La fallecida, Amanda Jospe, de 83 años, vivía en la calle Alonso Heredia número 31, en el barrio de La Guindalera, en el distrito madrileño de Salamanca, y nadie la echó de menos durante todo este tiempo hasta que una sobrina, que vive en Israel, avisó a la Policía de que llevaba mucho sin saber de ella, según desvela El Mundo. 

La calle Alonso Heredia de Madrid.

Como informa el periódico, los agentes se personaron en la vivienda la semana pasada y se encontraron con la puerta cerrada. Tras hablar con algunos vecinos, que llevaban años sin verla, y con el portero, que ha estado todo este tiempo recogiendo su correspondencia, decidieron llamar a un cerrajero para entrar en la vivienda.

Ya dentro, la Policía se encontró el cadáver de la mujer momificado en el suelo de la cocina. Según la autopsia, a la que hace referencia El Mundo, la mujer pudo morir de un ictus, se descartó cualquier tipo de violencia y se calculó la fecha del fallecimiento a principios del 2014.