La desaparición de Amy Fitzpatrick en Mijas: Un móvil, un hermano muerto y una pista
La desaparición de la joven de quince años sigue rodeada de misterio.
El 1 de enero de 2008 fue el último día que se tuvieron noticias de Amy Fitzpatrick. La joven irlandesa tenía 15 años cuando volvía de casa de su mejor amiga, Ashley, en la urbanización de Calypso en Mijas, Málaga. Normalmente tomaba un atajo que hacía que en 20 minutos estuviera en su casa en la urbanización de Riviera del Sol, donde vivía con su madre, Audrey, su hermano Dean y su padrastro, Dave Mahon. Aunque ese día cogió el atajo, no volvió.
Más de quince años después, poco se sabe de la extraña desaparición de Amy Fitzpatrick. O, al menos, poco se sabía. Recientemente, la familia de la joven recibió el chivatazo de una mujer anónima que les envió una carta en la que afirmaba que Amy está “muerta y enterrada en el quinto establo en el quinto bloque del viejo hipódromo a las afueras de Fuengirola, solo a diez minutos del lugar en el que fue vista por última vez el día de Año Nuevo de 2008”, tal y como informó el diario irlandés Irish Mirror.
Sin embargo, tal y como confirmaba este mismo diario, las autoridades españolas no han investigado todavía en el hipódromo ni han empezado a excavar donde la pista les indicaba. Según recogía la prensa, necesitan “recibir más información” que les de una “pista válida” para seguir buscando a Amy.
Para Christine Kenny, tía de Amy, “no es pedir mucho preguntar a la Guardia Civil que vayan a mirar. Cuando antes lo hagan, mejor. El padre de Amy, Christopher, lleva ya 15 años esperando para saber qué pasó con su pequeña. Merece algo mejor”, declaraba al diario irlandés mencionado.
Últimos movimientos de Amy Fitzpatrick
Esta nueva pista podría arrojar luz a una desaparición que, a día de hoy, sigue siendo un misterio. Ashley Rubio, mejor amiga de Amy, fue la encargada de reconstruir las últimas horas en las que Amy fue vista en su compañía. Según declaró la menor —que en el momento de la desaparición tenía 13 años—, Amy pasó la Nochevieja en su casa, cuidando del hermano pequeño de Ashley. “Estuvimos un rato con el ordenador, chateando con nuestras amigas por Messenger”, recordaba Ashley. Su madre, Deborah Rose, confirmó la versión de su hija.
Al despertarse, las jóvenes fueron a Fuengirola creyendo que había comenzado la temporada de rebajas. Al darse cuenta del día festivo que era, volvieron a la zona del Zoco, en Calahonda, y de ahí, de vuelta a casa de Ashley. Según cuenta la madre de la joven, Amy le pidió quedarse a dormir una noche más, pero esta le dijo que fuese a su casa a felicitar el Año Nuevo a su familia. Con un “nos vemos mañana”, las dos amigas se despidieron, pero nunca volvieron a verse. Eran las 22.00 del 1 de enero de 2008.
Ashley también se encargó de explicar cómo iba vestida Amy aquel día. Una camiseta de Diesel negra con un chándal gris. En la mano, una bolsa de Bershka con un chándal que Ashley le había dejado. Entre sus pertenencias, un móvil rosa irlandés que Amy utilizaba para escuchar música. Según relataba su amiga, tenía teléfono español, pero su padrastro lo rompió en una discusión que tuvieron días atrás.
La madre de Amy denunció su desaparición unos días después. Para entonces, Ashley y su madre estaban preocupadas por el paradero de Amy, que solía visitarlas regularmente cada día, a las tres de la tarde.
