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Una mujer con cabello oscuro y vestido blanco en un evento social.
SUCESOS

Sin rastro de Ana Belén Jiménez, la joven desaparecida hace 30 años en Villarrobledo

Se fue de casa con 17 años después de discutir con su familia y su hermana asegura que "el caso no se investigó bien"

El próximo 8 de julio, se cumplen 30 años desde que Ana Belén Jiménez Armiñana abandonaba su casa en Villarrobledo (Albacete), inicialmente solo por unos días, ya que había discutido con sus padres. Desde aquel día de verano de 1994, la familia de la chica que hoy tendría 48 años, siguen buscándola con la esperanza de encontrarla. volver pasados un par de días. Nunca lo hizo. El padre de Ana Belén falleció a causa de un cáncer en 2006, pero su madre y sus hermanas Mari Carmen y María José no cesan en su intento de encontrarla volver a abrazarla.

El día de su desaparición, Ana Belén tenía 17 años. En su día —tal y como figura en la ficha de la desaparición que aparece en varios portales de personas desaparecidas—, Ana Belén medía 1,60 metros, pesaba 55 kilos y tenía el pelo largo y liso de color castaño. Los ojos, verdes. Uno de sus rasgos más distintivos es una cicatriz que posee en el maxilar izquierdo a causa de una operación.

Cuando Ana Belén salió de casa aquel 8 de julio lo hizo con lo puesto, sin documentación, 1.100 pesetas en el bolsillo y medicación para la epilepsia —enfermedad que sufría— para tres días, según relató su hermana al periódico El digital de Albacete.

En el 30 aniversario de su misteriosa desaparición, elcierredigital.com ha podido conversar con su hermana Mari Carmen, que asegura que "hay muchas cosas que no se hicieron bien en la investigación". Mari Carmen lamenta que "lo peor de todo es que estamos como al principio. Aprendes a vivir con ello, pero la herida sigue igual". Respecto a sus padres, la hermana de Ana Belén señala que siguen con la incertidumbre de no saber qué pasó, "mi padre se murió sin saber donde estaba su hija y mi madre está muy triste porque va cumpliendo años y esto no se resuelve".

Cartel de persona desaparecida de la Asociación sosdesaparecidos. En la parte superior se lee
Cartel de desaparecida de Ana Belén Jiménez. | Asociación Sosdesaparecidos

Por el protocolo de la época, había que esperar 48 horas antes de denunciar una desaparición. Además, el caso de Ana Belén, que comunicó su intencionalidad de marcharse, se consideraba como ausencia voluntaria. La impresión de Mari Carmen es que la clave del caso "es que no hay que esperar ninguna hora cuando sucede una desaparición. Da igual la edad que tenga, ese tiempo es tiempo que se pierde. No se toma en serio cuando se trata de jóvenes o adolescentes, porque se creen que es una rabieta, pero luego pasan cosas y se equivocan".

Además, Mari Carmen señala en una llamada telefónica con elcierredigital.com que "hay una preocupante falta de comunicación entre las autoridades y las instituciones. No se hace pruebas de ADN, hay un montón de cadáveres sin identificar que nadie sabe quiénes son". Y puntualiza: "Se podrían resolver muchos más casos si se hiciera la gestión de otro modo. Hay muchas veces que  no se tiene en cuenta a las familias de los desaparecidos".

La hermana de la desaparecida recalca que en esa época "hicimos muchos trámites y gestiones y nos enteramos de que podría haberse tratado de un caso de  trata de blancas. Estaba muy 'de moda' entonces".

La desaparición de Ana Belén Jiménez

Natural de Villarrobledo (Albacete), Ana Belén vivía con sus padres. El 8 de julio de 1994, según relató su hermana, había tenido una riña con sus padres. El motivo es que Ana Belén quería ir a tomar un café. A pesar de que su madre intentó que no fuera debido al calor, Ana Belén salió. Prometió volver pronto, pero lo hizo cerca de las 11 de la noche. Esto provocó una pequeña discusión con sus padres que se solucionó rápido, según su hermana.

No obstante, unas horas después, en plena madrugada, su hermana Mari Carmen recibió una llamada de Ana Belén en la que le confesaba que necesitaba irse de casa un par de días. Llevaba medicación para ese tiempo, 1.100 pesetas y lo puesto. Pasados esos días, Ana Belén todavía no había vuelto.

Las pistas no cesaron de aparecer. Muchas personas dijeron haber visto a Ana Belén formando parte de una secta, entre las paredes de un prostíbulo y en diversas ciudades. Una de las más recurrentes: Valencia. Una de las últimas pistas ubicaba a Ana Belén en esta ciudad en el año 2015. Fueron varias personas las que dijeron haberla encontrado en el supermercado Mercadona de Patraix, en la calle de Sagunto, en la calle Jativa y en el Mercado de Ruzafa.

Los padres de Ana Belén, que se volcaron en buscar a su hija, fueron a Valencia así como al resto de lugares en los que diferentes testigos habían indicado que habían visto a Ana Belén. Ni rastro. Su padre, incluso, llegó a crear la Asociación de Desaparecidos de Castilla-La Mancha (AFADECAM) y a conseguir que el caso se moviera en los diferentes medios de comunicación.

En la época de las niñas de Alcàsser

Cuando Ana Belén desapareció, se investigó en los medios de transporte de la zona para ver si la joven había podido comprar un billete. Ni rastro. Eso llevó a los padres a pensar que se subió al coche de alguien. En aquella época, en el año 1994, el crimen de las niñas de Alcàsser todavía estaba fresco en la memoria, y los progenitores de Ana Belén tenían miedo de que la joven hubiera sufrido el mismo destino.

Tres fotografías de mujeres jóvenes, cada una en un recuadro separado, con expresiones faciales neutras.
Las niñas de Alcàsser desaparecidas. | El Cierre Digital

La desaparición de las conocidas como niñas de Alcàsser (Miriam, Toñi y Desirée, de 14 y 15 años) tuvo lugar el 13 de noviembre de 1992. Sin embargo, durante unos meses España al completo mantenía la esperanza de encontrarlas con vida. Una que se perdió el 27 de enero de 1993, cuando aparecieron sus cadáveres en el paraje de La Romana.

La investigación indicaba que las niñas hicieron autostop al salir de la discoteca Coloor de Picassent (Valencia), con la mala fortuna de que acabaron subiéndose en el coche de Antonio Anglés y Miguel Ricart. Ambos las secuestraron, las llevaron a una caseta abandonada en el campo, las torturaron, violaron, asesinaron y luego las enterraron.

El terrible crimen marcó a la sociedad española de la época. Ana Belén desapareció poco más de año y medio después de hallar los cadáveres de las niñas. A diferencia de estas, no hay pistas sobre qué ocurrió con Ana Belén aquel día. Y 29 años después, su familia sigue luchando por encontrarlas y poder ver a la joven que desapareció con 18 años y que ya tendría 47.

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