25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

A diferencia de la italiana "José Luis Moreno no ha sido correcto con técnicos y otros profesionales", asegura el showman a 'Elcierredigital.com'

Enrique del Pozo: "Raffaella Carrà fue mi madre artística y no sabía lo que era el ego"

Enrique del Pozo.
Enrique del Pozo.
Enrique del Pozo (Madrid, 1957) se convirtió en uno de los nombres más polémicos y populares de las denominadas tertulias del corazón. Hace nueve años al actor y cantante tomó la decisión de alejarse de los medios de comunicación. Ahora ha vuelto a los platós en el magacín de los fines de semana en Telecinco, 'Viva la vida'. Del Pozo charla con 'Elcierredigital.com' sobre su vuelta a la televisión, la actualidad y su situación sentimental.

Enrique del Pozo, actor, cantante y tertuliano, estuvo alejado de la televisión durante casi una década y desde hace unas semanas ha vuelto a la pequeña pantalla para comentar la actualidad del corazón en Viva la vida. Después de un tiempo en Italia, del Pozo vuelve con fuerza y dispuesto a decir las cosas claras. 

Vuelve a la televisión después de mucho tiempo apartado. ¿Ha encontrado muy cambiada la televisión? 

- He vivido en Italia y desde ahí he seguido la televisión y los medios españoles. La verdad es que creo no ha habido un gran cambio. Ahora es más rápida. Por otro lado, considero que la televisión pública está falta de programas musicales y de entrevistas más profundas. Hecho en falta un programa al estilo de una Mercedes Milá, un Ángel Casas, un García Tola...

- ¿Por qué volver con Viva la vida?

- Tuve otras ofertas que rechacé. Apareció Viva la vida a través mi amiga Lorena y me decidí. Iba con dudas pero, Raúl [Prieto, el director del programa] me ha fascinado. Entiendo por qué lo ha contratado Telecinco. Me parece un genio. Una persona que exige y da las gracias. Con Emma García nos miramos a los ojos y nos entendemos enseguida. Con los compañeros estoy encantado. 

- ¿No cree que nos hemos vuelto más prudentes? 

- Para nada. Sucede en este país que el derecho al honor y la privacidad parecen de segunda, algo que en la mayoría de los países se respeta mucho y aquí nos extralimitamos. Luego hay que tener en cuenta que aquí el negocio es redondo. Puedo crear una difamación, eso produce mucho dinero. Lo que luego la Justicia diga da igual porque pasa tanto tiempo que se ha olvidado. 

- Respecto a los límites, usted consiguió que, por primera vez, se considerase "maricón" un insulto en un Juzgado. 

- Una agresión no es sólo física, sino verbal. Es algo que afecta a la integridad de la persona. Lo estamos viendo con todo lo que está sucediendo. Se me llamó "maricón de mierda" y "mariconazo" en Canal Sur. Lo que paren las madres son personas, no maricones o bolleras. Me costó siete años de pleito. Siento que he trabajado muy poco en Canal Sur por una chulería de una persona que no tenía sus manos muy limpias... Lo hice no sólo por mí, sino por toda esa gente que ha tenido que aguantar que les llamen maricón. 

Recibiendo el Premio Pasolini por " Manel Dalgó : The Man Behind The Woman" mejor documental Internacional.

- Hace diez años hizo memoria del colectivo LGTBI en El muro rosa. ¿Hemos aprendido algo?

- Fue un proyecto codirigido con Julián Lara. En ese momento no había nada de memoria histórica del colectivo. Me molesta mucho cuando dicen "lo que habéis conseguido" y todo eso del "lobby gay". A nadie le insultan gritando "heterosexual" ni lo han asesinado por esa condición. Hay más de 72 países en el mundo donde se nos ahorca, se nos mata... Aquí estamos viviendo una ola homófoba y fascista en este momento que no termino de entender. La Justicia debería ser más dura con las condenas de estas actitudes. Por otro lado, hay una gran falta de memoria. Aquí las libertades se han conseguido pagando con su vida. Las primeras en salir a la calle, en Barcelona en 1977, fueron las transexuales. Pero claro, esto díselo a un chico de 14 años. Sigue habiendo una gran incultura, incluido en el propio mundo gay. Deberíamos tener interés por nuestra historia. No todo es el gimnasio, los músculos y divertirse. Hay que saber lo que hemos conseguido. 

- Se habla mucho de la necesidad de referentes. ¿Cuáles fueron los suyos? 

- Tuve una madre que intuía y sabía, era una mujer separada. Vivió la situación de sentirse apartada y censurada. Con 16 años me fui a Londres. Yo ya venía de ver mucho cine de Antonioni, de Visconti... Llego de una dictadura a Londres. Una actriz me abrió el camino cultural y sexualmente. Entré en un círculo donde estaban Glenda Jackson, Francis Bacon... Luego, cuando vine a España, conocí a gente como Eloy de la Iglesia, Pedro Olea... Pero claro, la Ley de Peligrosidad Social seguía ahí. 

"Aquí estamos viviendo una ola homófoba y fascista en este momento que no termino de entender. La Justicia debería ser más dura con las condenas de éstas actitudes".

- En esta semana es inevitable preguntar por Raffaella Carrà. 

- Era mi madre artística musical. La conocí con 16 años cenando con Fellini en Roma, de pasada. Fue muy rápido. Años más tarde sería íntima amiga mía. Ella me dijo: "van a llegar los canales privados, tienes madera de showman, puedes ser tertuliano..." y le hice caso. Así empezó mi carrera en la tele. La Carrà no sabía lo que era el ego. Siempre tenía mirada para descubrir a alguien con talento.

- Otro nombre de actualidad es el de José Luis Moreno.

- De lo que se le está acusando tendrá que demostrarse. Paralelamente, han surgido otro tipo de historias. Ha habido personas que han tenido poder y lo han utilizado para hacer buen uso o no. Yo jamás le he llamado acosador pero cada cuál tiene derecho a contar su historia cuando la puede exteriorizar. Sí he visto que no ha sido correcto a veces con los técnicos u otras personas. Es mi experiencia. En todos los lugares hay ovejas negras. Y cuervos, claro. 

Rubén Sánchez Montesinos, atleta culturista profesional de Barcelona y pareja de Enrique del Pozo. 

- Gracias a Viva la vida hemos descubierto que tiene pareja. 

- Estoy muy enamorado. Es la primera vez que hago pública una relación. Lo hago en parte también porque él, Rubén Sánchez Montesinos, es el primer atleta culturista que sale del armario. Me honra porque está haciendo una cosa muy difícil. Y quiero poder disfrutar públicamente y darnos un beso. Nos conocemos desde los años de Crónicas Marcianas. 

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