El abogado defensor de Vicente Sala, hijo de la fallecida y único que no ha retirado la acusación contra Miguel López, en contra del criterio de sus tres hermanas, intenta de esta manera contrarrestar así otro escrito de Javier Sánchez-Vera, abogado de López, que se opone al juicio por jurado popular, "para evitar un juicio paralelo", debido a toda la repercusión mediática que todavía tiene este caso en España.

En su escrito de defensa del jurado popular dice el abogado  de Vicente Sala, Francisco Ruiz Marco, que se pretende vender como "excepcional" algo que es tan normal como el "histórico interés de los medios de comunicación por los procesos judiciales por asesinato", que explicarían los cientos de informaciones que se han publicado durante los dos largos años que ha durado la instrucción.

El 6 de febrero de 2019, el abogado de López, Javier Sánchez-Vera, presentó un escrito de 38 folios detallando las causas por las que este caso debería ser visto por un jurado profesional, entre otras "el amplísimo y notabilísimo juicio paralelo que se viene produciendo, así como que el mismo, entre otras razones, haya sido el producto de  filtraciones policiales incluso en ilícito detrimento del secreto de sumario".

En ese mismo escrito sostiene la defensa de Miguel López, que "es un hecho notorio que la enorme cobertura no lo ha sido solamente en los medios de comunicación escritos (...). Así, en televisión,  se ha realizado numerosísimos reportajes sobre el presente proceso".

El Juzgado de Instrucción número 7 de Alicante cerró hace un mes la investigación y la Fiscalía solicitó 24 años de prisión para Miguel López. Será un Tribunal Popular, con nueve personas elegidas previamente, el encargado de determinar sobre la inocencia o culpabilidad del acusado.

Miguel López, único acusado por el crimen de su suegra.

María del Carmen Martínez, viuda del que fuera presidente de CAM, falleció el 9 de diciembre de 2016 tras recibir dos disparos en la cabeza en el lavadero Novocar del concesionario de coches propiedad de su familia, que dirigía su yerno, Miguel López. Este crimen sembró el desconcierto en la alta sociedad alicantina y acaparó cientos de titulares durante casi dos años.

Todo ello se produjo en el marco de una guerra fratricida por el control del emporio empresarial que levantó el difunto banquero Vicente Sala y que, supuestamente, desencadenó el crimen de la matriarca del clan. Tanto su primogénito y único varón, Vicente Jesús Sala, y la fallecida formaban un bloque homogéneo enemistado con el que integraban las otras tres hijas (Mar, Eva Fuensanta y Antonia) y sus respectivos maridos e hijos. La tensión familiar se disparó en los meses anteriores a la muerte de la matriarca, como quedó de manifiesto en dos juntas de accionistas celebradas durante el verano antes del crimen.