El ‘Edipo criminal’: Así son los delincuentes que siguen la conducta penal de su madre

Jezabel Herrero Pernía, conocida en el ámbito delictivo como ‘La Tata’, es una figura prominente en el submundo criminal de Madrid. A lo largo de su vida, ha acumulado más de 40 antecedentes penales y ha sido vinculada a múltiples robos, principalmente alunizajes. Esta técnica de robo consiste en estrellar vehículos contra escaparates para acceder rápidamente a los locales y robar.

Su carrera criminal ha estado marcada por sus relaciones con otros delincuentes notorios, como  Jonathan Moñiz Alcaide, alias ‘El Piojo’.

Alcaide es un butronero experto en alunizajes. La influencia de estas relaciones se extendió también a su hijo, Miguel Gómez Herrero, conocido como 'Piojín'. A pesar de su juventud, pues tal y como señala ABC tiene 20 años, sigue los pasos de su madre y padrastro en el mundo del crimen.

‘La Tata’ y el ‘Piojín’ han sido arrestados en varias ocasiones, la más reciente este mes de agosto. En concreto, tras un robo en una óptica del barrio de Salamanca en Madrid, donde se llevaron 150 gafas de sol. Sin embargo, este incidente es solo uno más en una larga lista de delitos.

En meses anteriores, habían sido detenidos por robar en un colegio, una empresa y una clínica. En esta última sustrajeron dinero en efectivo y dispositivos electrónicos valorados en decenas de miles de euros.

A pesar de sus continuas detenciones, Jezabel ha conseguido esquivar penas largas de prisión en más de una ocasión. Su caso más notorio fue cuando logró evadir la justicia durante dos años. Finalmente fue capturada en 2020 en un centro comercial de Madrid.

Desde su adolescencia,  ‘Piojín’ ha estado involucrado en diversas actividades delictivas, muchas de ellas en compañía de su madre. Su nombre comenzó a ganar notoriedad cuando, aún siendo menor de edad, participó en una serie de 'grandes golpes'.

A pesar corta edad, la policía ya le ha registrado múltiples reseñas policiales. La mitad de ellas acumuladas antes de alcanzar la mayoría de edad.

Elcierredigital.com ha contactado con Vicente Planas, criminólogo y agente de la Policía Local de Jávea. Planas ha señalado durante su encuentro con este medio que “el ‘Piojín’ se ha criado con el crimen. Este caso puede tener ‘síntomas’ de complejo de Edipo".

"Este complejo se desarrolla a muy temprana edad, durante las primeras fases de desarrollo. Este chico podría haber desarrollado una relación especial con su madre por la ausencia de su figura paterna. Si su madre, que además ejerce una posición dominante, es criminal, es un cóctel molotov para la personalidad de un chaval”.

El 'Edipo criminal'

Como se viene mencionando, el vínculo entre Miguel y su madre es particularmente fuerte. Y no solo a nivel familiar, sino también en el ámbito delictivo. Juntos, han participado en robos organizados que incluyen alunizajes, sustracción de cajas fuertes y robos de objetos de alto valor.

Miguel creció en un ambiente marcado por la criminalidad. Rodeado por influencias como ‘El Piojo’ y otros delincuentes con los que su madre ha tenido relaciones. 

En este sentido, Vicente Planas explica: “Normalmente con la edad este complejo se va superando. El niño ‘deja’ la figura de la madre y se centra un poquito más en la figura del padre, lo imita".

"Eso es lo que suele pasar. En este caso, por ejemplo, el niño se ha aferrado aún más a la madre y eso refuerza su conducta criminal. Además tiene a la expareja de su madre, el 'Piojo', ejerciendo una influencia enorme”, sentencia Planas.

Las claves de la conducta del ‘Piojín’

Para entender la conducta criminal del ‘Piojín’, Vicente Planas apunta: “Es importante analizar el entorno. ¿Qué hace la madre? delinquir. ¿Qué hace su entorno cercano? delinquir. Es una combinación con matices del complejo de Edipo y la ausencia de una figura paterna estable”.

El complejo de Edipo es una teoría propuesta por  Sigmund Freud. Describe la atracción de un niño hacia su progenitor del sexo opuesto y la rivalidad hacia el del mismo sexo. Ha sido relacionado con varios casos criminales a lo largo de la historia.

La mayoría de las personas superan esta etapa durante la infancia. Aunque en algunos casos extremos, los sentimientos no resueltos pueden manifestarse en actos de violencia.

“Todo esto genera una desviación de personalidad en el niño. Al no encontrar esa figura paterna y tener además una madre dominante y criminal, el niño abandona su personalidad por la de su madre”, explica Planas.

De igual manera, Planas no fija el ojo solo en el entorno del ‘Piojín’: “En este caso vemos también un serio problema de reincidencia. Si el chico ve que a su entorno criminal les ‘sale a cuenta’ todos los robos, optará por la vía criminal".

"Si hay una recompensa, aunque a la tercera me detengan, sale rentable. Tampoco hay un esfuerzo institucional por verdaderos planes de reinserción, que deberían ser unipersonales. Por lo que este tipo de casos están avocados en su mayoría a la reincidencia”.

Los ‘Edipos criminales’ más notorios

Uno de los casos más conocidos que se ha relacionado con el complejo de Edipo es el de Martha Beck y Raymond Fernandez. También conocidos como los "Asesinos de los Corazones Solitarios". Martha Beck, quien tuvo una relación muy cercana y disfuncional con su madre, encontró en Raymond un sustituto. 

La relación de Martha con su madre había sido marcada por la rivalidad. Al conocer a Raymond, esa relación edípica no resuelta se trasladó a su vida adulta.

Juntos, Beck y Fernandez asesinaron a más de 20 mujeres en los Estados Unidos entre 1947 y 1949. Motivados por una combinación de deseo, celos y una patología emocional que muchos expertos vinculan con un complejo de Edipo mal resuelto.

Otro de los asesinos más notorios que se ha vinculado con el complejo de Edipo es Ed Gein. Gein inspiró personajes icónicos como Norman Bates de "Psicosis" y Buffalo Bill de "El silencio de los inocentes".

Gein, que creció en una granja aislada bajo la estricta y dominante influencia de su madre, desarrolló una dependencia extrema de ella. Tras su muerte, Gein comenzó a desenterrar cadáveres de mujeres que se parecían a su madre.

En algunos casos, las asesinaba para hacer "trofeos" con sus cuerpos. El caso de Gein es un ejemplo extremo de cómo un complejo de Edipo no resuelto puede llevar a comportamientos grotescos y criminales.

En un caso más reciente, Robert Clive Willoughby, un joven australiano, fue condenado por el asesinato de su padre en 2012. Willoughby desarrolló una relación obsesiva con su madre, alimentada por la creencia de que su padre era un obstáculo.

Este caso fue analizado extensamente por psicólogos, quienes identificaron una clara manifestación del complejo de Edipo. En este caso, el odio hacia la figura paterna culminó en un acto violento para eliminar al "rival".

Los casos mencionados destacan cómo el complejo de Edipo, cuando no se resuelve adecuadamente, puede tener consecuencias devastadoras. Si bien la mayoría de las personas superan esta etapa de desarrollo, aquellos que no lo hacen pueden desarrollar patologías graves. En algunos casos extremos, como los mencionados, se manifiestan en comportamientos criminales.