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SUCESOS

La enfermera víctima de Noelia de Mingo: No debía estar en libertad.

La sanitaria dice a Elcierredigital.com que ver las imágenes del ataque en El Molar removió todos sus sentimientos.

Silvia -nombre ficticio para preservar su anonimato- fue una de las víctimas de la doctora Noelia de Mingo en el ataque perpetrado por la médico residente en la Fundación Jiménez Díaz el 3 de abril de 2003. Aquel día fueron asesinadas tres personas, y otras cinco resultaron heridas de gravedad. "Aunque han pasado ya 18 años, revives de nuevo todo el horror. Te remueve mucho" relata a elcierredigital.com. "Sólo el que pasa por una situación así sabe lo que se siente". 

Sobre si un episodio como el vivido se puede superar, esta enfermera señala que, "existen muchas terapias que ayudan a llevar mejor el día a día". Sin embargo, explica, hablar de ello, en muchas ocasiones, es un ejercicio doloroso. "Te descoloca, porque sin querer te lleva al recuerdo, a la imagen, a todo el proceso que pasamos, al juicio. Te lleva a muchos recuerdos de un momento que, aunque ya quedó atrás, te sigue acompañando". 

Silvia por ejemplo, no puede ver películas que incluyan escenas violentas. También siente miedo cuando tiene que regresar a casa sola por las noches. El estrés, las secuelas a nivel psicológico, explica, fluctúan. "Hay días en los que estás bien, días en los te quieres comer el mundo, y otros en los que la situación te sobreviene y te aplasta, te vas abajo". 

El lunes fue uno de esos días difíciles. Esta sanitaria explica a elcierredigital.com que se enteró de la noticia a través de un grupo de mensajería. "Busqué en Internet. Ver las imágenes del ataque, escuchar y leer que sucedió, todo eso te revuelve y te coloca en una situación de miedo, de estrés. Te preguntas qué te va a pasar y vuelves a recordarlo todo".

Noelia de Mingo, en prisión provisional y para quien la Fiscalía pide que sea acusada por un delito de tentativa de homicidio, fue detenida este lunes tras apuñalar a dos empleadas en un supermercado de la localidad madrileña de El Molar. Según relataron los testigos, lo hizo enajenada, con ensañamiento. Primero atacó a la cajera, en estado grave, y después a la dueña del establecimiento, que logró refugiarse en una farmacia cercana. 

Una persona con cabello rizado y gafas, vestida con un abrigo oscuro, está de pie al aire libre con un fondo borroso que incluye una chaqueta azul colgada.
Noelia de Mingo en el año 2003. | El Cierre Digital

"Noelia no puede ni debía estar en libertad", lamenta. Una idea en la que coinciden todas sus víctimas, que no entienden cómo la misma mujer que asesinó a tres personas en el año 2003 fue puesta en libertad tras cumplir catorce de los 25 años a los que había sido condenada. "Con todo el daño que ha hecho a tantísima gente, la huella que ha dejado no solo en las propias víctimas, sino en todo su entorno, no entiendo cómo pudieron soltarla. Tampoco que eligieran como tutora a su madre. Desde mi punto de vista como enfermera, una persona de esa edad - la madre de Noelia de Mingo tenía 80 años cuando su hija salió en libertad- no está capacitada para llevar un control sobre la medicación, o para detectar los síntomas".  

Sin embargo, Silvia señala que, aunque no estuvo de acuerdo, confiaba en el dictamen de los profesionales. "Al comunicarlo oficialmente un juez, un psiquiatra, un equipo de profesionales que consideras pueden evaluar la situación de forma correcta, te dices a ti misma que ellos son los que deben decidir". De hecho, durante una temporada, explica, la enfermedad de Noelia de Mingo remitió, y así se lo comunicaban desde el juzgado. "La medicación te sostiene, pero no te cura. Y ha vuelto a ocurrir lo mismo. Esta es la justicia que tenemos".

Además, esta enfermera denuncia  el abandono de las víctimas por parte de los servicios sociales. "La gente que pasa por situaciones así, límites con la vida, tiene que hacer un esfuerzo titánico para estar bien", sin embargo, lamenta que "muchas veces los servicios sociales no están de tu lado. Tienes que estar hecho pedazos".

Por ello, explica, hace público su testimonio por si con él  puede ayudar a una persona que esté pasando por una situación complicada, como a las dos víctimas de El Molar y a sus familias. "Aunque es una mochila que llevas día a día, que te intentas quitar aunque no es fácil, focalizarte en que te vas a ver mejor día a día, en que esto continúa y que hay que saber cuidarse para cuidar a los demás, es el camino a seguir. Aunque es fácil decirlo, no es tan fácil hacerlo y necesitas mucho apoyo, tanto de profesionales, como de tu entorno, como de los servicios sociales".

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