27 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

Según el letrado, "la víctima brindó un relato concluyente, veraz y ante todo contundente" contra los seis acusados de la supuesta violación grupal

Juicio a la 'Manada de Sabadell': El abogado de la joven, Jorge Albertini, cuenta los hechos para El Cierre Digital

Exclusiva Juicio de la Sala de Sabadell.
Juicio de la Sala de Sabadell.
Esta semana la Audiencia Provincial de Barcelona celebró el mediático juicio de la presunta agresión sexual múltiple que sufrió una joven hace dos años a manos de seis chicos en la localidad catalana de Sabadell. El caso conocido como la "Manada de Sabadell" ha provocado una gran indignación popular y todo tipo de opiniones. El abogado de la víctima, Jorge Albertini, cuenta en exclusiva en primera persona para elcierredigital.com como acontecieron los hechos aquel fatídico 3 de febrero de 2019.

La joven brindó un relato concluyente, veraz y ante todo contundente. Para ella fue muy difícil tener que soportar el trago amargo de volver a narrar lo ocurrido, pero entendía que su testimonio era preceptivo. Dejó constancia que el día 3 de febrero del año 2019, transitando apenas los 18 años, se encontraba con un grupo de amigos celebrando el cumpleaños de uno de ellos.

Al cerrar el establecimiento de ocio, sobre las 6:00 de la mañana, ella se marchó rumbo a su domicilio, cuando un sujeto la atacó por sorpresa, agrediéndola sexualmente en las afueras del mercado de Sabadell. Sometiéndola con violencia e intimidación. El agresor aprovechó el estado de miedo, conmoción y nerviosismo en el que se encontraba la joven. Haciendo uso de su corpulencia la cogió fuertemente y la condujo hasta una nave comercial ocupada. En el interior del lugar la joven se vio rodeada de seis individuos que ejercieron sobre ella una fulminante intimidación ambiental. 

¿Acaso no es igual de culpable el que actúa directamente en la agresión como el que impide salir del lugar o no hace nada para detenerlo? Pues bien, para la legislación tanto el autor como el cooperador necesario presentan la misma responsabilidad penal.

Las palabras se quedan cortas para definir el terror vivido. Temiendo perder la vida, observó el propio rostro de la maldad que yacía en cada uno de ellos. Sin importar los ruegos, las súplicas y el llanto de la joven. El sujeto que la condujo a la nave, la introdujo en uno de los habitáculos del local.

Jorge Albertini. 

Lo que ocurrió posteriormente, no merece la pena describirlo con detalles. La joven, una vez más fue agredida sexualmente por el canalla que la condujo, sumándose dos sujetos de forma individual e indistinta.

El tercer fulano sujetó a la joven, la retiró del inmundo habitáculo y la trasladó a unos pocos metros, llevándola al ambiente principal del hediondo lugar, mientras ellos volvían a discutir supuestamente en Árabe. Ella presumía que estaban discutiendo si la iban a matar o no.

Bajo esa siniestra circunstancia y sintiendo que su vida pendía de un hilo, mi valiente representada pudo prestar atención a las características del execrable lugar y observar una vez más las facciones de los tres autores materiales y de los otros tres facinerosos que cooperaron en la comisión de tan deleznable “presunta agresión sexual múltiple”.

Llorando estremecida imploró para que le dejaran ir. Dijo que no diría nada. El tercer agresor, la agarró fuertemente y mediando violencia la llevó hacia la calle. En esa avenida y siendo aproximadamente las 7:30 de la mañana, el desalmado sujeto la mantuvo sometida y la llevó caminando con dirección desconocida. Ella observó las luces de un coche que salía del parking próximo, y viendo que era la única oportunidad de escapar del violador, se libró y acudió al encuentro del coche para pedir ayuda a un matrimonio con su menor hija que se encontraba en el interior. La pareja pudo observar como el sujeto huía del lugar en otro acto más de cobardía.

