26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El detenido Alberto C. siempre ha mantenido que fue accidental, tras golpearse Iván contra el suelo, pero el informe forense ahora lo desmiente

Ésta es la autopsia de Iván Vaquero, el joven muerto en Velilla por una pintada: "Muerte violenta de tipo homicida"

Exclusiva Iván Vaquero en una foto cedida por su familia.
Iván Vaquero en una foto cedida por su familia.
No fue un accidente. Los forenses independientes del Instituto de Medicina Legal de Madrid concluyen en su autopsia, a la que ha tenido acceso elcierredigital.com, que Iván Vaquero, el vecino de Velilla de San Antonio fallecido el pasado 15 de noviembre tras recibir una paliza a manos de un vecino, sufrió una muerte violenta de tipo homicida.

El dictamen de los expertos forenses, al que ha accedido en exclusiva elcierredigital.com refuerza la hipótesis de la Guardia Civil. Los guardias creen que la víctima murió a consecuencia de la paliza y no al golpearse la cabeza contra el suelo tras desvanecerse por los golpes recibidos.

Iván Vaquero de 39 años fue víctima de una salvaje agresión el pasado 13 de noviembre de 2020 a manos de uno de sus vecinos en la calle Frascuelo,  del municipio madrileño de Velilla. Los primeros testigos, mayores de edad, contaron a la Policía Local que la víctima acababa de tener una fuerte discusión en la calle con un grupo de menores del pueblo e identificaron a uno de ellos. Parecía que todo apuntaba a la responsabilidad del grupo de menores, pero se trataba de una suposición errónea. Precisamente uno de los menores, al sentirse aludido, se presentó en la misma escena del crimen para reivindicar su inocencia y ponerse a disposición de la policía.

 Iván Vaquero fallecido de una brutal paliza.

Horas después, el equipo de policía judicial de la Guardia Civil de Rivas asumía la investigación y en tres días conseguía desenmarañar el caso. En ese tiempo los guardias localizaron a 14 testigos del crimen, esclareciendo gran parte de las circunstancias que rodearon la muerte de Iván.

La víctima, muy conocida en la localidad, estaba diagnosticado de ciertos trastornos psíquicos y últimamente solía hacer pintadas en las paredes de la localidad. Justo el día anterior, lo había hecho en la puerta de una joyería. La dueña, un vecino mayor de edad y el menor sospechoso recriminaron a Iván su actitud y al poco la policía local localizó a Iván y le multó por las pintadas. Parecía otro más de los incidentes sin importancia que en ocasiones protagonizaba Iván, sin embargo al día siguiente, Iván se reencontró con el menor y sus amigos en la calle Frascuelo. Y chillando, se dirigió al menor recriminándole que “no eres quien para decirme que no pinte en la paredes”, Iván llegó a forcejear con el menor, y otros dos chicos que acompañaban a éste, le dieron dos patadas a Iván en el muslo “sin contundencia, sólo para alejarle” puntualiza la Guardia Civil en su atestado.

El enfrentamiento pudo acabar así, pero en ese momento, según todos los menores, salió del portal contiguo Alberto C. de 25 años acompañado de su novia. Alberto, enfadado porque alguien había hecho pintadas en su portal y pensando que habían sido los menores, se dirigió hacia ellos a la carrera preguntándoles si habían hecho ellos las pintadas. Los menores le respondieron que había sido Iván, éste respondió “sí, soy yo...¡qué pasa!” pero no pudo terminar la frase. Alberto se abalanzó sobre él y le propinó “una patada voladora en las costillas” según los testigos, luego le agarró del cuello y le dio varios puñetazos brutales en la cara hasta que Iván cayó al suelo entre dos coches.

Hasta aquí todos los testigos coinciden, incluso la novia de Alberto cuenta lo mismo, añadiendo que intentoó sujetarle para que no pegara a Iván, pero difieren en lo que sucedió a continuación. Según uno de los testigos, Alberto remató a Iván pisándole la cabeza cuando estaba inconsciente en el suelo. Otro menor cuenta que también le remató dándole puñetazos en la cabeza cuando estaba tendido en la calle. Pero otro testigo dice que Iván se golpeó en la cabeza al caer al suelo. El resto de los presentes no vieron a Alberto rematando a Iván ya caído.

Alberto C. presunto homicida de Iván.

Por esa razón, los guardias de Rivas decidieron elaborar un informe comparando el estado en que se encontraba la víctima con el relato de los testigos. La conclusión de los guardias es que las lesiones que presentaba Iván coincidían con el relato de los testigos, incluido que Alberto le rematara en el suelo una vez que Iván ya estaba inconsciente. Ahora el informe de la autopsia apunta en la misma dirección y concluye  que Iván sufrió una muerte violenta de tipo homicida.

Los dos forenses responsables del informe analizaron los tremendos golpes que había sufrido Iván, con las órbitas oculares fracturadas, el tabique nasal también fracturado así como la mandíbula, que mostraba golpes por ambos lados. Igualmente, se confirmaban fuertes golpes en ambos lados de la cabeza y en la frente. Todos estos detalles los han volcado en el informe de autopsia que ahora ve la luz y que determina que Iván murió por una hemorragia cerebral aguda, provocada por un traumatismo craneoencefálico severo. Y aunque los forenses no especifican qué tipo de golpe le produjo la muerte, la etiología médico legal es muerte violenta de tipo homicida.

Visto el informe de la autopsia, desde el despacho Vegas Legal, el letrado que defiende a la familia de Iván, José Luis Vegas, descarta que la muerte de Iván fuera un homicidio imprudente y apunta directamente al asesinato, recordando que como relataron todos los testigos la víctima no pudo ni terminar la frase que estaba diciendo (ni defenderse) cuando el agresor comenzó a golpearle súbitamente.

Tampoco ayuda la actitud del hasta ahora único detenido en prisión provisional por los hechos. Alberto se negó a declarar ante la Guardia Civil y sólo lo hizo una vez que fue puesto a disposición judicial. Entonces, se limitó a responder a su abogado para decir que “soy español, trabajador, deportista y adicto a la cocaína...he estado en un centro de deshabituación pero lo dejé a los dos meses...la semana pasada tomé cocaína...”. Maite, la novia de Alberto, sí colaboró con la Guardia Civil y declaró para contar que animó a Alberto a entregarse, pero éste le dijo que no quería ir a la cárcel y que tenían que decir que estaban jugando al pádel y luego fueron a casa. “Si rastrean el teléfono no pasa nada porque mi casa está al lado (junto al lugar del crimen) y podría estar igualmente llegando a mi casa o en mi vivienda”.

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