Nadia Calviño —ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital y vicepresidenta primera del Gobierno de Pedro Sánchez— se ha convertido en una de las figuras del PSOE más implicadas en las próximas elecciones que tendrán lugar el próximo 23 de julio. Y lo ha hecho pese a no tener carné de afiliación del partido que defiende.

El caso de Calviño no es el único, puesto que hay otros ministros del actual gobierno que tampoco militan en el PSOE y que se implicarán en la campaña, pero sí que ha resultado llamativo. Y es porque, un año más, ha renunciado a formar parte de las listas del PSOE, de las que tampoco formaba parte en 2019. Esto significará que la ministra se mantendrá como independiente y volverá a formar parte del Gobierno solo si el PSOE logra la victoria y el presidente se lo pide.

La vicepresidenta primera adoptaba de este modo un papel más político en el partido en el que no milita al dar una rueda de prensa el pasado lunes. Esta se centraba en la gestión económica del PSOE en el Gobierno, afirmando que de cara a la próxima legislatura el partido apostaría por mantener la “política económica responsable” de los pasados años.

Nadia Calviño llegó al Gobierno en junio de 2018 tras la moción de censura a Mariano Rajoy. Lo hacía como ministra de Economía después de haber pasado 12 años en la Comisión Europea de Bruselas. Un tiempo en el que la familia que ha conformado con Ignacio Manrique de Lara, su marido, vivió fuera de España.

El matrimonio de Nadia Calviño y Manrique de Lara

Aunque poco se sabe de la vida privada del matrimonio de Calviño y Manrique de Lara, algunos datos sí que han trascendido, como que tienen cuatro hijos, un chalé en el barrio de Mirasierra y que la trayectoria profesional de Manrique de Lara se trasladaba allí a donde iba su mujer.

Nadia Calviño y su marido, Ignacio Manrique de Lara.

Nadia Calviño, antes de su puesto en el actual gobierno, estuvo durante 12 años en la Comisión Europea de Bruselas. Fue en 2006 cuando se trasladó a trabajar allí, ocupando los puestos de directora general adjunta de Competencia de la Comisión Europea (CE), entre 2006 y 2010, directora general de Mercado Interior de la CE entre 2010 y 2014, y directora general de Presupuesto Comunitario de la CE entre 2014 y 2018.

Calviño, además de tener una licenciatura en Ciencias Económicas en la Complutense —como su marido—, se licenció a través de UNED (Universidad Nacional de Educación a Distancia) en Derecho, según consta en su currículum en la web de La Moncloa.

Además de sus cuatro hijos, el matrimonio tiene un chalé de más de 300 metros cuadrados en la zona madrileña de Mirasierra. Uno que despertó la polémica de los medios de comunicación por la forma en la que fue adquirido. Y es que Calviño y su esposo crearon ad hoc la empresa Aldael Consultores para poder comprarlo. No obstante, al marcharse de la vivienda, según apuntan algunos medios, la alquiló.

Ahora, según el periódico El debate, la ministra vive en una vivienda oficial propiedad del Estado, situada en un “exclusivo barrio de Madrid en un edificio externo al Ministerio de Economía que alberga cuatro pisos entre 150 y 250 metros cuadrados con un garaje común”, expresan en el citado medio.

El medio ya mencionado también sacaba a relucir recientemente que la familia Calviño disponía de un chalet de 370 metros cuadrados en el barrio de Etterbeek, una de las zonas más cotizadas de Bruselas, en el que vivieron hasta que se convirtió en ministra del Gobierno de Pedro Sánchez. Precisamente, como continúa el citado diario, en este mismo chalet domicilió la familia una sociedad familiar belga llamada Karibu Consulting administrada por Ignacio Manrique de Lara y una de las hijas mayores del matrimonio.

Nadia Calviño, hija del primer director de la RTVE de Felipe González

Aunque ahora esté asentada en Madrid, el origen de Nadia Calviño es gallego. De hecho, le gusta visitar frecuentemente su Galicia natal.

La vicepresidenta nació en octubre de 1968 en La Coruña. Por aquel entonces, era la hija de un abogado que acabaría mudándose a Madrid por cuestiones laborales. Sin embargo, en 1982 adquiriría el título de hija del primer director de RTVE de la época de Felipe González en el poder. José María Calviño habría estado vinculado al organismo público desde 1970, como representante de la cadena ante la Unión Europea de Radiodifusión y como vocal del Consejo de Administración, entre otros cargos.

José María Calviño en su etapa de director de RTVE.

Calviño se mantuvo al mando de la cadena pública hasta el año 1986. El PSOE ganó por segunda vez las elecciones y su nombre resonaba para formar parte de alguno de los ministerios. Sin embargo, no continuó en RTVE ni dio el salto a la política. Y a pesar de ello, durante esta etapa se convirtió en uno de los brazos armados de Alfonso Guerra —vicepresidente del Gobierno por aquel entonces— y también en protagonista de la llamada “cultura del pelotazo”.

Los 'pelotazos' de Calviño tras RTVE

Su posición como abogado y su anterior paso por la cadena pública le valieron a Calviño para convertirse en uno de los hombres de confianza del gobierno de González. En junio de 1986, año en el que abandonó RTVE, el PSOE se encontraba en plena elaboración del borrador para la Ley de televisiones privadas. Solo había tres personas conocedoras de su contenido: Felipe González, Alfonso Guerra y Javier Solana, ministro de Cultura.

