26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La autopsia no descarta que los agresores usaran objetos contundentes, pero los golpes más graves fueron consecuencia de patadas

Los detalles no conocidos del asesinato de Samuel: La policía rastrea los teléfonos en busca de más cómplices

Samuel.
Samuel.
Los investigadores del crimen del joven Samuel reúnen pruebas biológicas y de ADN de la presunta participación de los detenidos por el asesinato. Según ha podido saber ElCierreDigital.com, la rápida investigación de la Brigada de Policía Judicial de La Coruña se centra ahora en analizar el contenido de los teléfonos de los detenidos para localizar a más cómplices.

Primero fue recabar y consolidar los testimonios de todos los testigos del crimen, un aporte fundamental para cualquier investigación, y luego, compararlos con las imágenes de las cámaras de seguridad. Para lo primero, los investigadores contaron con la gran ayuda de los testigos que efectuaron unas declaraciones detalladas del aspecto, la ropa y hasta los nombres de algunos de los presuntos asesinos.

Vanesa, la amiga de Samuel que estaba al otro lado de la videollamada, fue la primera en señalar “el pelo corto, piel morena, vaqueros y zapatillas blancas” de uno de los presuntos homicidas, otros testigos llegan incluso a señalar que se trata de una pandilla de la zona de Elviña, conocida por su afición a la marihuana. Lina, la amiga que estaba con Samuel y presenció los insultos homófobos y la primera agresión a la víctima, aporta descripciones similares, pero tras esa primera agresión fue a buscar el teléfono de Samuel por petición de la propia víctima y no estuvo presente en la segunda fase de la agresión que le costó la vida a su amigo.

Pruebas científicas que vinculan directamente a los agresores

Los investigadores han reconstruido las dos fases de la agresión, los más de 150 metros en que la víctima fue perseguida, acosada y asesinada a golpes, con los detenidos mayores de edad como principales actores del crimen. Desde el joven que le dio a Samuel el primer y el último golpe, su novia, los que le propinaron los golpes más graves, el que robó el móvil de la víctima y los dos menores que supuestamente también participaron en la agresión. Los cinco están en prisión y en un centro de menores, todos, salvo la novia del principal agresor, acusada también del homicidio, pero en libertad provisional por su papel menos beligerante en los hechos a pesar de que la policía acusa a esta joven de agredir a las personas que intentaron proteger a Samuel.

Samuel Luiz. 

Los investigadores cruzaron las declaraciones de los testigos con los vídeos del suceso y, a pesar de la poca nitidez de las imágenes, consiguieron identificar a los presuntos agresores y detenerles. Durante los registros en sus domicilios la policía se incautó de la ropa y otros efectos que probarían sin duda su implicación en los hechos tras los análisis de ADN y de restos biológicos. De ahí que, a pesar de las acusaciones de una supuesta lentitud de la investigación, se trata exactamente de lo contrario. Los investigadores de la Brigada de Policía Judicial trabajaron a toda velocidad, pero con la máxima de llevar a cabo una investigación sin tacha que garantizarará los indicios suficientes para poner a disposición de la Justicia a cada uno de los auténticos responsables del asesinato de Samuel.

La policía analiza los teléfonos de los detenidos 

Un problema con el que se ha topado la reconstrucción policial de los hechos es que sólo uno de los 20 testigos a los que se ha tomado declaración corrobora la versión de la amiga de Samuel sobre los insultos homófobos. Aquí llega el segundo problema, la amiga de Samuel, presente durante la primera fase de la salvaje agresión, no lo estaba durante la segunda fase de la brutal paliza que le costó la vida a su amigo. 

A pesar de ello, los policías no han descartado la motivación homófoba del crimen y siguen buscando pruebas e indicios que refuercen esa hipótesis. Este es el motivo por el que, en sus primeros informes al juzgado, no hayan jugado la baza de la homofobia, aunque advierten que no es descartable. Precisamente, los policías se centran ahora en el vaciado de los teléfonos móviles de los seis detenidos para rastrear posicionamientos, mensajes y llamadas que puedan revelar la existencia de más cómplices o un móvil homófobo en la agresión.

La autopsia no descarta objetos contundentes

Los investigadores están convencidos de que Samuel murió a causa de las patadas salvajes que le propinaron. Sin embargo, no descartan que en alguno de los golpes los agresores usaran algún objeto contundente aunque no creen que se utilizara un “puño americano” o similar. No obstante, cabe señalar que La Policía Nacional ha hallado un puño americano con navaja y dos martillos rompecristales (utilizados en caso de emergencia) en casa de uno de los dos menores detenidos.

Lo que sí parecen conocer con certeza es el número de participantes y los golpes que Samuel recibió de cada uno. En ese sentido, los investigadores no desechan practicar alguna detención más antes de finalizar la investigación.

Regularización para los dos senegaleses

Alguno de los acusados, según la policía la novia del principal encausado, llegó a agredir incluso a los viandantes que intentaron proteger a Samuel. Precisamente, el delegado del Gobierno en Galicia se ha puesto en contacto con la Secretaría de Inmigración del Ministerio de Interior solicitando que se regularice la situación de Ibrahima y Magatte, los dos jóvenes senegaleses que intentaron proteger al joven. Uno de ellos consiguió detener la primera agresión a Samuel y el otro le ayudó a huir, llegando a cubrir con su cuerpo a la víctima para evitar que siguieran golpeándolo.

Los presuntos agresores, por su parte, mantienen sus versiones en las que reducen su participación en el crimen y la intensidad de los golpes que propinaron a Samuel, buscando un atenuante por consumo de alcohol y drogas. Sólo el acusado de llevarse el móvil de Samuel se ha declarado inocente por completo, insistiendo en que cooperó con la investigación yendo a declarar voluntariamente en dos ocasiones antes de terminar detenido por los responsables de la investigación.

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