Emma Igual es la décimoquinta cooperante española asesinada desde 1990
La voluntaria Emma Igual, de 32 años, murió por un misil ruso cerca de Bajmut mientras ayudaba a civiles.
La voluntaria española Emma Igual, de 32 años, falleció el pasado domingo en Ucrania tras recibir el impacto de un proyectil ruso contra el vehículo en el que viajaba, cerca de Bajmut. En el ataque también ha fallecido un voluntario canadiense, Anthony Ihmal, y han resultado heridos un médico alemán y un voluntario sueco, según ha informado Road To Relief, la ONG para la que trabajaban.
El ministro de Exteriores José Luis Albares confirmó el fallecimiento de Igual durante una comparecencia desde Nueva Delhi, donde ha participado en la cumbre del G20. La ONG dedicaba sus esfuerzos a la asistencia y evacuación de civiles atrapados por el conflicto causado por la invasión rusa de Ucrania.
Road To Relief informó a través de un comunicado que el equipo de Igual se dirigía el pasado domingo por la mañana a Bajmut para determinar las necesidades de los civiles que habían quedado atrapados entre el fuego cruzado que los ejércitos ucraniano y ruso mantienen en las localidades de Ivanivske, Donetsk y la región de Bajmut.
La ONG ha confirmado que en el vehículo viajaban, además de Igual y el voluntario canadiense Anthony Ihnat, un médico voluntario alemán, Ruben Mawick, así como un ciudadano sueco, Johan Mathias Thyr, que resultaron heridos. Ambos sufren heridas provocadas por la metralla así como quemaduras, ambos se encuentran hospitalizados.
La cooperante española será condecorada con la Gran Cruz de Isabel la Católica a título póstumo, según avanzó el lunes el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en funciones.
Quince cooperantes españoles asesinados desde 1990
La muerte de Emma Igual se une a la de otros catorce cooperantes españoles desde el año 1990, que fallecieron mientras cumplían su misión humanitaria en diferentes partes del mundo. La mitad de ellos perdieron la vida en África: tres en Ruanda, uno en Mozambique, otro en Guinea Ecuatorial, uno más en Marruecos y otro en Etiopía. Otros cuatro cooperantes españoles murieron en América: dos en El Salvador, uno en Colombia y uno en Perú.
En Europa, particularmente en Bosnia y Chechenia, murieron dos cooperantes españoles, además de Lorena Enebral, que pertenecía al Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y fue asesinada en Afganistán en 2017. En su mayoría, los cooperantes españoles asesinados eran médicos, enfermeros o trabajaban para organizaciones de ayuda sanitaria.
El 10 de septiembre de 1990 se halló sin vida a la médico Begoña García Arandigoyen en El Salvador. Arandigoyen ejercía su profesión en un puesto médico del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), en Santa Ana, cuando fue secuestrada y posteriormente asesinada por una organización paramilitar salvadoreña.
También en El Salvador, y apenas dos meses después del caso de Arandigoyen, murió la médico Marta González Gómez, de 29 años, durante un ataque del Ejército a un campamento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), donde ejercía su profesión.
Ya en 1995, muere en Bosnia la médico Mercedes Navarro Rodríguez, de 38 años, en la oficina de Médicos del Mundo en Mostar, cuando un hombre entró con un arma y comenzó a disparar matando a la cooperante e hiriendo a varios miembros del grupo.
En 1996 en Mozambique, la médico Inmaculada Vieira Fuentes, cooperante de Medicus Mundi-Catalunya (MMC) falleció a causa de un disparo presuntamente efectuado por un policía mozambiqueño cuando circulaba en coche por la ciudad de Maputo. El mismo año asesinaron en Chechenia a la cooperante española Fernanda Calado, y otros cinco cooperantes del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).
El 18 de enero de 1997 en Ruanda, son asesinados en Ruhengeri por extremistas hutus Manuel Madrazo, médico; María Flores Sirera, enfermera, y Luis María Valtueña, fotógrafo y logista, todos ellos cooperantes españoles de la ONG Médicos del Mundo. Este fue sin duda uno de los episodios más trágicos de la cooperación española en el extranjero, quedando marcado en la memoria popular.
Ya en 1999, el cooperante español IñigoEguiluz Tellería, de 24 años y natural de Bilbao, y el sacerdote colombiano Jorge Luis Mazo, fallecen en Colombia al caer al río Atrato en Murindó, después de que su embarcación fuera embestida por una lancha tripulada por Jimmy Matute Palma, paramilitar de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Matute fue condenado en 2004 a 32 años de prisión.
En Guinea Ecuatorial en el año 2003, la cooperante Ana Isabel Sánchez Torralba falleció a causa de los disparos de un militar contra un autobús público en un puesto de control, en un "incidente" que las autoridades guineanas calificaron de "lamentable".
Cuatro años más tarde, en 2007, hallaron en Perú el cadáver de Marcos Lucas Sesarego, de 67 años, que había llegado a Lima seis meses antes y trabajaba como voluntario en un albergue de enfermos de sida. Su presunto asesino, el sudafricano Fourie Stethanus Petrus, vivía en el albergue y el móvil fue un robo.
En abril de 2008 en Marruecos fue asesinado Manuel Leandro, ex cooperante canario que trabajó en la construcción de desaladoras de agua de mar alimentadas por energías renovables.
Hace seis años, en 2017. La cooperante española del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Lorena Enebral, es asesinada a tiros en Afganistán por un hombre sin identificar en un centro médico de la organización en la ciudad de Mazar-e-Sharif, en el norte del país.
El último caso anterior al de Emma Igual sucedió en Etiopía en 2021. Médicos Sin Fronteras informó que la cooperante española María Hernández y otros dos colegas etíopes, todos empleados de esta ONG, fueron asesinados en un ataque cometido en Tigray, región al norte de Etiopía sumida en una guerra.
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