Condenan a 35 años de prisión a Brian Raimundo por la violación de Igualada
De esos 35 años 15 son por agresión sexual y 20 por tentativa de asesinato con la agravante de discriminación de género
Fue el pasado 22 de junio cuando concluyó el juicio contra Brian Raimundo, el violador de Igualada, en la Sección 10 de la Audiencia de Barcelona por una violación a una joven de 16 años en Igualada el 1 de noviembre de 2021. Finalmente, Raimundo ha sido condenado por la Audiencia de Barcelona a 35 años de prisión.
El tribunal de la Sección 10 de la Audiencia de Barcelona le ha impuesto una pena de 15 año de prisión por agresión sexual y 20 por tentativa de asesinato. Además, se le ha impuesto una indemnización de 332.72,65 euros y se ha estimado la agravante de discriminación por razón de género.
El acusado se enfrentaba a una solicitud de 45 años de prisión por parte de la acusación y de la Fiscalía. Así, Jorge Albertini, abogado de la víctima, pedía una pena de 30 años más otros 15 por la agresión sexual. Además, la Fiscalía solicitaba una indemnización para la víctima de 300.000 euros y 10 años de libertad vigilada para el acusado cuando salga de prisión.
Desde abril de 2022 Brian Raimundo permanece en el centro penitenciario de Brians I, donde "ha participado en actividades educativas y durante 2023 ha trabajado en cocina", tal y como señalaban fuentes penitenciarias a elcierredigital.com. A raíz del juicio se le habían aplicado limitaciones regimentales, tal y como pasó con Ana Julia Quezada con el asunto del documental. Una vez concluida la vista Brian dejó de contar con limitaciones regimentales.
En una conversación con elcierredigital.com el abogado de la víctima, Jorge Albertini, señalaba que “hay una cantidad importante de elementos de corroboración objetiva por parte de los forenses. Se acreditó que estamos ante un individuo capaz de perpetrar un delito de esta naturaleza. Los forenses manifestaron que nunca habían visto un delito de esta magnitud. También acreditaron las manchas de sangre de la víctima encontradas en la ropa del agresor. También se acreditó la geolocalización y la visualización del acusado en las más de 150 cámaras. Por último, las lamentables mentiras del acusado que le han inculpado más”.
En cuanto a la actitud del acusado, Albertini afirma que “no mostró arrepentimiento ni pidió perdón y decidió mentir descaradamente. Esto provocó la desesperación de la víctima, que quiso hacer público un audio sobre lo que siente y lo que está viviendo”. En este audio la víctima señalaba sentirse “humillada, destrozada, dolida, con un estrés postraumático enorme, siento ira, estoy completamente destruida”.
“No estamos ante una agresión sexual de libro, ya que provocó unas lesiones muy graves y brutales en la víctima que, de no haber sido encontrada por el camionero, hubiesen provocado su fallecimiento. No cabe otra posibilidad que no sea la pena máxima, porque un individuo de esa naturaleza no puede estar en la calle. También hemos solicitado que lo expulsen del país tras el cumplimiento de la pena. Es un monstruo que disfrutó del dolor aplicando la máxima crueldad posible”, concluía Jorge Albertini.
Los momentos previos al suceso
La víctima fue agredida sexualmente después de salir de la discoteca Epic. Brian se encontraba en las cercanías del recinto con unos amigos y uno de ellos ha declarado que esa noche “recuerda que Brian iba bebido” y que “todos bebieron más o menos mucho”. No mostró seguridad sobre si el presunto agresor tomó marihuana aquella noche, pero sí que hubo una discusión tras la cual Brian abandonó la discoteca “alterado y muy bebido. Su actitud no era la normal de cuando va por la calle”.
Otra de las declaraciones de vital importancia para el caso fue la del transportista, que afirmó el 1 de noviembre de 2021, y volvió a repetir en el juicio, que “era festivo y tenía que ir por la mañana a sacar el material”. Concretamente, lo hizo por la parte de atrás de la nave donde trabajaba, “por un callejón que no se suele transitar y me pareció ver un cuerpo en el suelo”.
El testigo afirmó que “llamó al 112 y luego se acercó a la chica”. “Cuando llegué, la niña estaba desnuda de cintura para abajo y el top estaba como roto. Estaba en posición fetal del lado derecho y temblando. La tapó con su chaqueta. Tenía sangre en la oreja derecha y había dos charcos de sangre”, expuso. Relató, además, que la menor estaba consciente en ese momento, ya que respondió “no, no, no” cuando le comunicó que había llamado a una ambulancia. Según su declaración, “los servicios sanitarios tardaron unos 13 minutos” en llegar.
Los hechos, captados por las cámaras de seguridad
Según la documentación del caso, a la que tuvo acceso elcierredigital.com, se localizaron “restos de sangre de la agredida en la chaqueta que portaba Brian la noche de la agresión. En concreto, se han localizado hasta 12 muestras de sangre de la menor en dicha prenda de abrigo”.
“A criterio de esta instrucción, este hallazgo, añadido a los indicios ya obtenidos hasta este momento, objetiva y evidencia de manera definitiva e inequívoca la presunta autoría del investigado en la agresión a la menor”, explicaba el escrito.
“La menor quedó abandonada en el suelo, inconsciente, en un lugar inhóspito y frío, sin tránsito de personas… de no haber sido asistida con celeridad y prontitud, el resultado no hubiera sido otro que su muerte”. Así termina el relato de lo que ocurrió aquella noche, según aseveraba el titular del Juzgado número cuatro de Igualada. Una escena terrorífica que grabaron las cámaras de 11 establecimientos y pusieron a los investigadores en el camino para detener al brutal agresor.
Brian Raimundo deambulaba esa noche por las cercanías de la discoteca. Las cámaras ya le captaron a las 6:13 de la madrugada siguiendo a la menor. La niña había recorrido tan solo unos cientos de metros desde la puerta de la discoteca Épic, donde se despidió de sus amigas, cuando el presunto violador ya la seguía, manteniendo una distancia para no levantar sospechas.
A esa hora, sólo 47 segundos separaban a la víctima del violador. Y así, en un recorrido de unos cientos de metros más, mientras la menor va atravesando el polígono, las cámaras de más empresas de la zona registran el paso de la joven y del depredador siguiéndola cada vez más cerca hasta la calle Países Bajos, donde tuvo lugar la agresión.
Desde las 06:16 horas de la madrugada hasta las 6:40, nadie entra ni sale de la calle. Allí Brian agredió a la menor durante más de 20 minutos, golpeándola con un palo o barra de hierro en la cabeza y agrediéndola sexualmente. Pasadas las 6:40 las cámaras registran a Brian saliendo de la calle para volver al centro de Igualada. En las imágenes se aprecia que lleva en las manos todas las prendas de la víctima. Además, las cámaras consiguieron captar la vestimenta y, en última instancia, la cara del presunto agresor cuando este se bajó la capucha.
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