La Audiencia Provincial de Pontevedra decretó este miércoles la libertad provisional y sin fianza para Miguel Rosendo, días antes de que el líder de la presunta secta de los ‘Miguelianos’ cumpliera el plazo de cuatro años en prisión provisional, lo máximo que se le puede imputar sin que exista una sentencia condenatoria contra él.

El tribunal también impone al acusado medidas cautelares, como comparecer los días 1 y 15 de cada mes en el Juzgado, comunicar su domicilio y los cambios que se produzcan en el mismo y la prohibición de no abandonar el territorio nacional. Estas medidas serán necesarias hasta que haya sentencia.

El auto de libertad provisional responde a una petición del abogado de Rosendo, Marcos García Montes, quien declaró a Europa Press que "si fuera una sentencia condenatoria a una pena superior a cuatro años habrían denegado la libertad provisional". García Montes espera que el tribunal dicte una sentencia "absolutoria" y espera que se retrase hasta "enero" de 2019 debido a su "complejidad". Asimismo, el letrado manifestó que "las magistradas han sido muy consecuentes y muy estudiosas" y que no han mostrado "ningún tipo de presión social". También aseguró que exigirá "responsabilidades" cuando tenga la sentencia.

Miguel Rosendo a la salida de la prisión de Texeiro (Acoruña) acompañado por sus allegados

Miguel Rosendo, el máximo responsable de la Orden y Mandato de San Miguel de Arcángel, fue detenido el 11 de noviembre de 2014 y el día 14 de ese mismo año el Juzgado de Instrucción número 1 de Tui decretó su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza como presunto autor de 12 delitos contra la integridad moral, cinco de coacciones, uno de asociación ilícita y tres delitos contra la libertad sexual: uno por agresión sexual continuada y dos por abuso sexual continuado. El 5 de diciembre de 2016 se prorrogó la medida cautelar y Rosendo continuó en prisión hasta el pasado miércoles.

Del mismo modo, el Ministerio Fiscal pide para Ivana Lima, Iria Quiñones, Belén Esmerodes y José Carlos Acevedo dos años de prisión por asociación ilícita, delito que también atribuye a Dolores Espiñeira y Esteban Riobó. Para ellos, que tienen la peculiaridad de ser acusados y víctimas en esta polémica causa, el fiscal reduce la petición de cárcel de dos años a once meses y una multa de 2.160 euros.

El juicio se desarrolló a lo largo de treinta sesiones, en las que se escucharon 118 testificales entre los peritos y los testigos, un número elevado pese a que se renunció a unos 50 testimonios de los propuestos inicialmente.

No recurrirán su puesta en libertad

La orden dictada por el tribunal no es firme, por lo que las partes personadas pueden recurrir la decisión de la puesta en libertad de Miguel Rosendo. Sin embargo, tanto la Fiscalía como la acusación particular confirmaron que no presentarán recurso de súplica, puesto que faltan muy pocos días para que se cumpla el límite máximo previsto para la prisión provisional.

Por este motivo, aseguraron que no tiene ninguna utilidad recurrir porque los cuatro años ya se han cumplido. La abogada de la acusación particular y de los afectados también afirmó que la sentencia es muy “compleja, porque no existe jurisprudencia al respecto” y sobre el hecho de que hayan puesto en libertad a Miguel Rosendo manifestó que es algo que responde al cumplimiento máximo de los cuatro años sin entrar a valorar cualquier otro significado.

Rosendo, un “defensor de la mujer”

Feliciano Miguel Rosendo Da Silva, asegura en su alegato final que no quería "olvidar" a todas las personas que formaron parte de la Orden, ni siquiera a aquellas que declararon que querían olvidarle a él. "Yo no quiero olvidarlos, ojalá que Dios me permita conservar la cabeza limpia como ahora y acordarme de ellos como me acuerdo en este momento. Nunca quise que su libertad fuera rota”.

A la salida del penal gallego, el líder espiritual dedicó unas breves palabras a los medios desde el coche en el que le fueron a recoger sus allegados, donde dijo que no le han "robado la fe" y que defiende "la familia" y "la Iglesia". Además aseveró que él "es y será siempre" un "defensor de la dignidad de la mujer".

Antes de abandonar las instalaciones penitenciarias de Teixeiro afirmó que no alberga "odio ni rencor" y que va a "defender la verdad" de lo que ha vivido.