Incendios devastan lugares históricos: Plaza Mayor de Madrid y Bolsa de Copenhague.
Fuego en antiguo edificio danés: pérdida de símbolo urbano, evocando casos similares en Europa.
En la mañana de este martes 16 de abril el histórico edificio de la Bolsa de Copenhague, uno de los más antiguos de la capital danesa y una obra arquitectónica reconocida, ha sido devorado por las llamas, sufriendo daños en su estructura y su emblemática aguja central ha terminado por derrumbarse poco después del inicio del fuego.
Por suerte, no hay que lamentar víctimas mortales, pero supone la pérdida de un símbolo histórico de la ciudad que, además, atraía a visitantes de todo el mundo: "Es nuestro tesoro nacional", aseguran ciudadanos daneses a los medios de comunicación.
La rápida actuación de los servicios de emergencia hizo que esa misma tarde el incendio estuviera bajo control. A medida que la ciudad se recupera del impacto del incendio, la pérdida del edificio de la Bolsa de Copenhague sirve como recordatorio de la fragilidad del patrimonio arquitectónico y la importancia de tomar medidas para proteger y preservar estos tesoros históricos en todo el mundo.
A lo largo de la historia, edificios emblemáticos en todo el mundo han caído víctimas de las llamas, dejando un vacío en el paisaje urbano y asestando un golpe al patrimonio cultural de la humanidad. Sin olvidar la catástrofe humana en caso de que haya víctimas mortales.
Catedral de Notre Dame, París
El 15 de abril de 2019, la ciudad de París y el mundo entero quedó conmocionado ante la escena de ver como un voraz incendio consumía la emblemática Catedral de Notre Dame, un edificio de un valor cultural incalculable. El fuego provocó serios daños en la estructura y en el interior del edificio.
Esta imagen provocó en las personas un sentimiento de tristeza y solidaridad, y apenas 24 horas después de su incendio ya se habían recaudado más de 800 millones de euros para su reconstrucción. Gracias a este sentimiento, las obras comenzaron rápidamente y ya se ha anunciado que las obras finalizarán este 2024, reabriéndose sus puertas al público.
Teatro de la Fenice, Venecia
Un 29 de enero de 1996 las llamas devoraron uno de los teatros más famosos de Venecia, que es además uno de los grandes reclamos turísticos de la ciudad italiana, el Teatro de la Fenice. Este emblema de "La reina del Adriático" ha sufrido varios incendios a lo largo de su historia. Inaugurado en 1792, en 1836 quedó destruido por un incendio, pero su reconstrucción fue rápida, y solo un año después volvió a abrir sus puertas al público.
Su nombre también guarda relación con estos incendios, la Fenice, que significa 'Fénix' en italiano, haciendo referencia a la figura mitológica del Ave Fénix, un ave majestuosa que en la antigüedad se creía que era única y renacía de sus cenizas.
En 1996 sufrió otro incendio que destruyó el edificio, y en esta ocasión la reconstrucción empezó en 2001 y duró dos años, pero se respetó el estilo original del siglo XIX.
Catedral de San Pablo, Londres
En Londres, Inglaterra, esta ubicada la segunda catedral más grande del mundo, la Catedral de San Pablo, construida en 1240. Sin embargo, el Gran Incendio de Londres de 1666, redujo a cenizas gran parte de la ciudad y esta majestuosa catedral fue uno de los afectados.
Tras el Gran Incendio, la catedral quedó gravemente dañada y su reconstrucción comenzó en 1976 y se completó en 1710. Su reconstrucción estuvo liderada por el arquitecto Christopher Wren, que diseñó una nueva catedral aún más grande y grandiosa que la anterior, que la convertía en el impresionante edificio que es hoy en día, además de ser un símbolo de resiliencia y renacimiento para la ciudad de Londres.
Edificio del Reichstag, Berlín
Durante la Segunda Guerra Mundial tuvo lugar el Incendio del Reichstag, en 1933, que dejó en ruinas el icónico edificio parlamentario alemán. La causa del incendio sigue siendo motivo de controversia, y su consecuencia supuso un gran impacto en la historia política y cultural de Alemania. Sin embargo, este oscuro capítulo en la historia de Alemania dio paso a un renacimiento arquitectónico.
Tras finalizar la guerra, ver el Reichstag en ruinas sirvió como reflejo de lo catastrófico que había sido el conflicto. Hasta que en 1999, después de extensos trabajos de reconstrucción y restauración, el edificio reabrió sus puertas convertido en un símbolo de renacimiento y renovación, y como sede del Parlamento Alemán.
Incendios en construcciones históricas de España
En España también hay varios edificios emblemáticos de gran valor cultural que han sufrido graves daños por culpa de las llamas de un incendio.
En 1966, un incendio provocado por la chispa de un rayo que alcanzó el tejado de la Catedral de León le causó daños significativos al edificio. Las llamas devoraron gran parte del techo y destruyeron valiosas obras de arte que se encontraban en su interior. Tras el incendio, se iniciaron trabajos de restauración y reconstrucción para devolver la catedral a su antigua gloria. Actualmente, se ha convertido en un testimonio vivo de la rica herencia cultural y espiritual de León, que atrae visitantes de todo el mundo con su impresionante belleza y su historia fascinante.
En 1994, durante las obras en su reparación, el Teatro del Liceo de Barcelona sufrió un incendio que lo destrozó por completo. El teatro, inaugurado en 1847 y considerado uno de los teatros de ópera más prestigiosos de Europa y símbolo de la vida cultural de Barcelona, fue reconstruido en poco más de dos años y volvió a abrir sus puertas en 1999.
Durante la Guerra Civil Española, la ciudad de Santander fue testigo de uno de los momentos más oscuros de su historia reciente, con el devastador incendio de 1941 que consumió gran parte de la emblemática Catedral de Santander, dedicada a la Asunción de la Virgen María. Uno de los principales símbolos religiosos y arquitectónicos de la ciudad, que quedó seriamente dañada. En su reconstrucción se quiso respetar las características del monumento original.
Otro lugar emblemático que ha sufrido daños a causa del fuego es la Plaza Mayor de Madrid y lo ha hecho hasta en tres ocasiones. A pesar de ellos, ha logrado mantenerse como centro cultural, comercial y social de la capital, además de conservar su esencia.
En 1631 se inició en una casa particular y causó daños significativos en la estructura de la plaza. En 1672 la gran afectada fue la Real Casa de la Panadería. Y el más devastador ocurrió en 1790, cuando ardieron varias de las casas del interior de la plaza, pero también se vieron afectados edificios del exterior, como la iglesia de San Miguel de los Octoes, que tuvo que ser derribado.
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