27 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El 98 por ciento de los violadores en Estados Unidos nunca irá a la cárcel

Desvelamos el perfil psicológico y social de los violadores en grupo tras la sentencia del Caso Arandina

Los jugadores de La Arandina juzgados esta semana.
Los jugadores de La Arandina juzgados esta semana.
La doctora Patricia Alcaraz Torres, especialista en medicina legal y forense y médico especialista en valoración del daño corporal, explica en este artículo, a raíz de las violaciones grupales y el último caso juzgado de La Arandina, que "si alguien viola, si apunta, es porque ese acto representa para él la forma más acabada de sentir sobre otro el poder de una dominación física total y de una humillación psicológica extrema".

Para muchos especialistas, una persona que decide violar a otra no es alguien “obsesionado” por el sexo ni busca la violación para procurarse placer sexual. Se trata de sentir el  poder de una dominación física total y de una humillación psicológica extrema. Por eso, se explica, para el violador suele ser fundamental que la persona abusada esté siempre indefensa. 

Según la Red Nacional Contra la Violación, el Abuso y el Incesto (RAINN, por sus siglas en inglés), en Estado Unidos se producen aproximadamente 293.000 agresiones sexuales al año. El 68 % de ellas jamás son denunciadas y un aterrador 98 % de los violadores jamás pisará la cárcel. La violación es un acto de violencia y poder, y los casos en que un asaltante solitario ataca a su víctima resultan en cierto modo más fáciles de comprender que los ataques en grupo. El shock que sufre la gente cuando se producen estos crímenes se multiplica cuando los violadores son tan jóvenes, ya que el público queda con frecuencia desconcertado ante tanta violencia. 

Relación entre los violadores en grupo y en solitario

El New York Forensics, un equipo de práctica que evalúa asuntos criminales para los juzgados, incluyendo las agresiones sexuales, explica que los violadores en grupo y los violadores solitarios normalmente presentan perfiles psicológicos muy diferentes.

-En el caso de las violaciones en grupo, suele tratarse de adolescentes.

-Los adolescentes en grupo pueden ser los seres humanos más peligrosos del planeta", existe algo relacionado con su psicología social que podría contextualizar comportamientos violentos en grupo que de otro modo resultarían inexplicables.

El violador individual, por el contrario, que sufre lo que podríamos denominar un desorden parafílico —es decir, disfruta con la violación o fantasea con ella— es un tipo de persona completamente diferente. Este tipo de violador parafílico es alguien que piensa en la violación de forma consciente y obsesiva, "trabaja de forma independiente y es un experto a la hora de encontrar mujeres en lugares 'propicios'. Normalmente se sienten excitados con lo que hacen y disfrutan provocando pánico o miedo. La violación es algo que les excita, algo sobre lo que fantasean".

La manada de Pamplona.

Se duda que exista una planificación estratégica en la mayoría de violaciones en grupo realizadas por hombres jóvenes y también duda que esos jóvenes mantengan fantasías explícitas de violación.

En ocasiones, la violencia cometida por jóvenes adolescentes es espontánea. Se trata de un brote agresivo altamente impulsivo que surge en el momento, hasta cierto punto espoleado por las circunstancias. Pero, ¿qué factores motivan la violencia sexual? Puede haber consecuencias a largo plazo si se echan atrás, les tacharán de 'cobardes' o 'maricones'.

El factor del grupo actúa como importante motivador para que los individuos hagan cosas que de otro modo no harían. Estando solos es posible que ni se les pasara por la cabeza cometer una violación, pero el grupo actúa como refuerzo. Es más fácil unirse a las acciones de otras personas, "especialmente si necesitas sentirte aceptado y todos los demás miembros deciden hacerlo”. Puede parecer extraño, pero se necesita más valor para marcharse, para alejarse corriendo de la situación, que para hacer algo tan terrible".

