28 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La reunión, de supuesto carácter económico, entre Calvo y el Cardenal Parolin derivó en sugerir al Vaticano donde se debe enterrar al dictador

La familia Franco no cederá a las presiones del Gobierno ni a los miedos de la cúpula eclesiástica y enterrará a su abuelo en “sus nichos pagados” en la Cripta de La Almudena

El próximo 20 noviembre se cumplirán 43 años de la muerte del dictador Francisco Franco y el Gobierno de Pedro Sánchez intenta ahora que sea la cúpula de la Iglesia católica la que oriente “adecuadamente” sobre cuál debe ser la tumba en la que reposen los restos del General cuando sean exhumados definitivamente del Valle de Los Caídos. Según fuentes solventes de la familia Franco, “se enterrara a su abuelo en las tumbas que son de su propiedad y pagadas por su madre en la Almudena”

La reunión mantenida en el día de ayer en Roma entre la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, y el Cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano, tenía como uno de su fines principales conseguir que la cúpula de la Iglesia no se opusiera de entrada a la exhumación de los restos del dictador Francisco Franco del Valle de los Caídos, pero fundamentalmente en la necesidad, compensada aparentemente con otras prebendas económicas de relieve en futuras negociaciones, de "buscar una solución adecuada“ al lugar sepulcral donde serían trasladados los restos del dictador. El Gobierno intenta, ya como última bala en su recámara, que sea ahora el Vaticano quien “sugiera” a los nietos del General que no sea la Catedral de La Almudena, en el centro de Madrid, el lugar donde sean enterrados.


La Vicipresidenta del Gobierno Carmen Calvo en su reunión con el Cardenal Pietro Parolin / EFE

Según la nota emitida por el Ministerio de Presidencia tras la reunión mantenida en la Santa Sede "ambos han coincidido en la necesidad de buscar una solución y seguir manteniendo el diálogo". Pero esta solución y “diálogo” entre el Gobierno de España y la Santa Sede, para ver donde deben descansar los restos del dictador, presenta a su vez serias discrepancias jurídicas en las que la familia Franco no está dispuesta a ceder ni un ápice y “menos sin contraprestación alguna”. El derecho canónico les ampara y no hay ningún posible fleco que pueda impedir su enterramiento allí, salvo “las indicaciones y sugerencias de alguien próximo” que provoquen un radical cambio de elección. “Solo pude ser así, por una decisión única de toda la familia. Y aquí la Iglesia no puede decir nada, ni siquiera Osoro, como no ha tenido más remedio que reconocer en privado”, afirman fuentes cercanas a la Conferencia Episcopal española.  

El Gobierno pretende a toda costa que los restos de Franco vayan a la cripta del cementerio de Mingorrubio, en el Pardo, donde ya está enterrada Carmen Polo, la mujer de Franco, pero sus nietos lo tienen claro de momento: “No ha lugar a ello”. Como ya publicó en exclusiva el director de El Cierre Digital desean enterrarle en el panteón que la familia posee en la cripta de la catedral madrileña de La Almudena. Y así se lo han hecho ya saber de manera oficial tanto al Ejecutivo de Pedro Sánchez en sus alegaciones presentadas al Decreto Ley con el que el Gobierno avaló la exhumación del dictador del Valle de los Caídos, como a la cúpula eclesiástica.

El doble cambio del Cardenal Osoro

Aunque en sus dos comunicados oficiales emitidos hasta el momento (el 24 de agosto y el 2 de octubre) la Iglesia española no se había opuesto a que el dictador fuese enterrado en La Almudena. Las “indicaciones del Gobierno” parecen haber calado en algunos cardenales en un momento donde la negociación económica entre la Iglesia y el gobierno de Sánchez puede acarrear problemas a las finanzas vaticanas. En la reunión de ayer, además de hablar de Franco, la vicepresidenta Carmen Calvo ya situó sobre la mesa del Vaticano dos serios problemas, como aviso a navegantes: el nuevo régimen fiscal de la Iglesia en España y el proceso de revisión de las inmatriculaciones por parte de la Iglesia.


