Cuando la noche cae y nadie queda en su interior los bares y demás establecimientos hosteleros quedan a disposición de los ladrones. Ni la alarma puede con ellos. Madrid sufre la consecuencia de estos hurtos, ya que se ha establecido en la ciudad un récord sin precedentes de robos a estos tipos de locales.

En la madrugada del miércoles al jueves, en al menos cinco puntos de la ciudad de Madrid hubo varios robos a establecimientos hosteleros. El primero fue en una pastelería de la calle Ginzo de Limia, en el Barrio del Pilar. En el atraco abrieron una persiana metálica, accedieron al interior, pero finalmente no se llevaron nada.

Minutos después, a 400 metros del anterior local, los atracadores se apostaron en un bar “Lizarrán”, al que destrozaron con mazas la puerta de cristal que tiene y más tarde reventaron las máquinas tragaperras.

Carabanchel “arrasado”

Los delincuentes también hurtaron por el barrio madrileño de Carabanchel, donde al menos atracaron seis locales. Uno de ellos, en concreto un bar, está situado en la calle Azabache número 6.

Máquinas tragaperras

Para adentrarse en el establecimiento entraron por la puerta, que estaba abierta, y lo desvalijaron. De este local se llevaron la recaudación de una máquina tragaperras, todo el tabaco de la máquina que vende este producto y la televisión en apenas un minuto.

Más tarde intentaron atracar en un local de la calle Santa Lucrecia número 7, pero se toparon con el cristal, que lo rompieron, pero finalmente no entraron en su interior. Después en la calle de Pinar de San José esquina con La Peseta robaron en otro local. Destrozaron su cristal, entraron y se llevaron las tragaperras, jamones y botellas de alcohol.

El dueño de este lugar ha asegurado que ha sufrido cuatro robos en los últimos tres meses.