Los "celos profesionales" podrían ser el móvil que se encuentra detrás del intento de envenamiento. En concreto, los celos de esta enfermera imputada  hacia un compañero de trabajo después de que éste consiguiera acceder a un puesto al que ella aspiraba desde hacía tiempo. La funcionaria llevaba 15 años trabajando en la prisión y se dió de baja las pasadas navidades.

La prisión de Huelva.

Se diluye así la posibilidad de que hubiese sido un preso de confianza el autor del envenenamiento, como barajaba la investigación. Fuentes policiales han informado de que la investigación se mantiene abierta aunque las diligencias están muy avanzadas. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias abrió una investigación paralela para esclarecer el caso, aunque los agents de la Policía ya han finalizado prácticamente todas las pesquisas que emprendieron, después de que se conocieran los hechos y procedió a la detención de la investigada a finales del mes pasado. La Secretaría General de Instituciones Penitenciarias abrió una investigación paralela para intentar esclarecer el caso.

Según  las primeras investigaciones, hasta en tres ocasiones anteriores la imputada habría tratado de intoxicar a un trabajador concreto de la enfermería de la cárcel, una de ellas envenenando unas lentejas, aunque el mal sabor alertó al funcionario, que desistió de seguir comiendo. La enfermera detenida tenía acceso directo a la Farmacia y, por tanto, a la metadona con la que fueron intoxicados los trabajadores durante el desayuno del pasado 15 de noviembre.

Parte de la causa judicial continúa bajo secreto y se está a la espera de la recepción de los resultados de algunas analíticas realizadas a los alimentos que los enfermeros consumieron durante aquella jornada. La investigación está siendo relativamente fácil debido a que la Enfermería de la cárcel es una localización muy acotada en volumen de personal susceptible de ser investigado.