El cardenal Carlos Osoro/ Eclessia

A pesar de estas indicaciones, por ahora la Iglesia pretende que sea el Gobierno del PSOE el que satisfaga algunas de las reclamaciones patrimoniales de la familia Franco para conseguir que ésta cambie su destino y sea enterrado en otro lugar (como aprobar la venta del Pazo de Meirás o la expropiación de algunos edificios que les corresponden). Tanto es el miedo que existe que la reunión de ayer entre Carmen Calvo y el número dos del Vaticano no tenía orden del día como el propio departamento del Vaticano ha confirmado: "la vicepresidencia del Gobierno de España envió una petición neutra que no especificaba los temas a tratar".

El principal miedo del Gobierno de Sánchez, que así ha transmitido a la cúpula eclesial, reside en las posibles peregrinaciones masivas a la tumba en el mismo centro de Madrid. Algo que también disgusta a determinados sectores más progresistas de la Iglesia que también se lo han hecho ya saber al cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, y al presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ricardo Blázquez”, que se encuentran preocupados, “porque son conscientes de que poco pueden hacer con la ley canónica y las normas eclesiásticas en la mano para impedir directamente el traslado de los restos de Franco a la capilla de la familia en La Almudena”. No hay que olvidar que el cardenal Osoro se ha pasado buena parte del mes de octubre en un Sínodo en Roma.

No obstante, el Gobierno de Sánchez quiere que sea la Iglesia quien medie con la familia del dictador, a través de la Conferencia Episcopal, para encontrar una solución al conflicto abierto. Pero, según ha podido saber El Cierre Digital de fuentes próximas a los nietos, “la familia Franco no cederá a las presiones del Gobierno ni a los miedos de la cúpula eclesial  y enterrará a su abuelo en “sus tumbas pagadas en la Cripta de La Almudena”. Además, cuentan con los comunicados oficiales del Arzobispado de Madrid que indican que: “la cripta está a disposición para acoger en terreno sagrado los restos mortales de un bautizado".

Las  cuatro tumbas de la Almudena

Los Franco disponen de espacio para cuatro nichos en la cripta de la catedral de la Almudena, donde no se puede aplicar la norma de no enterrar en las Iglesias al ser un recinto separado y que tiene ya ese uso.

Fue en 1987 cuando la única hija de Franco, Carmen Franco Polo, compró una tumba "a perpetuidad" en la cripta de La Almudena. Los precios por un nicho han oscilado a lo largo de la historia entre las 25.000 pesetas que se pedían por las sepulturas de San Ginés en los años setenta a los 185.000 euros que se pagaban al inicio de este siglo por los nichos, no por los columbarios que serán más caros. Los Franco, indican algunas fuentes, pagaron 150.000 euros por este nicho con cuatro tumbas, situadas a la entrada y a la derecha del altar mayor, por lo que, en teoría, abonaron más de lo habitual.

 

Familia Franco (Foto Archivo)

La cripta, con más de veinte capillas, tiene cerca de 1.500 personas enterradas, entre ellos banqueros, nobles, eclesiásticos y personajes que contribuyeron con su dinero a financiar las obras de la catedral. Actualmente celebra sepelios cada mes, aunque ya no hay más tumbas a la venta y las que permanecen vacías están reservadas.

Fue en 1998 cuando se trasladaron a lasa, hasta entonces tumbas vacías de los Franco, los restos del marqués de Villaverde, yerno de Francisco Franco. Y, en diciembre de 2017, tras fallecer Carmen Franco, fue enterrada allí junto a su esposo. Ahora, el deseo actual y oficial de los nietos del dictador es que su abuelo (y quizá su mujer, Carmen Polo, hoy enterrada en el cementerio privado de Mingorrubio sufragado por Patrimonio Nacional) también reposen en la cripta adyacente a una catedral que fue inaugurada en 1993 por el Papa Juan Pablo II.

Algo que intenta frenar a toda costa el Gobierno de Pedro Sánchez y para lo que ahora pide ayuda a la Iglesia Católica, en plena negociación económica por su nuevo régimen fiscal y con el complicado proceso de revisión de las inmatriculaciones de propiedades eclesiales en el trasfondo.

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