Violencia entre ultras del fútbol:De la muerte de Jimmy a la última tragedia en Burgos
El motivo podría ser una discusión por rivalidad futbolística o por el simple hecho de pertenecer a la ciudad vecina.
Una acalorada discusión provocada por una rivalidad por ultras del fútbol puede ser el origen por el que un vallisoletano de 32 años, este sábado 24 de febrero, perdiera la vida tras recibir un duro e inesperado ataque de su agresor cuando estaba celebrando una despedida de soltero en Burgos. La víctima recibió un fortísimo puñetazo, perdiendo la vida casi en el acto.
El supuesto agresor es un joven burgalés de 23 años que podría ser miembro de varios grupos ultras de extrema izquierda. El motivo que se baraja es que la víctima fuera aficionado del equipo de su ciudad, el Real Valladolid, aunque también cabe la posibilidad de que simplemente fuera por el hecho de ser ciudadano de Valladolid.
Algunas fuentes apuntan a que fue un homicidio imprudente, que incluso pudo fallecer por una mala caída tras recibir el duro golpe, sin embargo, lo que es seguro es que esta no es la primera vez que por una rivalidad futbolística hay víctimas mortales.
Son varios los equipos de fútbol que desde hace un tiempo tienen prohibida la entrada a sus estadios para los aficionados ultras, que en la mayoría de los casos son los causantes de peleas y trifulcas, muchas veces premeditadas.
Los grupos ultras han estado muy presentes en la sociedad, prácticamente desde que existe el fútbol. Lo cierto es que desde la llegada de los hooligans en Inglaterra se estableció un patrón de aficionados agresivos que buscan pelearse con los contrarios para ‘defender’ a su equipo. El problema es que muchos individuos violentos han visto en esto una oportunidad para liberar su ira y luchar por defender una ideología, sin ningún tipo de afición al fútbol ni sentimiento por el club al que supuestamente representan.
Causa de la muerte
"En este momento se está investigando la motivación de la agresión, aunque parece que la condición de vecino de Valladolid de la víctima pudo ser el desencadenante", afirman varias fuentes cercanas a la investigación. El presunto agresor portaba consigo en el momento de su detención unos pasquines del grupo de extrema izquierda "Mancebos BCF", vinculado a la peña ultra Resaca Castellana. Ángel Tamayo, portavoz de la familia de la víctima, asegura que la víctima no quiso provocar ninguna pelea, y que sus últimas palabras fueron "soy de Valladolid", y que a partir de ahí le empezaron a pegar.
Por su parte Cristina Ayala, alcaldesa de Burgos, ha manifestado que "no se puede consentir que una persona encuentre la muerte al ser agredido por su origen", y ha pedido que caiga todo el peso de la justicia sobre el supuesto autor, en lo que califica como "delito de odio".
Ayala ha emitido un comunicado junto con el alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero, en el que trasladan la "buena sintonía entre las dos ciudades hermanas", y su "profundo sentimiento y cariño" a la familia y allegados de la víctima. Además, abogan por una "convivencia pacífica y respeto a las normas de buena vecindad" y condenan cualquier tipo de violencia.
Fanatismo en el mundo del fútbol
"El ser humano es agresivo por naturaleza, ya que es una especie animal en evolución. El ser humano es agresivo, posesivo y territorial, pero existen sistemas sociales para que esa agresividad no salga a la luz. Aparentemente, con esos sistemas el individuo ha aprendido a reprimir esa agresividad y evitar que se desborde en violencia. El problema es que cuando la violencia es grupal es muy difícil reconducir la situación”, nos cuenta el psicólogo Javier Urra en exclusiva para elcierredigital.com.
No es la primera vez que un hecho así está motivado por los grupos ultras de equipos de fútbol, la realidad es que estos grupos han estado muy presentes en la sociedad prácticamente desde que existe el fútbol. Al frente de estos grupos radicales normalmente se encuentran líderes señalados, que en ocasiones han sido puestos ante la Justicia e, incluso, condenados a cárcel por delitos que van desde el narcotráfico hasta la extorsión; y muchos miembros de estos grupos ni siquiera son aficionados al fútbol, sino que aprovechan ese grupo para emprender una lucha ideológica.
“La tendencia de los últimos tiempos es que hay personas muy violentas que aprovechan los grupos ultras para tener un motivo por el que agredir al otro. Esto perjudica seriamente a los que verdaderamente son hinchas de su equipo y lo apoyan sin ejercer ningún tipo de violencia física. Aunque no todos sean violentos, la sumativa de unos cuantos hace que la situación sea delicada”.
Uno de los casos más mediáticos de la historia del fútbol español fue la multitudinaria, caótica y tumultuosa pelea entre miembros del Frente Atlético, extrema derecha, y Riazor Blues, extrema izquierda, en la que también se unieron miembros de otros grupos ultras de España, que acabó con el asesinato de Francisco Javier Romero Taboada, más conocido como Jimmy, que pertenecía a los Riazor Blues.
Francisco Javier era un asistente permanente en los enfrentamientos violentos y pactados de los Riazor Blues con otros grupos ultra que se fueron sucediendo con los años. Así hasta llegar a ese 30 de noviembre de 2014, día en que se disputaba en el estadio Vicente Calderón de Madrid el choque entre Atlético de Madrid y Deportivo de la Coruña, correspondiente a la 13ª jornada de la Primera División 2014-15.
Como es habitual en el modus operandi de este tipo de bandas organizadas, miembros de los Riazor Blues y del Frente Atlético se habían citado a través de las redes sociales unas horas antes del encuentro, sobre las 8 de la mañana, con la única intención de iniciar una batalla campal entre ellos y agredirse mutuamente. El resultado fue predecible: numerosos heridos, varios de ellos por arma blanca, y ningún 'ganador' al final del combate.
Más noticias: