El empresario Juan Carlos Quer padre de Diana, la joven asesinada el 22 de agosto de 2016, ha tenido que dejar, a petición del juez Ángel Pantín, la sala de vistas en la que este viernes se visualiza la reconstrucción del crimen por dirigirse al encausado, José Enrique Abuín, alías El Chicle. 

″¡Podría haber sido tu hija!”, le ha espetado Quer al procesado, justo en el momento en el que en el vídeo se veía a Abuín, tras mostrar la manera en la que había atado los cables a los lastres, introducir al maniquí empleado en la reconstrucción en el pozo en el que Diana permaneció durante 496 días.

El magistrado presidente del tribunal del jurado que debe dirimir el grado de culpabilidad de El Chicle le solicitó a Quer que saliese. Juan Carlos Quer no ha querido hacer declaraciones a su salida del juzgado.

El juez Patín, firme y con tacto 

El juez Ángel Pantín, que está al frente de la sala compostelana de la sección sexta de la Audiencia Provincial de A Coruña y es magistrado presidente del tribunal del jurado que dirimirá el grado de culpabilidad de José Enrique Abuín Gey en el crimen de Diana Quer, sorprende a diario por una firmeza que no está reñida, en absoluto, con un trato exquisito y con tacto a la hora de intervenir. 

Juan Carlos Quer durante el juicio

No dudó en apercibir con voz calmada a Diana López-Pinel, madre de la víctima, cuando esta mujer, tras hablar como testigo de la fragilidad de su primogénita, se dirigió repentinamente al único encausado, lo que hacía presagiar lo peor.

López-Pinel espetó a Abuín Gey que de esa debilidad de Diana se habrá percatado “bien” su asesino, un comentario seguido de un ”¿verdad, Chiquilín?”, el otro mote por el que se le conoce, además del habitual de El Chicle.

La interrumpió entonces este juez con la seriedad precisa para decirle “señora, no vuelva a hacer eso o tendré que echarla de la sala”, un correctivo que hizo que ese momento no fuese a más, pues Pantín fue obedecido al instante.

También reaccionó con extraordinaria diligencia cuando el llanto de Valeria, la hija menor de esta familia, fue en aumento a medida que se iban conociendo más detalles de la recuperación del cadáver de su hermana y le hizo saber que podía abandonar la sala que juzga el caso sin problema alguno.