Mariano Baena del Alcázar nació en Granada en 1937. Estudió hasta los 13 años en el colegio de los Padres Escolapios, cuando, tras fallecer su padre, se trasladó con su madre, sus dos hermanos y su hermana a Málaga, volviendo a su tierra para cursar Derecho en la Universidad de Granada. Entre sus profesores se encontraban Luis Sánchez Agesta, Manuel Díaz de Velasco y Rafael Gibert y Sánchez de la Vega.

En el verano de 1960 ingresa en el Colegio Mayor César Carlos, donde prepara las oposiciones al Cuerpo Técnico de Administración Civil, al que accede en 1961. Su primer destino fue en el Ministerio de Comercio, en Madrid, primero en la Secretaría General Técnica y más tarde en la Dirección General de Comercio Exterior. Su inquietud intelectual le lleva a compatibilizar esta actividad, a partir del curso 1961-1962, con la plaza de profesor ayudante de Fernando Garrido Falla, catedrático de Derecho Administrativo y su maestro, en la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.

En 1963 obtuvo el doctorado en Derecho. Entre 1968 y 1971 asume, por delegación del profesor Garrido, la responsabilidad completa de los estudios de la cátedra de Derecho Administrativo en la recién creada Facultad de Ciencias Económicas de la Complutense.

En enero de 1971 es deportado por el régimen de Franco a Extremadura debido a la divulgación de un estudio sobre la presencia de funcionarios en las Cortes franquistas. Allí no pasa mucho tiempo y en febrero de 1972 toma posesión de la cátedra de Derecho Administrativo en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Valencia, de la que fue su Secretario General. Da clases entonces en las Facultades de Económicas y Derecho, llamado por su compañero y amigo Manuel Broseta, gracias a su reputación pedagógica.

En 1974 fue propuesto por José Antonio García Trevijano como Director de la Escuela Nacional de Administración Local, cargo que ocupa hasta septiembre de 1977. En esta época desempeñó también el puesto de subdirector del Colegio San Pablo CEU, y volvió a dar clase en la Facultad de Políticas.

En enero de 1979 accede a la cátedra de Derecho Administrativo en la Facultad de Derecho de Valladolid. Y en julio de 1980 es nombrado Secretario General Técnico del Ministerio de la Presidencia y Presidente del INAP en 1981.

En diciembre de 1982 se reintegra a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, ocupando poco después la primera cátedra de Ciencia de la Administración en España de esta Facultad. Hasta su nombramiento como magistrado del Tribunal Supremo en 1991, su preocupación central es la elaboración del Curso de Ciencia de la Administración y la creación de esta materia científica. En los últimos años fue director del Departamento de Ciencia Política y de la Administración de la citada universidad.

El profesor Baena del Alcázar.

Fue magistrado de la Sala Tercera del Tribunal Supremo hasta su jubilación en 2007, así como miembro de la Junta Electoral Central en varios mandatos. En esta etapa, hasta el endurecimiento de la legislación de incompatibilidades judiciales, ejerció la docencia en los cursos cuarto y quinto de la titulación de Ciencias Políticas y Sociología en la Universidad Complutense y en el doctorado de Gobierno y Administración pública del Instituto Universitario Ortega y Gasset, del que luego fue director, amén de un curso que le encargó la Universidad San Pablo CEU sobre Historia de la Administración en España. Durante esta etapa continúa con su investigación sobre las élites, que se publica en 1999, y trabaja también, además de realizar las labores jurídicas, en la puesta al día de las sucesivas ediciones de su "Curso de Ciencia de la Administración".

A partir de 2002, se centra sobre todo en el ejercicio de la magistratura, si bien realiza simultáneamente estudios doctrinales, una buena parte de ellos en homenaje a compañeros maestros del derecho administrativo español y, en algún caso, de la ciencia política.

Además de todos sus méritos académicos y profesionales, mi padre fue un buen hombre. Los recuerdos que nos ha dejado, a mí y a mis hermanos, no tienen precio. Siempre quedarán. Le recuerdo junto a mí, en los jardines del Generalife. Le recuerdo cuidando sus flores en el huerto del pueblo. Le recuerdo cogiéndome la mano mientras le ponía el desayuno. Sus ojos, su mirada cariñosa, siguen ahí. Para siempre.

Falleció el pasado 6 de enero en Madrid. D.E.P.