Cómo viven los protagonistas del crimen de Alcàsser 30 años después
El crimen de Alcásser continúa presente en la sociedad española.
Se han cumplido 30 años desde que los cuerpos sin vida de las tres niñas de Álcásser, Desirée, Miriam y Toñi aparecieran en el paraje de La Romana cerca de Picassent, una localidad próxima a Alcàsser. Su desaparición fue una de las más mediáticas vividas en España, con una cobertura total por parte de los medios de comunicación. El suceso es uno de los crímenes de la crónica negra española que a día de hoy continúa generando dudas.
Según comentaba el periodista experto en investigación y sucesos Luis Miguel Montero en una entrevista para Periodista Digital, "el crimen de Alcàsser tiene fundamentalmente detrás de sí un halo de misterio o de cuestiones sin resolver que es falso. No existe nada del crimen de Alcàsser sin resolver. Sí que es cierto que las mentiras venden mucho más en el imaginario colectivo que la verdad pura y dura. Y de alguna manera, como en todos los crímenes y todos los casos de sucesos siempre hay cuestiones sin resolver. Y esas cuestiones sin resolver son las que marcaron la agenda informativa en vez de las que ya están resueltas", relataba.
Los sucesos de aquella tarde del 13 de noviembre de 1992 a día de hoy están claros. Miriam García, Toñi Gómez y Desirée Hernández hacían autostop para llegar a la fiesta de su instituto que se celebraba en la discoteca Coloor. Tenían entre 14 y 15 años. El vehículo que paró fue el de Antonio Anglés y Miguel Ricart. Las secuestraron, las llevaron a una caseta abandonada en el campo, las torturaron, violaron, asesinaron y luego las enterraron. No fue hasta el 27 de enero del siguiente año cuando dos apicultores descubrieron los cadáveres.
Treinta años después del descubrimiento, algunos de los nombres que protagonizaron la prensa y las noticias de aquella época siguen con vida o resonando de tanto en tanto. Entre ellos se encuentran Esther Díez, la denominada cuarta niña de Alcàsser, y los declarados como asesinos de las niñas: Miguel Ricart y Antonio Anglés.
Esther Díez, la cuarta niña de Alcàsser
Uno de los aspectos más desconocidos es, quizá, la historia de la cuarta niña de Alcàsser, Esther Díez. Tenía 14 años aquel 13 de noviembre de 1992 y pertenecía a la misma pandilla que Miriam, Toñi y Desirée. Se llevaba especialmente bien con Desirée Hernández. De hecho, Esther fue la última amiga de las niñas que vio con vida a Miriam, Toñi y Desirée y se libró de correr el mismo destino gracias al azar, ya que se encontraba enferma aquel día y por eso no las acompañó a la discoteca Coolor.
Fue seis días después de la desaparición de las menores, el 19 de noviembre de 1992, cuando Esther Díez también dio su versión de los hechos, pero esta vez en una entrevista para la cadena de televisión Antena 3. En ella, cuando la presentadora pregunta a la joven, de entonces 14 años, si había pensado que podría estar en paradero desconocido como sus amigas, Esther afirmaba que “seguro que estaría”, porque ella era “la primera en apuntarse para ir a todos los sitios, y más haciendo autostop”.
Caso Alcàsser La entrevista de Esther Díez Martínez 19/11/1992
Las declaraciones de Esther Díez fueron importantes para arrojar luz al caso. En el juicio de 1997 explicaba que el autostop era algo que hacían frecuentemente pero siempre con cautela. “Cuando hacíamos autostop, a algún coche sí hemos dicho de no subir. Normalmente subíamos si conocíamos a la gente o con familias mayores, si veíamos un matrimonio. Alguna vez nos han parado tres chicos y me he acordado de no haber subido. Creo que nunca hemos subido a un coche que no conociéramos”, confirmó. Sin embargo, las tres niñas de Alcásser se subieron al coche de Anglés y Ricart, que Esther afirmó no conocer.
