Caminar por la luna, tomar la palabra, escapar del tiempo, perseguir sueños, invadir la piel de la noche sin heridas, establecer un diálogo con el silencio que cobra protagonismo en el criptograma de los tres cerrojos. Caminar por la vida a sangre y fuego...

Pilar Chávez Perez, nació en Córdoba el día 27 de julio de 1920, en esa época, su padre, Manuel Chávez Nogales era el director del periódico: La voz de Córdoba.
A sus cien años tiene la mente a pleno rendimiento, despejada  y la memoria clara.
Vino al mundo en el seno de una familia culta.

Cuando habla se abre un universo, el de su niñez y juventud que permanece intacto en el recuerdo y cuyo protagonista principal es su padre, de él habla con vehemencia y pasión. La relación entre ellos era muy especial, se adoraban mutuamente.

Chaves Nogales criticó mucho en sus artículos periodísticos y en sus reportajes el nazismo y el fascismo.
Fue el periodista más vanguardista de su época. Defensor del parlamentarismo. Vivió muchas aventuras. Posee gran producción literaria.

Se le consideraba un personaje incómodo. Murio solo, un mes antes del desembarco de Normandía. De la noticia se enteraron por la BBC. Está enterrado entre dos tumbas, sin lápida, en el cementerio de North Sheen (Londres). Su familia lo ha dejado así porque no cree necesario remover las cosas.

Pilar es la única hija que queda viva de los cuatro que tuvieron el matrimonio formado por el autor de: A sangre y fuego, y la sevillana, Ana Pérez. Los otros: Josefina, Pablo, Juncal (nació en un campo de concentración, Chaves Nogales no llegó a conocerla nunca). Aunque cuando enviaba cartas a su familia, las firmaba con seudónimo debido al momento político que vivían, y preguntaba por ella, lo hacía de esta manera: ¿Cómo está "esa señorita a la que no he sido presentado"?

A ojos de su padre, Pilar siempre fue una niña muy particular, él la llamaba "la Pili".

Fue la última en verlo con vida, ella tenía 19 años, desde la ventana del dormitorio lo vio alejarse, con su maletín y su gabardina, hacia la carretera de Orleans para abandonar París cuando iban a entrarlos alemanes.
Desde siempre, ella fue una niña muy independiente, por eso no es de extrañar que con 9 años su padre la subiera y dejara sola en un tren camino de Burgos, anécdota que ahora cuenta ella con asombro.

Aunque no fue al colegio hasta que no cumplió cinco años, después pasó por diferentes internados, entre ellos en Londres, lo que hicieron de ella una mujer instruida y preparada.

Del tiempo que vivió en El Ronquillo (Sevilla) recuerda que ella y su familia eran el centro de atención del pueblo, ya que eran mujeres que hablaban perfectamente frances e inglés, y una cosa inaudita para la época, usaban pantalones, situación que dio para muchas conversaciones. Cuenta que las llamaban "las inglesas de Francia".

Su padre ayudó a que se conociera la obra de algunos de sus contemporáneos: Valle-Inclán, Unamuno, Machado, Maeztu, Azaña, Marañón, Gómez de la Serna, Baroja, que fue una persona clave en la vida de Chaves Nogales, (con quien tuvo amistad y coincidieron en otros países).

Pilar rememora con fervor y dice que el mejor regalo que le hizo su padre fue la educación.
Siempre fue una mujer muy libre, que viajó mucho. Conceptos de fronteras.

Narra como experiencia muy enriquecedora el poder estar presente en algunos momentos de las tertulias de su padre con otros intelectuales. Para ello su padre encargaba a Pilar y Josefina, que ayudaran a servir los cafés, y luego se quedaban algún tiempo más para escuchar a aquellos eruditos.
Chaves Nogales pensaba que era otra forma de educar.

Actualmente, Pilar vive en Marbella, donde disfruta mucho de su jardín. En un imán en su nevera tiene colocada esta máxima de máxima de Cicerón: Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltará de nada.

En un lugar privilegiado del salón, tiene colocado el busto de su padre que elaboró en bronce Emiliano Barral, y que se perdió varias veces en las diferentes guerras, al final lo encontró su hermano Pablo en un mercadillo.
Pilar confiesa que cada vez que pasa al lado de la escultura la acaricia.

A su madre la define como una sevillana muy simpática y abierta.

Pilar conserva su sonrisa serena. Estudió sociología. Con lucha y tesón trabajó en el servicio de prensa de la Embajada inglesa y en Philips.

Se casó con Eric Jones y tuvieron dos hijos.

Toda la familia está muy orgullosa de la labor del escritor. Gestionando su legado están, Pilar, su hijo Antony Jones y su sobrina Isla Ramos Chavez, (hija de Juncal, que tuvo otros dos hijos: Sergio y Alejandro).

Juan Eslava Galán cree que Chaves Nogales debía estar en el Panteón de Sevillanos Ilustres.

Redescubrir las sombras que capturan el momento focalizando la fusión íntima que esconde sobredosis de oxígeno y muestra sus estrías...

¡Mi pluma es mi única arma de fuego! (Manuel Chavez Nogales).


Pilar Redondo. Escritora. Córdoba.