Los investigadores mantienen todavia todas las vías abiertas. La Guardia Civil busca entre 300 sospechosos el ADN encontrado en la escena del crimen de Miriam Vallejo, una joven de 25 años, cuyo cadáver fue encontado cosido a cuchilladas en mitad del campo, en la localidad madrileña de Meco, mientras paseaba a cuatro perros a quince minutos de donde vivía, en Villanueva de la Torre (Guadalajara). Era el 16 de enero y su cuerpo fue encontrado a las nueve de la noche.

Las primeras hipótesis barajaron que el asesino fuese alguien conocido de la mujer porque los perros no reaccionaron a la agresión. Los investigadores también pensaron que el asesino era en realidad asesina, que además se llevó el teléfono móvil, borró algunos mensajes y lo dejó en un lugar donde podía encontrarlo la policía.

Se buscó en su entorno, relaciones anteriores, amigos nuevos y antiguos de Alovera, donde había nacido. Pero nada. Sin embargo, ahora se busca en las relaciones vía internet y app iniciadas por Mimi, como la conocían sus amigos. MIriam era popular y muy extrovertida, responsable del departamento de administración de una empresa de distribución de ordenadores y voluntaria de Protección Civil en sus ratos libres.

La joven asesinada con uno de sus perros.

Incluso se llegó a barajar la posibilidad de un crimen al azar, un desconocido que busca a su víctima y cuando aparecen los perros acaba con su vida por temor a una posterior denuncia. En la escena del crimen se encontraron colillas de cigarrillos, latas de bebida, un tetrabrik y un cuchillo de cocina, que todavía no se sabe si fue el arma homicida. Tras la autopsia se encontró un fragmento de punta metálica de un arma blanca.

También se recogieron muestras de la ropa que vestía la mujer y otras del interior de un vehículo. Mimi se defendió y luchó por su vida, se rompió dos uñas, pero se quedó con restos de su asesino entre los dedos. Gracias a esa pelea, se recogieron vestigios de ADN de la piel de su atacante. Pero ese ADN no figura en las bases de datos de delincuentes de la Policía Nacional ni de la Guardia Civil.

Por eso el grupo de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil en colaboración con el grupo de Homicidios busca entre los 300 contactos que la joven hizo en las aplicaciones para ligar. Hasta el momento 50 hombres han prestado voluntariamente su ADN a los investigadores para que lo cotejen. Pero el proceso es lento.

Míriam salió a pasear con sus perros por el camino de tierra y no regresó. Los animales continuaban a su lado cuando la encontraron, siempre quiso ser veterinaria y se trasladó, junto a C.S.R., su compañera de piso, a Villanueva de la Torre, para tener más espacio para ellos. Ahora se busca a su asesino.