La preparación de la declaración

Antes del juicio se preparó psicológicamente mi representada para afrontar el interrogatorio, sabía que las partes procesales contrarias, en el desarrollo profesional de la defensa de sus clientes, iban a poner en duda su testimonio y que habría preguntas poco agradables, por decir lo menos.

Recordar es doloroso, pero mi representada tuvo la valentía, los arrestos suficientes y la templanza necesaria para afrontar el trago amargo de tener que narrar los hechos una vez más. Ha sido una “Catarsis” el extraer desde lo más profundo de su fuero interno el dolor que sentía. Gracias a su declaración testifical pudo acreditar que los acusados actuaron con violencia, ejerciendo intimidación y sin que mediara consentimiento. Situándolos en el lugar de los hechos.

En este caso su narración iba sostenida también por los informes periciales, en los cuales se determinó, por ejemplo: Que las lesiones son compatibles a las agresiones sexuales sufridas. Que se encontró en la víctima material seminal coincidente. Que en el informe psiquiátrico, la afectación psíquica y moral causada a la víctima es compatible. Entre otros.

Cuando escucho las injustas críticas contra Su Señoría el Ministerio Fiscal, porque recordemos que el Fiscal también es señoría, entiendo que aquellas personas profanas del conocimiento jurídico critiquen el interrogatorio, quizá les parece “agresivo o inadecuado”, pero recordemos que estamos dentro de un trámite riguroso y formal, donde la máxima es “extraer la verdad” y por tanto el interrogatorio tiene una serie de elementos que deben ser respetados, como realizar preguntas claras y concretas. Así podemos acreditar que existió violencia, intimidación y que no medió consentimiento. De lo contrario nos podemos enfrentar a una declaración que carece de credibilidad.

La nave de Sabadell donde se produjo la violación múltiple.

El Fiscal estuvo presente en el proceso desde la instrucción, por tanto conocía perfectamente los hechos, él era el más calificado para la labor. Indudablemente el Fiscal realizó un interrogatorio prudente, cauteloso y necesario para acreditar de forma objetiva la realidad de lo ocurrido. “Yo hubiera realizado las mismas preguntas”. El fiscal en su informe final calificó la declaración testifical de la víctima como: “un relato verídico y creíble”.

¿Cómo se puede juzgar la actuación del Fiscal escuchando apenas un breve fragmento del interrogatorio? Estas personas no han escuchado la totalidad del interrogatorio. El Fiscal en todo momento ofreció, con muchísimo respeto, disculpas por el tipo de preguntas que estaba obligado a realizar.

Sólo merece mencionar que la declaración de los acusados fue carente de sentido lógico. Argumentos basados en relatos plagados de contradicciones y falacias baratas. Tan inverosímil como una narración de Poe o Kafka. Los relatos de los acusados se vieron enfrentados contra varios elementos de corroboración objetiva que no podían rebatir. Sin tener en cuenta que los propios testigos aportados por los acusados, ante el interrogatorio que les hice, cayeron en un sinfín de contradicciones e incoherencias, perdiendo total credibilidad .

Todos los elementos indiciarios obtenidos durante la etapa de instrucción, se deben practicar durante la celebración del juicio, de esta manera, tras la valoración objetiva por parte del juzgador, se constituyen en prueba, dando lugar a una sentencia motivada. Es por ello, que la declaración testificar de mi representada, debe ser también repetida y practicada en el plenario.

Tengo una confianza férrea y absoluta en nuestro sistema judicial basado en el estado de derecho y en el criterio objetivo del tribunal. Seguramente hay una serie de elementos que se pueden mejorar con el tiempo, ello depende también de nosotros mismos como sociedad. Con sus defectos y virtudes disfrutamos de un estado garantista, donde los derechos se respetan y por tanto debemos permanecer orgullosos de nuestros magistrados, jueces, fiscales y de los distintos cuerpos de seguridad del estado.

En resumen, el juicio se ha desarrollado de forma profesional y objetiva, ahora toca esperar una sentencia condenatoria y que así, mi valiente representada pueda permitirse pasar página de este triste capitulo.

COMPARTIR: