado a los medios de comunicación por ella. Y que se estaba muriendo, según ella, por esos disgustos ocasionados… Ahora veía que su esfuerzo no había servido de nada…
“No puede ser… Isabel junto a María del Monte en varias revistas... no me lo creo…no…no…eso no se me hace a mí…”. Encarna balbuceaba y lloraba desconsolada. Paseaba descontrolada de habitación en habitación por su nueva casa marbellí. No paraba de dar vueltas por ‘La Gaviota’ con la revista de 'Diez Minutos' en la mano. Y solo decía en voz alta: “….Por qué a mí …Por qué esto a mí… porqué… si la he tenido como a una reina … le he dado todo… No…no me lo merezco… no me lo puedo creer… además, solo pensar que a María del Monte le di yo la oportunidad de cantar en mi programa… me vuelvo loca …no me lo merezco…no…”. Efectivamente, Encarna tenía razón. Podía sentirse traicionada.
'Cántame' de María del Monte en el programa de Encarna
Corría el año 1988 cuando en los estudios de Cope en la capital de España se presentó una mujer joven, de 26 años, con su guitarra al hombro. Era María del Monte Tejado Algaba, nacida en Sevilla un 26 de abril de 1962, conocida artísticamente como ‘María del Monte’. La chica pedía una oportunidad. Quería que la dejaran cantar para que toda España se enterara de lo que valía. Recuerdo perfectamente lo vivido aquel día. Me llamaron desde la recepción de Cope indicándome que había una joven que quería ver a Encarna. Fui a recibirla. Tras escucharla en una salita me dirigí al despacho de Encarna para contarle lo sucedido. La locutora me dijo que la hiciera pasar a su despacho.
Nada más recibirla y saludarla le dijo: “…chica…cántame algo…”. Y aquella joven, con atrevimiento y desparpajo, le cantó su conocida canción “Cántame”. Algo vio Encarna en aquella joven sevillana que de entrada le ensimismó. La locutora tenía ese don de saber con prontitud quién era bueno o quién no en la carrera artística. Una habilidad que le venía de su infancia. Jamás olvidó sus orígenes, aquellos que le llevaron de festival en festival con el fin de intentar ser una gran artista bajo el nombre de “Encarnita de Almería”. Por eso, quizá, vio de pronto algo en aquella joven sevillana. Y no tardó en decirme: “… Pedruski, que esta misma tarde venga al estudio y actúe en directo…”. La canción “Cántame” se convirtió desde ese momento en todo un éxito en el mundo de las sevillanas. Encarna le dio la notoriedad.
Por eso, ahora no paraba de atormentarse. Su buena memoria le gastó una mala pasada en aquellas fechas. Su cabeza, “bien puesta siempre”, no paraba de dar vueltas. “Cómo es posible… Isabel y María del Monte … María del Monte e Isabel…eso no puede ser verdad…no… “. Poco a poco se consumía en su interior. No lo podía soportar. Cómo era posible que dos personas a las que había ayudado le hicieran eso. Consideraba que era una traición en toda regla. Otra más en su vida, que ya se apagaba lentamente.
Esas fotos fueron el detonante de la ruptura total y abrupta entre Encarna e Isabel. A partir de ahí, se acabó. Era el final de una etapa de cinco años de una estrecha amistad. Se pasó desde ese día del todo a la nada. De una relación íntima y personal que comenzó a finales de noviembre de 1990, en un plató de televisión, a una guerra brutal iniciada en agosto de 1995 con la publicación de esas fotos en la playa gaditana de Caños de Meca. Precisamente en un lugar que le traía grandes recuerdos, como también malos momentos en su vida. Allí, en esa playa, se hicieron las fotos de Encarna con Isabel en bikini, que la comunicadora tuvo que comprar por tres millones de pesetas a la revista Hola.
