
Casos sin resolver (XXII): Los misterios de la desaparición de Sonia Iglesias en 2010
Sonia Iglesias desapareció en agosto de 2010 en Pontevedra y el único sospechoso fue su marido, que falleció en 2020
En esta nueva entrega de casos sin resolver abordaremos la desaparición de Sonia Iglesias en Pontevedra. Esta mujer de 38 años fue vista por última vez la mañana del 18 de agosto de 2010 en el centro de la ciudad. Esa misma tarde no se presentó a su trabajo.
Aquel día Julio Araújo, marido de Sonia, la dejó en la puerta de una zapatería y no se supo más de ella. Sonia Iglesias trabajaba como dependienta de una tienda de Massimo Dutti. Además de no acudir al trabajo, dejó plantada a su hermana, con la que había quedado.
Sonia fue vista por última vez a las 10.45 horas de aquel 18 de agosto en la céntrica calle del Lérez. A los pocos días se encontró su cartera en un poblado marginal de la provincia de O Vao (Pontevedra).

Su familia mantuvo que era imposible que desapareciera de manera voluntaria, ya que tenía un hijo de nueve años con Araújo. Se la declaró fallecida en 2022 a petición de su hijo, ya que es requisito para cobrar la pensión de orfandad.
Cuando desapareció, Sonia estaba realizando los trámites para separarse de su marido, Julio. De hecho, según descubrieron los investigadores, había decidido echarle de casa. Esta situación hacía sospechoso al marido, a la que se sumaban otros elementos. Fue el último que vio a Sonia y se supo que tenía problemas con el alcohol.
Por otra parte, Sonia había conocido a un hombre con el que estaba ilusionada. El hombre fue investigado, pero no se llegó a nada concluyente.
Las sospechas sobre su marido Julio
Durante todos estos años Julio Araújo ha sido el principal sospechoso, pero falleció en septiembre de 2020. Nunca llegó a confesar el crimen ni se recabaron indicios sólidos sobre su culpabilidad.
No obstante, fue interrogado cinco veces y estuvo imputado en dos momentos diferentes de las investigaciones. En su testimonio hubo varias incongruencias, pero nunca se encontró el cuerpo de Sonia ni se dio con un indicio incriminatorio.

Poco tiempo antes de su desaparición Sonia acudió a una asociación de mujeres maltratadas, aunque nunca denunció a Julio por violencia machista. La hermana de la desaparecida relató que “en los últimos meses Julio controlaba sus movimientos y la acosaba”.
El día de los hechos Julio Araújo estuvo fuera de casa una hora. Cuando fue interrogado sobre ese tiempo, no supo decir dónde estuvo esos 60 minutos. Araújo, además, se mostró altanero: “Esa hora en la que no me tienen localizado es su problema, no el mío".
En 2020 Julio ingresó en el hospital porque había contraído una neumonía. El hombre, que padecía cáncer del pulmón, falleció en septiembre de 2020. Quién sabe si con él se llevó a la tumba lo oculto del caso y la verdad de lo que le ocurrió a Sonia Iglesias.
Incongruencias del único sospechoso
La versión de Julio fue que el 18 de agosto de 2010 ambos se fueron en el vehículo de Sonia. Julio dijo que, tras pasar por la zapatería Sonia, se subió al coche. Sin embargo, escasos minutos después se bajó y se fue andando al centro de Pontevedra porque había atasco.
Lo cierto es que nunca llegó al trabajo ni volvió a ser vista. Las cámaras de seguridad del centro de Pontevedra desvelaron que aquella mañana no hubo tráfico. Tampoco se captó a Sonia caminando por el centro de la ciudad.
Lo que sí grabaron las cámaras de Pontevedra fue el coche en el que ambos iban el día de la desaparición. Una de ellas los grabó en dirección a la vivienda donde el matrimonio residió en sus primeros años. Era propiedad de Julio y estaba abandonada. Años más tarde se negó a venderla pese a tener problemas económicos.

Contrario a lo que averiguaron los investigadores, Araújo sostuvo que su mujer no lo había echado de casa y que no iban a separarse. Y para confirmar su versión aseguró que estaban tan bien que el día de la desaparición mantuvieron relaciones sexuales. Los investigadores recuperaron el preservativo usado, pero solo se encontró ADN de Araújo.
A ello hay que sumar el papel del hermano de Julio. Según declaró una persona muy cercana en un restaurante de Sanxenxo, "Sonia Iglesias está muerta, la mató su pareja, Julio Araújo. Él y su hermano la llevaron a un cementerio y la enterraron en un nicho propiedad de la familia".
El hermano de Araújo confesó a la policía que había estado en el poblado chabolista de O Vao comprando droga el día que Sonia desapareció. Cabe recordar que allí se encontró la cartera de Sonia. Además, la señal del teléfono móvil de Araujo le sitúa en una franja horaria clave en las inmediaciones donde después apareció la cartera de Sonia.
Así las cosas, el caso fue sobreseído en abril de 2015, pero la investigación policial continuó. Los registros no llegaron a nada y en 2020 falleció el primer y único sospechoso. Este agosto se cumplen 15 años desde que Sonia Iglesias fue vista por última vez.
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