Uno de los motivos por los que las violaciones en grupo con frecuencia son perpetradas por jóvenes es el miedo a ser juzgados por sus compañeros.- Es probable que el hecho de que les puedan arrestar o acusar de cometer ese delito ni se les pase por la cabeza, ya que el propio grupo establece su propio sistema de valores y juicio. "Desde su punto de vista, puede haber consecuencias a largo plazo si se echan atrás. Les tacharán de 'cobardes' o 'maricones', o de cualquier otra palabra que quieran usar".

Para quienes disfrutan con el terror que provoca la violación, cometerla refuerza sus deseos. Pero para esos chicos, si poseen alguna capacidad de sentir empatía, la violación puede provocar una reacción adversa. Una vez que sus padres o el sistema de justicia los atrapa, pueden sentir culpa o arrepentimiento. "Los que parecen no sentir culpa o remordimientos pueden ser personas antisociales o incluso psicópatas, lo que les convierte en los chicos más peligrosos".

Los hombres que cometen violaciones en grupo pueden sentirse más preocupados por su reputación y su estatus como machos dominantes que por las mujeres a las que atacan. 

El hecho de que los violadores en grupo sean hombres no es una coincidencia. La amenaza de sentirse rechazados o "castrados" por sus compañeros es motivación suficiente para que algunos jóvenes cometan violaciones, pero es posible que otros aspectos de la juventud masculina fomenten también la violencia, incluyendo la agresividad acumulada y el subdesarrollo neurológico. 

El lóbulo frontal es donde se ubican las funciones de ejecución, como por ejemplo la distinción entre el bien y el mal". Si forman parte de un grupo que contiene algún elemento antisocial (Psicopata) y si hay presencia de drogas o alcohol... bueno, también observamos estos comportamientos en las fraternidades universitarias. La proliferación de violaciones en los campus universitarios es un ejemplo de cómo a veces los jóvenes, especialmente cuando están en grupo, cometen agresiones sexuales violentas.

Los hombres que cometen violaciones en grupo pueden sentirse más preocupados por su reputación y su estatus como machos dominantes que por las mujeres a las que atacan. Podrían no darse cuenta —o podría no importarles— que están "haciendo daño a otra persona".

La violencia en grupo perpetrada por hombres está casi siempre dirigida a las mujeres, a las que normalmente ven como socialmente inferiores.

Cuando estos factores confluyen, "si se junta un grupo de chicos con el mismo nivel de desarrollo neurológico y quizá con la misma tendencia a la agresión sexual, entonces es cuando suceden este tipo de episodios". 

No hay cuadro patológico preciso

Los especialistas coinciden en que no hay un cuadro patológico preciso del violador, dado que no suelen ser enfermos mentales y sus historias clínicas no revelan un porcentaje mayor de patología psiquiátrica que los que se encuentran en la población en general.

Los estudios realizados sobre los violadores seriales han demostrado que suelen tener como característica en común una personalidad psicopática de base. Provienen en general de familias con serios fallos de educación en valores y en algunos casos, ellos mismos han sido violados cuando eran pequeños.

Los recuerdos de los entrevistados se remontaban a padres y/o cuidadores víctimas de violencia conyugal (58,3 por ciento); padres y/o cuidadores con adicción al alcohol (31,7 por ciento); una asociación de desempleo con bajos recursos económicos para la satisfacción de sus necesidades básicas (58,3 por ciento); haber presenciado violencia (71,7 por ciento); y haber sido sometidos a abusos físicos, emocionales y sexuales entre los 6 y los 14 años (86,7 por ciento). 

Muchos entendidos en la materia señalan que estas humillaciones les dejaron como secuela principal un gran odio y la necesidad de vengarse sobre otros tan indefensos como alguna vez lo fueron ellos. El problema es que, a diferencia de otras patologías, los violadores no suelen tener cura. No sólo por falta del tratamiento adecuado sino, más que nada, porque no sienten culpa por lo cometido. De hecho, los delincuentes de este tipo tienen un pronóstico reservado y “requieren un cuidadoso tratamiento y un estricto control posterior dado el alto riesgo de reincidencia”.

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