Y también el lugar donde Encarna acudió “a salvar” a Isabel de las exigencias del productor José Luis Moreno, con un duro enfrentamiento añadido. Por eso no lo entendía. “… cómo es posible eso… en Caños de Meca…. la playa favorita de Isabel… nunca se lo perdonaré…lo que me han hecho estas dos pedazos de sinvergüenzas nunca se lo voy a perdonar…nunca jamás… ”, gritaba desconsolada la locutora. Y así fue.
En el mes de septiembre, a la vuelta de esas dolorosas vacaciones, con el cáncer también creciendo, la comunicadora almeriense comenzó la que sería su última temporada en la radio. La vi descentrada y pérdida. Hundida. Sin rumbo alguno. No olvidaba esas fotos. Las tenía en su retina de forma permanente. El paso del tiempo no amortiguaba su dolor interno.
Así, un día del mes de noviembre de 1995, Encarna invitó a una comida en el restaurante Portobello, situado muy cerca de la plaza Castilla de Madrid, a las componentes de su conocido espacio “Mesa Camilla”. Allí estaban Maruja Díaz, Paquita Rico, Mari Carmen Yepes y Carmen Jara. Necesitaba divertirse. Olvidar todo. Pero a los postres, Maruja Díaz vio una foto que se encontraba colgada en el salón del local.
Encarna destruye la foto de Pantoja y del Monte juntas
Era precisamente una fotografía de Isabel Pantoja y María del Monte. Las dos juntas. “Marujita” descolgó la foto de la pared y la depositó, con el marco incluido, sin decirle nada, dentro del bolso de la locutora. Al abandonar el restaurante, ya en la calle, Encarna abrió su bolso y se encontró la foto. La hizo pedazos. La destrozó y luego la pisoteó. Miró fijamente a Maruja Díaz y lanzó como una especie de maldición contra Isabel: “…Nunca serás tan feliz como lo fuiste a mi lado…”. La mirada atónita de las integrantes de la “Mesa Camilla” servía de atrezzo a esta insólita y triste situación.
Y fue la abrupta ruptura entre Isabel Pantoja y Encarna Sánchez lo que hizo que Nuria Abad volviera a la actualidad. La joven catalana, que había estado en un segundo plano, en la sombra, por deseo expreso e impuesto por Isabel, recuperó otra vez un lugar preferente en la vida de la locutora. Nuria acababa de regresar de sus vacaciones de Nueva York. A su llegada se encontró con todo el pastel. A partir de ese instante, nunca más dejaría de estar ya fija en la vida de Encarna Sánchez, a la que acompañó hasta su muerte día tras día.
Fallecida Encarna, y con el paso de los años, tanto Isabel Pantoja como María del Monte han protagonizado y liderado los actos organizados con motivo del Orgullo LGTBI. La cantante de sevillanas lo hizo en el pregón de la ciudad hispalense en junio de 2022. No tuvo reparo, 27 años después de esas famosas fotografías, en afirmar que “quiero que sepáis antes de bajarme de aquí, que soy una persona más de todos los que estamos aquí y de todos los que forman parte del mundo. Por supuesto, que tengo el amor de mi vida, he tenido la suerte de dar con ella, Inmaculada Casal. Si quiere subir que suba y si no, que no lo haga”. E Inmaculada subió al escenario. Se fundió en un largo beso con María del Monte bajo el amparo de la bandera arcoíris.
Mientras que su examiga Isabel Pantoja lo hacía en la gala de “Mister Gay 2022”, celebrada el 8 de julio de 2022 en la plaza de España de Madrid. Allí tampoco tuvo reparo alguno en pronunciar unas palabras muy relevantes y significativas, que Encarna nunca oyó : “Vuestro orgullo es mi orgullo. Yo también soy una más de ustedes, que lo sepáis. Por y para siempre… Viva el colectivo LGTBI”.
En agosto de 1995, con el agua del mar como testigo, Isabel Pantoja y María del Monte, dos estrellas de la canción española, como lo fue Rocío Jurado, sellaron su amistad con unas fotografías. Ocho meses después de su publicación, Encarna Sánchez moría triste, dolida y resentida. Veintisiete años después, María del Monte e Isabel Pantoja unían de nuevo sus pensamientos bajo la bandera arcoíris.
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