La tecnología avanza a grandes pasos y, entre otras cosas, puede utilizarse para facilitar el acceso a la cultura. En esta ocasión, a la madrileña. La Asociación Creadores de Moda de España (ACME) ha apostado, con motivo de las fiestas de San Isidro 2024, por que tanto los madrileños como visitantes puedan diseñar y confeccionar sus propios vestidos y trajes de chulapos.

Y es que, a través de un código QR se pueden descargar los patrones, uno de chulapa y otro de chulapo. Con esta iniciativa se pretende contribuir a la pervivencia de la artesanía tradicional y a promocionar los trajes regionales de la capital española.

Imagen del acto del Ayuntamiento de Madrid. / Fotografía: Javier Carrascosa.

Esta iniciativa se presenta en el marco de las fiestas de San Isidro 2024 y pretende contribuir a la pervivencia de la artesanía tradicional y a promocionar la moda española a través de uno de los trajes de Madrid más emblemáticos, el de chulapa y chulapo, iniciativa en la que confluyen tradición y vanguardia.

A través de los patrones de esta tradicional indumentaria se invita al público a diseñar y coser su propio modelo, para así disfrutar de las fiestas de San Isidro con un vestido o traje confeccionado por sus propias manos.

La tradición de vestirse de chulapa

Los 'gentilicios' de chulapo y chulapa han quedado como nombres genéricos y representativos de la identidad de todos los madrileños, pero en los orígenes los chulapos eran los vecinos del barrio de Malasaña o de Maravillas. Surgen y cobran sentido estos términos a finales del XIX y principios del XX.

Para hacerse distinguir de otros barrios de la capital, los vecinos de estos barrios adoptaban una forma de vestir y de hablar distinta; una pose chulesca, algo estirada y que se complementaba con un vocabulario particular. Los chulapos se distinguían por la "guapeza" en su traje y un toque de grosería, y las chulapas eran las planchadoras de las cavas, fruteras, modistas y lavanderas.

Una de las chulapas en el acto del Ayuntamiento de Madrid. / Fotografía: Javier Carrascosa.

Su vestimenta era diferente a la del resto de los vecinos madrileños. Ellos vestían una gorra, un pañuelo de cuello, el chaleco, una chaqueta corta y un pantalón. En cuanto a ellas, iban con el cabello recogido en moño, pañuelo anudado al cuello, una blusa ceñida en cintura y una falda ancha hasta los pies.

En estas fiestas también existían códigos en función del color de los clásicos claveles. "El clavel blanco representa a la pureza y a la inocencia, el clavel rojo es sinónimo de amor y admiración mientras que el clavel rosa significa amor incondicional, de madres a hijos. Una chulapa con dos claveles rojos quiere decir que está casada. Sin embargo, si la vemos con dos claveles blancos está soltera", nos cuentan. "Así, un clavel rojo y otro blanco quiere decir que tiene novio y, además, está prometida. Los dos claveles rojos y uno blanco, que está viuda", concluyen.