Lucha en la residencia de ancianos de Algemesí tras la DANA: 'Sentimos mucha angustia'
La responsable de ancianos: 'La falta de agua nos complica mucho las tareas de higiene y aseo tras la DANA, es difícil'
En 1982 Inmaculada Camarasa tenía 14 años cuando vivió la conocida como 'Pantanada de Tous'. Más de cuatro décadas después ha revivido aquella tragedia como directora de la residencia San Vicente Ferrer, en Algemesí. Una de las zonas damnificadas tras el paso de la DANA.
"Esto ha sido mucho más duro porque ha habido muchas pérdidas humanas", revela a Elcierredigital.com.
La residencia que dirige se encuentra en una de las zonas altas del pueblo. "Por fortuna, no hemos tenido que lamentar ninguna pérdida, pero la planta baja ha quedado llena de lodo. Hemos sentido angustia".
En la actualidad, la instalación tiene 49 residentes y un equipo de auxiliares. Tras el paso de la DANA los trabajadores "se han llevado la peor parte porque no podían descansar".
- El paso de la DANA desató el caos en Algamesí, ¿cómo vivieron ustedes aquel día en la residencia?
Nosotros recibimos el aviso y, afortunadamente, pauté con las auxiliares que adelantaran la hora de la cena. Las habitaciones en las que viven los residentes se encuentran en la primera y segunda planta.
Cuando el agua comenzó a desbordarse, cada residente se encontraba en su habitación. Por fortuna, la residencia se encuentra en una de las zonas altas del pueblo.
Lo que comenzó a entrar fue barro y lodo. Cuando la capilla o los salones de visitas y juntas comenzaron a llenarse de agua, cada residente se encontraba en su habitación.
- Un día después, ¿cómo llevaron a cabo las tareas de limpieza?
Tuvimos suerte porque en la residencia no se fue la luz. Pero no contábamos con agua potable para poder llevar a cabo las tareas de limpieza y cocina.
La peor parte se la llevó el personal. Los auxiliares que entraron en turno de tarde el martes no sabían si podían regresar a sus casas y tuvieron que quedarse allí. No podían descansar.
El problema fue que el relevo tenía muy difícil acceder a la residencia. Por suerte, las zonas afectadas estaban en la primera planta. Y han sido muchos los voluntarios que han venido a retirar muebles y productos inservibles.
Así, los auxiliares se han podido dedicar al cuidado de los residentes.
-Otra de las consecuencias en las zonas damnificadas es la aparición de infecciones. En este caso, los residentes son personas muy vulnerables a contraer enfermedades.
La falta de agua ha complicado las tareas de aseo e higiene de los residentes. Lo hemos vivido con mucha angustia, sobre todo, porque a diario suelo poner una gran cantidad de lavadoras. No podía poner ni una.
Hemos agotado las existencias de la casa. Desde toallas hasta sábanas. Por suerte, cada residente cuenta con ocho mudas y se han podido cambiar.
Un anciano debe de tener una rutina de aseo muy estricta, que ha sido imposible. La preocupación era grande porque, por ejemplo, en muchos casos el cambio de pañales es constante. Hemos tenido que usar barreños con agua caliente para poder llevar a cabo esas tareas de lavado.
También ocurre que a causa de la humedad ha aparecido moho en las paredes.
- ¿Cómo han vivido los residentes la situación?
Ellos no han sido conscientes de esta situación, lo que han visto por televisión. Algunos me preguntan si pueden salir a la calle, pero es imposible. Muchos necesitan andadores y es inviable porque las calles están inundadas de barro.
- Se ha cumplido una semana desde que la DANA asolara Algemesí, ¿cómo veis la realidad actual allí?
Es muy duro. El pueblo está muy dañado y la planta baja de la residencia también. Por fortuna, no hemos tenido que lamentar pérdidas humanas, los daños materiales se podrán reponer en un futuro.
En nuestro caso, hemos contado con la ayuda de familiares que nos han ayudado o voluntarios que han traído comida caliente. Estoy profundamente agradecida a todo el mundo que nos ha ayudado. La solidaridad ha sido extrema.
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