Inicialmente estaba previsto que el propietario de la parcela, David Serrano, fuera juzgado durante seis sesiones por un delito de homicidio por imprudencia grave por el que le acusa la Fiscalía, que solicitaba inicialmente que se le impusiera una pena de tres años de prisión; y la acusación particular, en representación de los padres del niño, que pedía tres años y medio de cárcel.

Así, el acuerdo alcanzado entre ambas partes supone que el procesado reconoce los hechos por los que es acusado y acepta una condena de prisión por un delito de homicidio por imprudencia grave.

Además, en virtud de ese acuerdo, el acusado se comprometería a abonar una indemnización a los padres, con una cantidad inicial, que sería de unos 25.000 euros y que estaba previsto que se abonara previamente a la vista oral, y posteriormente otras mensuales. Las fuentes judiciales han indicado que esa compensación podría alcanzar los 180.000 euros en total. Además, pagará las costas por valor de más 600.000 euros a la Junta, por las costas del rescate.  "Es lo mejor para todos. Es algo muy positivo. Es un juicio que nadie quería", aseguró Antonio Flores, abogado de David Serrano a Elcierredigital.com. 

Las partes realizaron una primera toma de contacto con el conocimiento de la Fiscalía en octubre de 2019, tal y como informó el periódico SUR de Málaga. El abogado de David Serrano, Antonio Flores, propuso unas condiciones similares a las que se han suscrito este lunes. Por su parte, la abogada de los padres de Julen estableció que si se llegaba a un acuerdo Serrano tendría que asumir la culpabilidad del delito y realizar una petición de perdón a los progenitores del menor.

David Serrano con su abogado Antonio Flores. 

La Fiscalía y la acusación particular pedían tres años de prisión para David Serrano por un delito de homicidio por imprudencia grave, aunque además los padres de Julen pedían otros seis meses porque consideran el accidente una negligencia muy grave.

El Fiscal estableció en su escrito de acusación  que el imputado era el único conocedor de la existencia del pozo donde cayó el niño y que "no adoptó medida alguna para evitar cualquier posible resultado lesivo", lo que habría terminado por poner en peligro la vida de los dos menores que se encontraban en esa jornada de campo, ya que junto a Julen y sus padres se encontraban el propio David y su pareja, Adriana, junto con la hija de ambos.