Esther ahora es madre de familia, vive tranquila y alejada de un suceso que marcó a todo un país, pero mucho más su infancia. Tiene 44 años, ha cambiado físicamente y no vive en Alcàsser, aunque continúa manteniendo contacto con la gente de su pandilla de la niñez y de los Recreativos Zass. Y, sobre todo, Esther quiere seguir manteniéndose en el anonimato y, si fuera posible, olvidar.
Miguel Ricart, el único condenado por los crímenes de Alcàsser
Del único que se ha sabido algo recientemente es de Miguel Ricart Tárrega, el único enjuiciado y condenado por los crímenes de Alcàsser. El pasado mes de diciembre, varios agentes de Barcelona y los Mossos d’Esquadra llevaban varias semanas vigilando un narcopiso en el barrio del Raval y, finalmente, el martes 20 de diciembre entraron con una orden judicial.
Dentro del piso encontraron varios gramos de cocaína y de heroína, preparados para la venta, y detuvieron a dos de los tres hombres que se encontraban en el piso. Uno de ellos resultó ser Miguel Ricart, de 53 años, con un aspecto físico muy distinto del que tenía cuando salió de prisión en 2013.
El 5 de septiembre de 1997 Ricart fue condenado a 170 años de prisión como autor de tres delitos de asesinato y cuatro continuados de violación, en concurso con tres delitos de rapto, así como al pago de las costas y a la multa de cincuenta millones de pesetas a cada uno de los padres y madres de las víctimas y, en el caso de la madre de Desirée Hernández, además, tendría que haber pagado otros cincuenta millones por el fallecimiento de su esposo con posterioridad a los hechos.
El 29 de noviembre de 2013, con 44 años, Ricart salió de la cárcel después de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos anulara la doctrina Parot. Tras salir de la cárcel en 2013 Ricart se dirigió a Madrid, donde fue localizado en una pensión por un equipo de Telemadrid. Allí permaneció cuatro días, hasta el 4 de diciembre, que tomó un AVE en dirección a Córdoba. Luego viajó en compañía de un sacerdote hasta Barcelona en autobús. Allí se le perdió la pista en la estación de autobuses Barcelona Norte, hasta ahora.
Antonio Anglés, el más buscado
Anglés es un apellido maldito en España. Antonio es el hombre más buscado del país desde que hace 30 años violara, torturara y matara con saña junto a Miguel Ricart a Toñi, Desireé y Miriam.
Cuando el 27 de enero de 1993 se descubrieron los cuerpos de Toñi, Miriam y Desireé también se encontró un volante médico a nombre de Enrique Anglés. La policía descubrió que Enrique tenía un retraso cognitivo y que no tenía nada que ver con el asunto, aunque en un primer momento aseguró haber matado a las niñas porque había estado con ellas en la discoteca Coloor y éstas se habían negado a tener relaciones con él. Era uno de sus habituales delirios.
El volante médico había sido usado por Antonio Anglés para obtener un medicamento necesario para tratarse una enfermedad venérea. Usar el nombre de su hermano era habitual en Antonio, y más estando fugado de prisión como era su caso.
El rastro de Antonio Anglés se perdió en 1993 en la bahía de Dublín, cuando viajaba como polizón en un barco. El pasado mes de septiembre, un oficial del City of Plymouth confirmaba que el presunto autor del triple crimen, al que se le atribuyen los delitos de rapto, violación, asesinato, inhumación de cadáver y tenencia ilícita de armas, estuvo a bordo de la embarcación. El oficial aseguró que Anglés huyó en aguas irlandesas y evadió el cordón policial en el puerto de Dublín, desmontado de este modo una de las principales hipótesis de la investigación, que sostiene que el fugitivo murió ahogado.
El juzgado de instrucción número 6 de la localidad valenciana de Alzira, que mantiene abierta la investigación del caso, autorizó hace varios meses el uso del perfil de Antonio Anglés en una operación para localizar al fugitivo, dado que, según el escrito remitido al Juzgado, es "una persona de gran interés policial sobre el que, tras diversas gestiones, no ha podido establecerse su localización".
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