Con una vehemencia poco común, asistimos al desnudo del alma de un pintor que durante algo más de una década había transitado temas como el mundo de la noche londinense y sus pintorescos personajes, las obsesiones conspiranoicas o la cruda mitología escocesa. Seijo reconoce referencias como Matisse, Ingres, Beckmann o Balthus en sus fascinantes retratos de Miki. Quizás por eso asistimos a telas que dialogan entre sí confrontando una enorme paleta de emociones que van de la serenidad hasta la sensualidad y el erotismo, pasando por el misterio o el humor. Todos guardan una cosa en común: un vitalismo explosivo.

Armando Seijo ante una de sus obras / Bernardo Paz

 "Llevaba cuatro años sin exponer en España. Volver con una obra tan diferente a la que expuse en su momento e incluso a la que he expuesto en Panamá no hace mucho, me parecía excitante. Es como compartir con viejos amigos las experiencias de un viaje iniciático”, explica el artista.  "Incluso cuando ella no sale como modelo en los cuadros, está presente la química que activa en mí y que ha revolucionado de alguna forma mi nueva paleta de colores. Pinto como si mis pinceles estuvieran inyectados en LSD", añade.

A pesar de estar ausente tanto tiempo como pintor en nuestro país, Seijo ocupó el cargo de director de arte en la película Diana, dirigida por Alejo Moreno y estrenada recientemente en salas de toda España tras su estreno en festivales como Málaga y Montreal. "El trabajo en Dian me forzó a salir de mi lugar de confort como artista, lo que creo que también ha contribuido notablemente al atrevimiento de ésta nueva serie de cuadros"

Foto: Bernardo Paz

MIKI permanecerá hasta mediados de diciembre en la galería de arte Luis Burgos, situada en la calle Villalar número 5 de Madrid.