La historia desconocida de Charo Palacios, la condesa de Montarco, y su hija Alejandra
Charo Palacios fue amiga de Juan Carlos I y se casó en 1968 con el conde Eduardo de Rojas.
El libro King Corps (Los Libros del K.O.) de David Fernández y José María Olmo ha puesto negro sobre blanco en uno de esos rumores que durante años se escuchaban en los círculos más exclusivos. El que atribuye a Juan Carlos I la paternidad de una famosa aristócrata, al margen de otras supuestas paternidades que se le han señalado como la de Albert Solá o la de Ingrid Sartiau, de las que elcierredigital.com ha informado ampliamente.
Pilar Eyre, en una entrevista con Risto Mejide en 2017 y en su libo Yo, el Rey (2020), ya apuntó datos en este sentido sin profundizar en el nombre de la presunta hija. Ahora, los citados periodistas sí le ponen nombre a la presunta hija extramatrimonial, Alejandra, y dan pistas suficientes como para que sea fácil conocer su apellido.
Elle y OKDiario han sido los primeros en hacerlo. Era obvio que todos pensaban en Alejandra de Rojas, hija de Charo Palacios, uno de los grandes iconos de la moda en España. Pero pruebas solventes de ello no hay ninguna a día de hoy, tanto es así que el rey emérito, en declaraciones al diario El Mundo, ha asegurado que "no es verdad que tenga una hija" llamada Alejandra. ¿Pero quiénes son éstas dos aristócratas vinculadas a la moda y al glamour, que ahora se ven envueltas en el escándalo?
Una pionera en la moda
Charo Palacios falleció el 25 de noviembre de 2016 a los 79 años. La condesa consorte de Montarco fue una de las primeras españolas en triunfar en el mundo de la moda a nivel internacional. Fue la primera maniquí española con repercusión internacional. Un puesto en el que rivalizó con Naty Abascal. Una mujer a la que le unirían varias cosas.
En este país, en sus años de juventud, estrechó lazos con Juan Carlos de Borbón, llegando a convertirse en una de sus grandes amigas. La Familia Real española vivía por entonces en el exilio en la ciudad lusa de Estoril. A pesar de que era dos años mayor que el rey emérito, entabló rápidamente amistad con el ‘hijo de los Barcelona’, como se les conocía.
A tanto llegó su vinculación personal que formó parte de la lista de invitados “de Portugal” al enlace en Atenas entre Juan Carlos de Borbón y Sofía de Grecia el 14 de mayo de 1962. Una boda destinada a cambiar la historia de la dinastía Borbón.
Charo ya por entonces hacía sus pinitos en el mundo de la moda. Había conocido al joven modisto cordobés Elio Berhayer. El diseñador que revolucionó la moda española conoció a Charo trabajando en la embajada turca en España, un trabajo que no le gustaba especialmente. Así que se ofreció a desfilar para él y en su debut lo hizo fatal. Sin embargo, el modisto vio el potencial que había en ella y no dudó en convertirla en su musa. Junto a las hermanas Naty y Ana María Abascal se la llevó a Nueva York para desfilar en el pabellón español de la Exposición Universal de 1964 que tuvo lugar en la ciudad de los rascacielos.
"A mí me gustaba, desde muy joven, llevar una vida independiente, vivir sola y trabajar, cuando en esa época ninguna señorita trabajaba", explicaba Charo en una entrevista en ABC. La modelo ya era por entonces muy dicharachera y algunos incluso la bautizaron como 'la fantástica'.
La modelo y el conde
Sin embargo, la carrera de Charo Palacios en la pasarelas finalizó cuando conoció al amor de su vida, Eduardo de Rojas, conde de Montarco, empresario y fundador de la Falange. Él era viudo y tenía 59 años y ella tenía 32 años. Para evitar el escándalo en la cerrada sociedad de la época, se casaron en Lisboa en 1968.
Alejada ya de la moda cambió su nombre artístico y pasó a llamarse Charo Montarco. En los años 80 se dedicó a la organización de cruceros junto a la periodista Mari Cruz Soriano, la locutora que sustituyó a Encarna Sánchez tras su muerte en los micrófonos de la Cadena COPE.
La primera mujer del conde fue María Pardo de Villena, hija de los duques de Arévalo del Rey. Este matrimonio tuvo cuatro hijos: Blanca, Juan Manuel, Fernando y Ana. El matrimonio entre Eduardo de Rojas y Charo Palacios también tuvo descendencia. En 1969 nació Julio, el menos mediático de la familia y en 1979, Alejandra de Palacios. Heredera, según la prensa, de la elegancia de su madre y de su relación con el mundo de la moda. Eduardo de Rojas falleció en 2005 a los 96 años de edad.
Dos años antes de fallecer el aristócrata, Charo tuvo un accidente en 2003, al llegar a casa, tras un evento al que acudió junto a Beatriz de Orleans, otra gran amiga de Juan Carlos de Borbón. La descubrieron a la mañana siguiente inconsciente en el jardín. Desde entonces, restringió su vida social mucho hasta su fallecimiento a los 79 años, en 2016.
Alejandra, la hija más mediática
Alejandra de Rojas nació el 7 de agosto de 1979 en Madrid. Se instruyó en un colegio francés y estudió Marketing y Publicidad cursando el último curso en Londres. Ha trabajado en el mundo de la comunicación y ha posado para modistos como Valentino, Cavalli y Blumarine. También ha sido imagen de la marca de objetos de piel El Caballo.
La guerra de los Montarco
Como otras familias nobiliarias, como los Medinaceli, los Montarco también han tenido sus batallas familiares. En concreto, por el título en cuestión. Julio, el hijo mayor de Charo Palacios y Eduardo de Rojas, no puede usar el título de su padre ya que sus hermanos paternos se lo han impedido.
Se da la circunstancia de que los hijos mayores del conde de Montarco, nacidos del matrimonio con su primera mujer, María Pardo de Villena, nunca aceptaron a Charo Palacios como la nueva esposa de su progenitor. Les molestaba sobremanera sus continúas apariciones en la prensa del corazón bautizándose como 'condesa de Montarco', dado que solo era la consorte.
Ana de Rojas, la hija mayor del Conde, única superviviente de los hermanos mayores, atacó en su momento a Charo Montarco en una entrevista que generó fisuras en las ya complicadas relaciones familiares. “Charo Palacios nos menospreciaba delante de sus amigos, y mi padre, tontamente, entró en su juego de salir en la prensa del corazón. Se convirtió en el marido de la condesa de Montarco y no al revés. Mis hermanos se quedaron callados, aguantaron el chaparrón y no hicieron nada”, aseguró Ana en La Gaceta de Salamanca.
Hoy, tras salir su posible vinculación familiar con el Emérito, ha querido notificar públicamente que está "muy molesta porque mancha el buen nombre de su padre".
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