En la sociedad en la que vivimos actualmente, la conciencia por el medioambiente se ha vuelto un imperativo, y la industria de la moda ha querido adaptarse a unos cambios que se han convertido en necesidades. Desde firmas de alta costura, como la pionera en sostenibilidad RVDK Ronald van der Kemp, hasta la moda más nacional con SKFK, podemos ver cómo los diseñadores buscan cada vez más crear productos sensibles con el medioambiente y mostrar con ellos su compromiso social.

En esa misma línea podemos ver a las Instituciones. El año 2022 la Comisión Europea lanzó una propuesta con un nuevo reglamento para el diseño ecológico dirigido a crear productos sostenibles, plan que ha llegado a un acuerdo con la entrada en este recién estrenado 2024. Un reglamento que incluye la prohibición de la destrucción de prendas y calzado sobrante de las multinacionales.

Es decir, las grandes productoras de la industria textil deberán fomentar en sí mismas los productos duraderos y el reciclaje. En España tenemos grandes defensores de la moda sostenible, y no solo las grandes industrias textiles, sino importantes diseñadores españoles, reconocidos internacionalmente como pueden ser, por ejemplo.

Por citar solo dos diseñadores y dos grandes corrientes, podemos citar a la firma MALNE, en cuanto al diseño y la producción sostenible y artesanal de sus diseños, abanderando lo que conocemos como Slow Fashion; y a la diseñadora JOSEFA FERNANDEZ como diseñadora referente del #Upciclyng, centrada en la reutilización de materias primas, dándole otra vida sin necesidad de reconvertirlas o destruirlas en el proceso, en su caso se centra en reutilizar creativamente el tejido Denim. Una normativa que conseguiría con esto evitar la sobreproducción y la pérdida de todos esos recursos que se dedican al proceso, sin que se haya siquiera llegado a vender el producto.

La moda, incluida en la Agenda 2030

Esta iniciativa se da en un momento en que la Agenda 2030, el gran plan de desarrollo sostenible mundial, está en boca de todos. Las instituciones están promoviendo acciones enfocadas en potenciar la economía circular, el nuevo modelo de producción y consumo para mantener los productos, materiales y recursos el mayor tiempo posible en circulación, alargando su vida útil al máximo.

Objetivos de la Agenda 2030.

La industria de la moda juega un papel muy importante en la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible, por el gran impacto medioambiental que provoca cada día. El exagerado consumo de agua que implica la producción, el uso de microfibras y productos químicos o la propia generación de residuos por el desperdicio de materiales, son algunos de los factores que sitúan a esta industria en la necesidad incipiente de hacer cambios. Pero, aparentemente, el sector se está involucrando en todo ello de una manera asombrosamente rápida y eficaz y, aunque aún queda mucho camino por recorrer en materia medioambiental, los diseñadores y empresas no han querido quedarse atrás.

Ecología y moda a la orden del día

El propio ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, declaró en la presentación de la nueva normativa cómo “el primer elemento que hace que un producto sea ecológico es el cerebro que lo diseña”. Y es así. La conciencia social viene dada desde el momento en que se plasma la prenda en el papel. Es importante crear pensando en la vida del producto, en que los materiales sean eco friendly y, por supuesto, tener en cuenta todos los factores que intervienen en el proceso.

Imagen de una tienda de Ecoalf.

Esto es algo que tienen muy presente empresas como Veraluna, una iniciativa de Oxfam Intermón. Esta empresa tiene una línea de moda y accesorios para todo tipo de personas, que destaca por su compromiso con la sociedad. Además de su conciencia hacia las desigualdades y la seguridad, es una marca que busca los beneficios para las personas, ofreciéndoles prendas de materiales de calidad que no utilizan pesticidas ni químicos dañinos, consiguiendo merecidamente el reconocimiento de la Organización Mundial de Comercio Justo.

Otra gran impulsora de moda justa es Ecoalf, que lleva por bandera el lema “There’s no planet B” (“No hay un planeta B”). Defiende la protección de los recursos naturales del planeta, pero además se ha mostrado con firmeza en contra de todas las iniciativas en materia de moda que puedan dañar el medioambiente, además de campañas contra el fomento de la compra compulsiva. Una empresa que, gracias a su contribución social, ha sido reconocida como una de las mejores para el mundo y más responsables con el medio ambiente.

Zara Pre-owned, una iniciativa internacional

Pero no hay que irse muy lejos, ni a empresas pequeñas o emergentes, para ver cómo la sostenibilidad tiene una importante presencia ya en la ropa que utilizamos. Nuestras aclamadas multinacionales, allí donde compramos para llenar nuestro armario cada temporada en nuestro centro comercial de confianza, también quieren hacer el bien por el planeta.

Uno de los mayores exponentes de nuestro país es Zara Pre-Owned, una iniciativa con la que sólo nos queda aplaudir a la casa Inditex. El imperio de Amancio Ortega se ha sumado a la lucha por el ecosistema llevando a cabo algo que no esperaríamos de una empresa tan potente. A través de la marca que más alegrías da al grupo, Zara, se ha abierto un nuevo canal para fomentar la reutilización de la ropa usada.

Imagen de la nueva sección 'Zara pre-owned'.

Accediendo al apartado “Zara Pre-owned” de la web y app de la marca, cualquiera puede revender o donar ropa de segunda mano. El compromiso que tiene con organizaciones como Cruz Roja, Cáritas o China Environmental Protection Foundation, permite que, a través de Zara, todos podamos aportar nuestro granito de arena para ayudar a personas en situaciones vulnerables. Así, nuestra ropa acabará en organizaciones, tiendas de segunda mano o lugares de reciclaje, consiguiendo que todo el dinero recaudado en el proceso se dedique a proyectos sociales.

Nuestras marcas se unen por la causa

Aunque la lucha se puede ejercer de muchas maneras, la que más ha triunfado a lo largo de la historia es la de unir fuerzas. Por eso, varias empresas del sector, concretamente H&M, Decathlon, Mango, Tendam, Ikea y Kiabi, a las que se ha unido hace sólo unos días El Corte Inglés, crearon en 2023 la Asociación para la Gestión del Residuo Textil, un proyecto que busca enfrentarse conjuntamente a las distintas situaciones que se den en moda sostenible, y abordar los problemas de recogida y reciclaje textil.

Miembros de la Asociación para la gestión del residuo textil.

Esta entidad sin ánimo de lucro nos demuestra que las grandes empresas no se van a quedar quietas ante el problema al que nos enfrentamos en este momento de cambios, y quién sabe si gracias a estas iniciativas podremos hablar de un futuro mejor. Lo que sí sabemos es que, de momento, hay que reconocerles el esfuerzo.