Hipótesis y misterios en la desaparición
Cuando la Guardia Civil, encargada de la investigación, se puso con el caso, no vieron indicios de criminalidad, por lo que apuntaron a que la joven se había fugado voluntariamente. Tal y como informaron, Amy había desaparecido anteriormente —al menos durante unas horas— y una de las últimas discusiones que tuvo con su familia era referente a la cancelación de un viaje que tanto ella como su hermano Dean tenían programado a Irlanda para ver a su padre biológico.
Sin embargo, las hipótesis empezaron a derivar en una desaparición involuntaria con el paso del tiempo. Además, los diferentes testimonios que tanto la tía como el padre biológico de Amy ofrecieron empezaron a sembrar dudas.
Christine, su tía, afirmó que Amy no estaba contenta en España, que quería volver a Irlanda y que la situación de la menor en su casa no era la ideal. Tal y como declaró a diversos medios, la madre de Amy se marchó con los niños de vacaciones y no volvió. En España, a Amy se la castigaba dejándola fuera de casa, viéndose obligada a entrar a su hogar por la ventana de la cocina. Dentro, la situación no era mucho mejor.
“Amy me contó una vez que Dave[su padrastro]y un amigo suyo intentaron entrar en el baño con un martillo, querían derribar la puerta”, explicó su padre, Christopher, a la prensa. Aunque la mala relación de Amy con su padrastro no solo fue remarcada por él.
La muerte de su hermano Dean
El programa Equipo de Investigación de La Sexta le dedicó un reportaje en 2018 al caso de la menor desaparecida. En el reportaje, que volvió a ser emitido este mes de febrero, se hacía alusión a los diarios de Amy, en los que la joven afirmaba no tener buena relación con su padrastro y no sentirse feliz.
En el mismo programa, el abogado de la familia desvelaba que tanto la madre de Amy como su padrastro “bebían muchísimo” y que “siempre estaban bebiendo y discutiendo”. En una de estas discusiones entre el padrastro, Dave, y el hermano de Amy, Dean, este último acabó muerto a causa de un apuñalamiento. Era el año 2013, cinco años antes Amy había desaparecido. Dean tenía 23 años.
Dave Mahon —su padrastro— se declaró autor del crimen y que, tal y como indicó, actuó “en defensa propia”. En la declaración mencionaba una discusión que ambos tuvieron por una botella. Dean llevaba un cuchillo y, cuando se lo intentó arrebatar en un forcejeo, se lo clavó. Por el suceso, que tuvo lugar en Irlanda, Mahon pasó cinco años en prisión. A la madre del joven la versión de su novio pareció convencerle y acabó casándose con él cuando aún estaba en prisión.
La teoría que indica que Amy volvió a casa
Todos estos sucesos añaden misterio a la desaparición de Amy Fitzpatrick, pero siguen sin resolver qué ocurrió con la joven irlandesa. Algunas teorías apuntaban a que Amy pudo haberse subido a un coche de camino a su casa, pero otras indican que llegó a su domicilio.
Estas teorías están fundadas en el móvil que su amiga Ashley indicó que Amy llevaba la última vez que la vio. Según denunció la tía de Amy, “su madre mostró ese teléfono en el programa 'The Late Late' en Irlanda. Ashley aseguró que Amy tenía ese teléfono cuando salió de su casa”. De hecho, en un informe de la Guardia Civil constaba que un “Nokia 7360 blanco y rosa, con tarjeta Vodafone de Irlanda” fue entregado por su madre para su análisis.
Esto ofrece la posibilidad de que Amy llegara a casa y la desaparición se produjera después. Sin embargo, todavía no hay nada seguro. Su madre, Audrey, sigue manteniendo las alertas de búsqueda de su hija en Facebook y celebrando sus cumpleaños, aunque, tal y como afirmó a la prensa local, cree que está muerta. “Ella se ha ido. No está alrededor. Siento en las entrañas que no está”, declaró. También, y a pesar de los testimonios que afirman que Amy no se llevaba bien con su padrastro, declaró que ella era la única hija que él tuvo y que “la quiso como si fuese su princesa”.
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