Sin embargo, José María Calviño también tuvo conocimiento del borrador ya que Alfonso Guerra le consultó para conocer su opinión antes de enviarlo al Consejo del Estado. Calviño hizo entonces anotaciones y mantuvo el secreto de un proyecto que no fue a gusto de todos.

El nuevo proyecto reducía a tres el número de canales de televisión autorizados y limitaba a diez años renovables el periodo de la concesión administrativa. Aunque este no fue el aspecto que más irritó a los empresarios periodísticos. Lo fue la limitación que imponía el proyecto en los porcentajes de participación de dichos empresarios: ninguna persona física o jurídica podía ser titular de más de un 25 por ciento de una sociedad concesionaria.

La maniobra fue concebida como una traba para que Jesús Polanco, propietario de 'El País', no se hiciera con el monopolio televisivo. Sin embargo, en lo referente a Calviño le sirvió para convertirse en la cabeza visible de Canal 10, el primer canal de televisión privado en España. La cadena estaba bajo la marca empresaria de Film Success S.A, en la que Calviño participaba a través de la empresa Lake Wood Enterprises Inc.

Canal 10 empezó a emitir desde Londres en 1988, antes de la convocatoria del concurso público de concesión de canales que tuvo lugar el 23 de mayo de 1989. Se dio a conocer con dos meses iniciales de acceso gratuito a su contenido (películas, series y música sin interrupciones publicitarias) y, posteriormente, se convirtió en un canal de pago. La operación fue un fracaso, ya que solo consiguió 654 abonados.

Calviño asume la dirección de RTVE bajo la atenta mirada de Alfonso Guerra, a la izquierda de la fotografía.

Sin embargo, la experiencia sirvió a Calviño para que, más tarde, Alfonso Guerra le encargase la gestación de Tele 5. Polanco había anunciado que no iba a presentar su candidatura para obtener una plaza de televisión privada y Alfonso Guerra intentó montar un nuevo grupo televisivo. Calviño lo consiguió, poniendo de acuerdo a Germán Sánchez Ruipérez, entonces presidente de la editorial Anaya y propietario del diario El Sol, Silvio Berlusconi presidente de la italiana Fininvest, actual Mediaset, y Miguel Durán, entonces presidente de la Organización Nacional de Ciegos (ONCE).

Aunque Polanco finalmente decidió acudir, el canal formado por Calviño siguió adelante, dejando fuera de las concesiones al Grupo Z de Antonio Asensio.

Mar de Chiclana, el segundo pelotazo

El 20 de enero de 1989 firmaron la compra de la sociedad Mar de Chiclana el abogado gaditano Jesús Martínez Benítez, con domicilio en Chiclana de la Frontera (Cádiz); el viejo conocido de Calviño, el empresario andorrano Antonio Ubach Montes, director de la Caja de la Seguridad Social de Andorra, y el periodista Enrique Vázquez Domínguez, director general de Informativos hasta 1985 bajo el mandato de Calviño.

Mar de Chiclana era la propietaria de una gran cantidad de terreno en el municipio gaditano de Chiclana de la Frontera, cuyo ayuntamiento socialista se disponía a autorizar la construcción de la segunda urbanización más grande de la zona y uno de los actuales emporios turísticos del país.

La sociedad disponía de 217.584 metros cuadrados, pero se necesitaban casi dos millones de metros cuadrados de superficie para albergar el campo de golf de 18 hoyos, los 2.000 chalets y las 7.000 plazas hoteleras que se pretendían construir con una financiación de 30.000 millones de pesetas.

Vista de las playas de Chiclana de la Frontera.

Los socios y amigos del ex director general de RTVE no tenían ni el dinero ni terreno suficiente para llevar a cabo la operación, pero las dos cosas se solucionaron rápidamente gracias a los contactos que había tejido Calviño a lo largo de su carrera profesional. El exdirector de RTVE contactó con empresarios vinculados al sector turístico mallorquín para que cedieran sus terrenos y también consiguió hacerse con el cuartel de la Guardia Civil de la Loma del Puerco, que se interponía en la operación.

Finalmente, el 24 de junio de 1989, la corporación municipal de Chiclana de la Frontera, presidida por el alcalde socialista José Mier, aprobaba el plan parcial de Mar de Chiclana, alrededor de cuyos terrenos de la Loma del Puerco funcionan hoy día los hoteles más espectaculares del complejo turístico de Sancti Pectri, en Chiclana (Cádiz), como el Royal Hideway, de cinco estrellas, antiguo hotel Barceló, junto a miles de chalets y el campo de golf previsto en tiempos de Calviño.

La operación fue posible gracias a las gestiones realizadas por el despacho de Calviño desde su sede en la calle Marqués de Urquijo de Madrid, que cobró por sus gestiones una cantidad que le permitió mudarse a un chalet de la lujosa urbanización de Puerta de Hierro, donde empezó a codearse con vecinos como Isabel Preysler y Miguel Boyer, un ambiente bastante propicio para que la actual vicepresidenta primera del Gobierno de Pedro Sánchez y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital de España, Nadia Calviño, preparase su futuro y su carrera profesional.