La vivienda en la que se encontraron los cadáveres se encontraba ubicada en el barrio de la Isleta de Las Palmas de Gran Canaria. Cerca de las 23.00 horas del 21 de junio, los bomberos determinaron que no había signos de que la cerradura estuviese forzada, por lo que procedieron a romperla para poder ingresar al inmueble. 

Una vez en el interior, agentes y bomberos encontraron los cuerpos sin vida de dos personas en "avanzando estado de descomposición" y "sin signos de violencia aparentemente" ni en los cuerpos ni en la vivienda. Uno de los hermanos fallecidos cuidaba del otro en la vivienda donde habitaban.

La Policía Nacional fue la encargada de coordinar la operación con la que se encontraron los cuerpos. 

En el lugar se personaron los grupos de Homicidio y Científica de la Policía Nacional, que realizaron una inspección técnico-ocular. Además participó el juez del Juzgado de guardia de la capital grancanaria que ordenó el traslado de los cuerpos al Anatómico Forense donde se certificó que se trataba de dos hermanos.

Según informan medios locales, la voz de alarma la dio una vecina de una vivienda cercana a la casa que compartían los hermanos tras percibir un intenso olor emanando del interior de la casa donde residían las víctimas. Además, los vecinos llevaban sin ver a uno de los hermanos desde hacía dos semanas y una de las luces del interior permaneció encendida durante varios días seguidos.

La autopsia ha revelado que los dos hermanos habían fallecido semanas antes de producirse el hallazgo y descarta que fueran muertes violentas.

Actualmente el caso se encuentra judicializado y ya se han comenzado las diligencias de investigación.