Ocho días después de su desaparición, las pistas sobre el posible paradero de Janet Jumillas son escasas. A la mujer, de 39 años, se le perdió el rastro cuando fue con su coche, un Renault Megane blanco, de Viladecans, donde reside, a Cornellá, a once kilómetros. Tenía que hacer unas gestiones en una oficina de Hacienda y había quedado en Viladecans con un sobrino para desayunar, pero nunca más se supo.

Sus cuatro hermanos y otros familiares aseguran que ella "nunca se iría voluntariamente" y que la Policía "está haciendo poco", ya que fueron ellos y no los Mossos quienes hallaron el coche de Janet en Cornellá. Sus amigos Martina y José recelan de Aitor, un conocido de la desaparecida que la visitó en su casa la noche anterior a que se le perdiera el rastro, mientras que se investiga a "dos hombres", de los que no han trascendido más datos, aunque la Policía coteja también a exparejas de la mujer desaparecida.

Ahora ha aportado su testimonio Belinda, una vecina que pudo ser la última persona que vio a Janet, que dice que la vio en Viladecans, en la calle, con una mujer y dos niños que no cree "que fueran sus hijos porque debían de estar en el colegio". Así es, puesto que Janet dejó a su hijo de 9 años en el colegio antes de ir a Cornellá, no así a la pequeña de 5 años, que se quedó en casa con sus abuelos porque estaba mala y tenía fiebre.

Esta versión de Belinda coincide en parte con la de otros vecinos, que mantienen que entró a una tienda china antes de desplazarse a Cornellá. Lo cierto es que ocho días después de desaparecer, la incertidumbre y la duda son las únicas realidades de este caso.