Novedades desaparición Alejandro Mencía: Investigan los teléfonos de los 12 asistentes a la fiesta en la cabaña

Después de ocho meses, por fin,  la Guardia Civil que investiga la desaparición de Alejandro Mencía ya tiene datos de los teléfonos móviles de los doce hombres que se dieron cita aquel día para comer en una casa rural en Campoo  de Suso (Cantabria) e incluso las conversaciones de Whatsapp mantenidas entre ellos y las llamadas efectuadas por Alejandro. Según ha podido saber elcierredigital.com los resultados que arrojan estos datos no son definitivos y, por tanto, la desaparición sigue considerándose voluntaria, a pesar de que iba sin botas, calcetines y sin camisa cuando se perdió su rastro.

Búsqueda de Alejandro Mencía.

La cuenta corriente del banco y los movimientos de su tarjeta tampoco han sufrido cambios. Alejandro Mencia dejó en su casa la cartera con su DNI y sus tarjetas de crédito, además del coche aparcado a la puerta de su casa. La cartera de otro de los asistentes a esa comida fue encontrada en el interior de ese coche, cerrado y con las llaves en su casa. Ese coche fue trasladado hasta las instalaciones de la Guardia Civil para ser inspeccionado y luego fue devuelto a la familia que lo guardó en un garaje de su propiedad. Su móvil quedó en la cabaña.

El pasado sábado 23 de mayo, Alejandro Mencía se encontraba en la cabaña de ‘El Teju’ pasando el día. La vivienda está en un monte de la Hermandad de Campoo de Suso, un municipio de Cantabria. Hasta otros 11 jóvenes estaban con él, un grupo formado por amigos y familiares del desaparecido. En total una docena, todos varones.

Se continúa buscando a Alejandro.

Fuentes cercanas a la investigación señalaron a elcierredigital.com que la intención  era "desconectar, relajarse y tomar unas copas junto a una decena de caras conocidas". Lo cierto es que Mencía estaba pasando un buen rato y, junto a uno de sus amigos, comenzó a pelearse, a modo de broma, lanzándose boñiga de vaca.

Tras esto, ambos decidieron bajar a un arroyo cercano para limpiarse y aquí es donde comenzó el misterio: Solo regresó a la cabaña su amigo. A partir de este momento, los hechos son poco claros. Su amigo relató a la Guardia Civil que, si bien al principio estaban juntos limpiándose en el arroyo, a la hora de volver a la cabaña, Mencía se quedó atrás. También negó que ambos estuvieran enfadados.

Cartel de SOSDesaparecidos.

El joven desapareció llevando únicamente un pantalón, pues no tenía puesta en ese momento ni camiseta ni botas o calcetines. Tampoco queda claro por qué se tardó tanto en llamar al 112. Sus amigos y familiares pasaron horas buscándolo sin llamar a los servicios de emergencia, con los que no se contactó hasta la una de la mañana, después de que un vecino que se acercó les pidió que lo hicieran.

Esto condujo a la activación de un operativo de búsqueda al amanecer en el que incluso se emplearon drones con cámara térmica para buscar fuentes de calor. No obstante, los vehículos aéreos no tripulados no encontraron señales de vida. El dispositivo, formado por técnicos de la Dirección de Interior autonómica, agentes de la Guardia Civil y del Grupo de Rescate e Intervención en Montaña (GREIM), no tuvo éxito.

Ahora la familia y amigos buscan los fines de semana por las simas más pequeñas, porque buscar dentro de las más grandes es peligroso incluso para los especialistas. Tampoco cuentan ya con el apoyo de las unidades caninas del principio ni con el GREIM de la Guardia Civil. Ahora, por tanto, necesitan ayuda de nuevo.

Casi mil personas rastrearon la zona

Tal y como explicaron desde SOSDesaparecidos Cantabria a este medio, casi mil personas rastrearon la zona y solo encontraron las botas de Alejandro en dirección norte, aproximadamente a un kilómetro de la cabaña. "Días después, trajeron desde Madrid unos perros que participaron en el dispositivo de búsqueda de Diana Quer y también varios helicópteros rastrearon la zona. Pero no hubo suerte", añadieron.

En octubre, su prima Belén Cuesta ya había declarado que, en este caso, "la falta de indicios es el mayor indicio". Su prima recordó que Alejandro no conocía tan bien el valle como la gente con la que fue, muchos de ellos ganaderos, ya que “él no trabajaba en la montaña". Ahora Belén entiende que "han pasado muchos meses, casi ocho, y entendemos que los medios oficiales se hayan retirado, pero nosotros vamos a seguir buscando en las torcas porque no creemos en la desaparición voluntaria de Alejandro".