26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El publicista y Tita se conocieron a finales de los años setenta cuando la hoy galerista de arte se había divorciado de Espartaco Santoni y hacía cine

Fallece Manolo Segura, padre biológico de Borja Thyssen y uno de los grandes amores de Carmen Cervera

Tita Cervera y Manolo Segura.
Tita Cervera y Manolo Segura.
Manolo Segura ha fallecido en el hospital San Francisco de Asís. Este publicista era conocido por haber sido uno de los grandes amores de Tita Cervera y padre biológico de su hijo Borja. Sin embargo, a pesar de ser conocido este hecho, el hijo de Carmen Cervera nunca ha llevado el apellido de Segura sino el del tercer marido de su madre, Heini Thyssen.

Manolo Segura, padre de Borja Thyssen y uno de los grandes amores de juventud de Tita Cervera, ha muerto, según informa en exclusiva la web de 'Ok diario'. No han trascendido por ahora las causas de su fallecimiento.

Segura fue uno de los grandes amores de juventud de Tita Cervera, y además de tratarse del padre biológico de su hijo Borja, mantuvieron una inalterable amistad a lo largo de los años. Y es que era de lo más habitual ver a la baronesa Thyssen acompañada del empresario y de su esposa, Paz Pastor, en diferentes salidas y viajes.

Padre biológico pero no legal

Borja Thyssen es el único hijo del matrimonio de Carmen Cervera y el Barón Heini Thyssen. Realmente, Borja nació en 1980 fruto de la relación sentimental de su madre con Manolo Segura, pero fue adoptado por el aristócrata suizo de origen alemán luego de casarse con su madre en 1985.

Carmen jugó durante años al despiste sobre la paternidad biológica de Borja, llegando a afirmar en 1995 que había conocido a Heini un año antes de la fecha en el que siempre se da como la oficial del inicio del noviazgo en 1981. Borja y Carmen formaron un tándem durante las dos primeras décadas de vida del joven. Juntos protegieron y pelearon por su parte de la herencia del Barón frente a los otros descendientes del aristócrata.

La ruptura entre madre e hijo tendría nombre de mujer: Blanca Cuesta. Esta extrovertida modelo de Tarrasa (Barcelona), un año mayor que él, conoció a Borja en Sant Felíu de Guixols durante el verano de 1998 “gracias a un flechazo”. Un amigo común, que era el socorrista de la piscina del complejo náutico donde Borja atracaba su barco, les presentó.

Borja y Manolo Segura.

Dicen que su primer encuentro fue en alta mar, a bordo del yate de Borja. Que éste la impresionó a base de una cena de exquisitos mariscos preparados por el cocinero de Tita. Gracias a su relación con el heredero de la baronesa Thyssen, Blanca desfiló en la pasarela Gaudí luciendo bañadores de Dolores Cortés. Antes de ser modelo, había estudiado la carrera de Enfermería y llegó a trabajar en el servicio de urgencias como auxiliar clínica, continuando así con la tradición familiar ya que su padre era médico cirujano y su madre enfermera. También hizo sus pinitos en el mundo de la publicidad apareciendo en la portada de la revista barcelonesa Bar-ona.

Sin embargo, Blanca saltó a la fama, al igual que hizo en su día su futura suegra, al salir semidesnuda en la portada de la revista Interviú gracias a unas fotos tomadas también en la Costa Brava. Fue en marzo de 2004 y tras aumentarse el pecho. Dicen que la operación de senos fue un regalo de la familia Thyssen. “Si lo hace todo el mundo ¿por qué no lo puedo hacer yo’”, llegó a decir la modelo. Sin embargo, esta aparición pública no gustó nada a la Baronesa viuda. Desde ese momento, dejaron de ser “amigas”.

Las comidas en restaurantes de lujo y las compras en tiendas exclusivas junto a ella desaparecieron. Borja y Blanca han mantenido una relación muy tormentosa antes de formalizar su matrimonio. Sobre todo, en el periodo comprendido entre septiembre de 2004 a enero de 2005, donde rompieron todos sus vínculos. La modelo regresó a la rutina del hogar paterno en Tarrasa. Pero parece que la idea no le convenció mucho y pronto volvió al regazo de Borja, que la recogió encantado. Tanto que por ella se realizó dos tatuajes en su cuerpo: uno que ocupa su hombro y brazo derecho y que representa el símbolo de Blanca en el horóscopo chino (un enorme tigre); y, otro, en la pierna con el nombre de su chica en japonés.

En diciembre de 2006, Blanca volvió a salir desnuda luciendo sus atributos personales en una revista y en su familia política no se armó tanto revuelo. Se trataba de la publicación GQ, donde además realizaba unas declaraciones fuera de tono. Por ejemplo, se confesaba defensora a ultranza de los vídeos pornos caseros, “pero, eso sí, en privado”. También afirmaba que en su relación con Borja es él quien lleva los pantalones, pero “soy yo quien se los bajo (…) a mi novio le hace gracias que los demás puedan ver, pero no tocar”. “Cuando una pareja lleva estos años de noviazgo es normal que vaya pensando en casarse y tener hijos. Nuestra relación está muy consolidada”, ha llegado a afirmar el heredero de la baronesa, quien en su día le regaló a su prometida un caprichito: un Porsche de color rojo, que se unía a otros caprichos más diarios como son el champán francés de marca junto a latas de caviar iraní.

A pesar de que la pareja le dio dos nietos, la relación durante años entre Carmen Thyssen y su hijo y nuera pasó por situaciones dignas de un astracán. Llegó a exigir pruebas de paternidad de sus nietos y cruzó con ellos desagradables declaraciones en las revistas. La aristócrata llegó a ser timada por unos personajillos que la ofrecieron un vídeo que supuestamente acabaría con la reputación de Blanca. Por su puesto, esa grabación no existía.

Uno de los episodios más inquietantes para los que temen que pueda haber alguna repercusión en el futuro de la colección Thyssen (totalmente blindada por ser propiedad del Estado español) lo protagonizaron Borja y Blanca el día que se presentaron en el museo, en mayo de este año, para llevarse dos obras que colgaban junto a la colección Carmen Thyssen, prestada temporalmente por la baronesa al museo: El bautismo de Cristo, de Giaquinto, y Una mujer y dos niños junto a una fuente, de Goya, valorados en unos siete millones de euros.

La seguridad del museo invitó a la pareja a abandonar el edificio y el patronato acordó que las telas no saldrían del museo. Los abogados de Borja llevaron la reclamación a los tribunales y el tema sigue pendiente de resolución. Para la baronesa no hay caso. "Podría dejárselos en herencia si yo quisiera porque, a sugerencia mía, Heini los compró los días de su bautizo en Nueva York. Él no tiene ningún documento que acredite esa propiedad. No se entera. Ya veremos qué hago".

El matrimonio Thyssen-Cuesta con el Ministro de Cultura José Guirao y la viuda de Balthus en la inauguración de una exposición/ Bernardo Paz. 

Sin embargo, desde hace unos años, coincidiendo con el cerco de Hacienda. Los Thyssen-Cuesta se muestran más unidos que nunca. Se necesitan y sobre todo, buscan proteger a toda costa el inmenso patrimonio que atesoran, sabedores de que dividir los dejaría mucho más débiles.

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