Rodrigo Rato se ha instalado de este modo en una de las 7 cárceles madrileñas que tenía como opción más probable. El centro penitenciario de Soto del Real es el más grande de la Comunidad de Madrid, con unas instalaciones que cuentan con 1.008 celdas y 174 complementarias. En este centro también están ingresados el extesorero del PP, Luis Bárcenas, y el ex secretario de Estado de Hacienda, Estanislao Rodríguez-Ponga, condenado también por el uso de las tarjetas opacas a tres años y dos meses.

Como ya informamos en El Cierre Digital, la intención de Rato era ingresar en la cárcel de mujeres de Brieva, donde se encuentra Iñaki Urdangarin, pero desde Instituciones Penitenciarias no veían con buen ojo que el ex mandatario del PP se instalara en la misma prisión que el cuñado del actual rey.

El principal motivo por el que Rato ha elegido este centro es para que le sea más cómodo desplazarse a la sede de la Audiencia Nacional en San Fernando de Henares (Madrid) para asistir al juicio por la salida a Bolsa de Bankia, el 26 de noviembre.

Rodrigo Rato ha entrado en la cárcel después de que la Audiencia Nacional rechazara suspender su ingreso, como pedía su defensa. La sección cuarta de la sala de lo Penal se pronunció en el mismo sentido que hiciera con los otros siete condenados en esta trama, al entender que se trata de una medida que, en todo caso, la tendría que llevar a cabo el Tribunal Constitucional.

Los magistrados se opusieron al escrito del exministro, que señalaba a los ‘’perjuicios irreparables’’ que podría causarle su encarcelamiento de cara al recurso de amparo, que pedirá a finales del mes de noviembre. Concretamente, la defensa del expresidente de Caja Madrid alegaba la falta de riesgo de fuga y descartaba la posible desprotección de las víctimas al ser supuestos ‘’inexistentes’’ en este caso ‘’como acredita la actitud procesal’’ de Rato durante el proceso y la reparación del daño ‘’realizada y garantizada’’ al haber devuelto los 99.000 euros que desembolsó.