La historia de 'Tuta' Moreno, la lideresa social colombiana asesinada a tiros por sicarios

La violencia y el crimen organizado de nuevo han acabado con la vida de una inocente. Esta vez la víctima ha sido Jesusita Moreno Mosquera, la lideresa social del departamento del Chocó, más conocida como ‘Doña Tuta’.

Según las informaciones policiales, el incidente tuvo lugar sobre las 17:50 del pasado martes en Cali mientras la mujer de 59 años estaba celebrando el cumpleaños de su hijo junto a su círculo cercano.

La víctima, que llegó hace apenas un mes a esta ciudad para recuperarse de un problema de salud, fue disparada en varias ocasiones por unos sicarios que lograron localizarla. Tras el ataque, Jesusita fue trasladada a un centro asistencial cercano pero desafortunadamente terminó falleciendo por la gravedad de sus heridas.

Según ha informado la Policía Metropolitana de Cali, los agentes han detenido a un hombre con antecedentes penales por homicidio, hurto calificado y agravado y fuga de presos, como culpable del asesinato de doña Tuta.

Más de 30 años defendiendo los derechos humanos

El crimen que ha acabado con la vida de Jesusita Moreno ha provocado una gran ola indignación en la tierra en la que ella siempre trabajó. Doña Tuta no fue solamente una lideresa social muy reconocida, sino que era también una incansable defensora de los derechos humanos de las comunidades víctimas de la violencia en Noanamá, Medio San Juan y Chocó.

La lideresa afrodescendiente trabajó durante muchos años como registradora municipal y también con la autoridad ambiental del departamento, sin dejar de lado su trabajo de acompañamiento y gestión con las comunidades afro e indígenas.

Doña Tuta de joven.

Mosquera, según recogen distintos medios colombianos, se enfrentó durante toda su vida al conflicto armado que devasta su territorio para que las comunidades negras e indígenas pudiesen vivir en paz. En los últimos años, 'doña Tuta' llevaba un establecimiento comercial situado en las cercanías de un embarcadero y durante los últimos meses, encabezó el Espacio Humanitario en su natal Noanamá.

Su papel de lideresa le venía de familia ya que sus progenitores también ejercieron liderazgos en Noanamá, el corregimiento a orillas del río San Juan, en la zona en la que Jesusita nació y vivió casi toda su vida. Jesusita fue una pieza fundamental del desarrollo y la consolidación de la Asociación Campesina del río San Juan (Acadesan) que, en la actualidad, se ha convertido en el segundo mayor consejo comunitario del Chocó y del país.

Por si fuera poco, Jesusita también realizó labores de intermediación con diferentes grupos armados que ocuparon la zona en que ella vivía después del año 2000, tras la llegada de las FARC y los paramilitares a su región. Allí, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) mantenía una presencia esporádica desde los años ochenta. La lideresa siempre actuó en defensa de las comunidades y exigiendo el respeto a la vida.

Doña Tuta también colaboró en la intermediación de varios secuestros como el del excongresista Odín Sánchez que, según contó ella a periodistas en 2001, fue secuestrado por el ELN, y realizó gestiones de acercamientos para una posible liberación de Tulio Mosquera, ex alcalde de Alto Baudó, también secuestrado por el ELN. En este caso, su intervención no fue exitosa ya que el político falleció el año pasado en poder del grupo armado en hechos que aún no han sido esclarecidos.