El presunto hijo de Fernando de Baviera y Mesía, de casi 50 años, interpuso en 2017 una demanda de paternidad para ser reconocido como descendiente del príncipe de Baviera. Cinco años después, el demandante irá a juicio para demostrar sus afirmaciones, que ya fueron denegadas por la realeza europea.

Fernando de Baviera y Mesía falleció hace más de veinte años y sus restos fueron incinerados, por lo que el demandante solicita que se exhumen los restos “de su abuelo y de un tío”, según expresa el abogado Fernando Osuna en una nota informativa. Sus antepasados se encuentran enterrados en la catedral de la Almudena, un lugar que está siendo clave para demostrar los hechos defendidos por el supuesto hijo del príncipe de Baviera.

Desde la Catedral de la Almudena, tras varias semanas de insistencia, se confirmó al juzgado la imposibilidad de realizar las pruebas de ADN al fallecido debido a que fue incinerado. Además, expusieron que tanto el padre de Fernando de Baviera como su hermano sí que se encontraban enterrados en la misma cripta de la iglesia, como ya informó elcierredigital.com.

Dado en adopción

El hijo no reconocido explica en su demanda de paternidad, interpuesta en Málaga en 2017, que su madre biológica trabajaba como doncella en la casa familiar de este noble extranjero, que además tenía casa en Marbella, en la década de los 70. Tras quedar embarazada y ser despedida, dio a luz y el supuesto padre biológico convenció a la mujer para que entregase al bebé a los servicios sociales de Madrid, donde fue adoptado por un matrimonio.

El hijo no reconocido investigó su procedencia tras enterarse de su supuesta filiación real y mandó cartas a los familiares aristócratas de su presunto padre, algunos de los cuales residen en capitales europeas, muchos en España. También habló con personal del servicio de aquellos años. Actualmente, el demandante es de economía media y trabaja y vive desde hace años en Málaga. Asegura en su petición que hay testigos de esta relación secreta entre su padre no reconocido y su madre.

El abogado Fernando Osuna.

El demandante de la filiación obtuvo siempre respuestas negativas sobre la filiación no reconocida por parte de la familia de la realeza europea, a quienes se dirigió por carta en varias ocasiones y por eso dispuso su reclamación legal.

Entre el supuesto padre biológico e hijo hay una característica física heredada: un lunar en una determinada parte del cuerpo. Este es un dato que se repite en muchos integrantes de la noble familia, pues lo poseía su supuesto padre, así como antepasados suyos.

La catedral de la Almudena: lugar de investigación

Fernando Osuna, abogado del reclamante explicó a elcierredigital.com que "es verosímil, creíble y la lógica de los hechos encaja y cuadra perfectamente con los personajes, lugares y tiempos", por eso "se interesa la  práctica de la prueba biológica para acreditar la paternidad, solicitando al juzgado que se adopten las medidas necesarias para ello, procediendo a la designación judicial de perito".

Y para ello, continuaba Osuna, "ahora pedimos que se extraiga ADN de los restos familiares que sea posible". Osuna también pidió al Juzgado que se dirigiera a la Catedral de la Almudena donde se encuentran enterrados los restos de estos dos difuntos "para que, con carácter preventivo, se impida la incineración de los restos del finado, habida cuenta de que, en muchas ocasiones, y con mala fe, los restos que han de ser objeto de prueba de ADN, son destruidos para obstaculizar la prueba interesada".

El demandante no es el primogénito de la familia, con lo que no existirían problemas sobre la herencia de títulos nobiliarios. Son varias las familias reales europeas que residen en España desde hace casi un siglo, entre ellas, los Hasburgo, los de Prusia, los Baviera, los Hohenlohe, Georgia y las de Albanía, Rumanía o Yugoslavia entre otras.

En la Catedral de la Almudena, entre sepulcros, sepulturas y columbarios, hay enterradas unas 1.500 personas, que adquirieron las tumbas como contribución a la finalización de la catedral o, posteriormente, a su mantenimiento. Actualmente quedan disponibles unos pocos columbarios, que se pueden adquirir a un precio de unos 10.000 euros.