Preocupa la desaparición de Alejandro Burgneriu y su madre

Alejandro Burgneriu Pugoy, de dos años, y su madre, Daisy Pugoy, desaparecieron el pasado 19 de junio de 2023 en Madrid. Ese día, el padre de Alejandro,  Andrei Burgneriu, y Daisy tuvieron una fuerte discusión, tras la cual  la madre y el pequeño se marcharon de casa. La pareja llevaba junta siete años, pero desde noviembre de 2022 la relación empeoró a raíz de las complicaciones del síndrome de Alejandro. Andrei es de origen rumano y lleva 23 años en España, mientras que Daisy es de Filipinas. 

Alejandro padece el  Síndrome de Pitt Hopkins, una enfermedad rara que supone un trastorno del neurodesarrollo. El pequeño acude al Centro Regional de Coordinación y Valoración Infantil de Madrid (CRECOVI) y la discapacidad está en proceso de dictamen. Desde su desaparición el pequeño ha faltado a varias citas médicas, que son cruciales para analizar el desarrollo de la enfermedad que padece. 

Su ropa está en su casa, pero la documentación no

Tanto la ropa de la madre como la del menor está en casa, pero la madre se fue con su pasaporte y el de su hijo. Además, la madre del pequeño también tiene la tarjeta sanitaria de Alejandro. Andrei ha intentado contactar por teléfono con Daisy, pero pese a que da señal nunca le coge las llamadas y el día 21 el móvil se desconectó de la red. La policía ha puesto en señalamiento los pasaportes de ambos, con el fin de evitar que el menor pueda salir del país.

Elcierredigital.com ha contactado con Andrei Burgneriu, que ha mostrado su preocupación porque “ya han pasado 17 días y no sé nada de ellos desde el día 21, cuando Daisy me amenazó y me dijo que jamás volvería a ver a ninguno de los dos.  Después de que se fueran envié un mail a la trabajadora social que lleva el caso de mi mujer preguntándole si sabía algo de ella. Me respondió que desconocían dónde se encontraban mi mujer y mi hijo y que en caso de saberlo no podrían decírmelo por protección de datos”. 

La situación entre ambos padres comenzó a complicarse,  “ella tuvo que dejar de trabajar para cuidar del pequeño y yo seguía trabajando, al cabo de un tiempo Daisy me dijo que la situación no le gustaba. Ella siempre quería más y yo no podía dárselo todo porque estábamos limitados económicamente. Tras varios meses malos pasamos a ser pareja de convivencia por el bien de nuestro hijo”, indica el padre del pequeño. 

Previamente, Andrei había tenido dos denuncias por violencia de género que se dirimieron con dos juicios rápidos, pero que han ocasionado que la madre pasara a la protección de violencia de género, yendo a un centro de los servicios sociales.  “Yo jamás la he pegado, en ambas denuncias salí sin cargos y fueron consideradas falsas denuncias porque no procedían”, añade el padre del pequeño. 

Cabe la posibilidad de que hayan salido del país

Andrei ha interpuesto varias denuncias desde que desaparecieron. Una de ellas a la madre del pequeño por secuestro y desaparición del menor. “En ningún momento se le concedió la custodia a su madre ni a mí, por lo que yo tengo el mismo derecho que ella a ver a mi hijo. No sé si están en los servicios sociales de San Blas porque se niegan a decirme nada, no lo entiendo”, explica el padre del pequeño. 

“Ya no sé qué pensar, la verdad es que me pongo en lo peor y tengo miedo de que les haya podido pasar algo. Estoy muy preocupado porque la medicina de mi hijo está aquí, en casa. Pese a que tengo un abogado no han tramitado nada en los juzgados porque dicen que quieren localizar a la madre de mi hijo. Dada la complejidad de la situación necesito todos los medios posibles para poder dar con mi hijo y saber que está bien. Daisy tiene muchos amigos y podrían haberla ayudado a salir del país, ya que se fue sin dinero. La policía me dijo que podrían haber salido de España por Francia, pero nada es seguro y la incertidumbre me atormenta”, concluye Andrei.

La preocupación principal de Andrei es que se trate de una sustracción parental, en cuyo caso se dispararía la posibilidad de que la madre se dirija a su país de origen, Filipinas, con el pequeño Alejandro.