Liu, de 50 años, ha permanecido 25 de su vida en la prisión de la provincia de Jilin, al norte de China. Ahora, el estado la dará una indemnización de 670 dólares por un crimen que nunca cometió.

En 1990 un aldeano encontró el cuerpo sin vida de una mujer en un campo de cultivo de la localidad de Tangliao. Liu fue declarado sospechoso, posteriormente arrestado y por último condenado a pena de muerte en 1994. El hombre y su familia han apelado en reiteradas ocasione, pero sin frutos.

Finalmente, en abril de 2018 la Corte Suprema Popular de China revocó la pena argumentando que en el pasado las condenas se basaban en hechos poco claros y con pruebas insuficientes.