25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La trama consiguió casi dos millones de euros engañando a varias entidades bancarias en el norte de España

Una mujer de 66 años detenida en Cantabria por liderar junto a su hijo una banda dedicada a estafar y blanquear a través de hipotecas bancarias

La Guardia Civil con uno de los detenidos
La Guardia Civil con uno de los detenidos / Guardia Civil
Diez personas fueron detenidas por estar vinculadas a una organización que defraudó dos millones de euros. Usaban testaferros con problemas económicos para realizar sus operaciones de compra-venta de viviendas. La cabecilla, de 66 años, y su hijo, de 47, tenían antecedentes por estafa y blanqueo de capitales en Francia por valor de 3.000.000 euros.

La Guardia Civil y la Agencia Tributaria desarticularon una organización criminal dedicada a estafar y blanquear dinero comprando viviendas y solicitando hipotecas en el marco de la operación ‘Tanquetas’.

Los cuerpos de seguridad detuvieron a diez personas en las localidades cántabras de Castro Urdiales, Laredo y Bárcena de Cicero y en las ciudades vizcaínas de Bilbao y Getxo. El presunto fraude pudo llegar a superar la cantidad de los 2.000.000 euros.

Los investigadores consideraron a una mujer de 66 años y vecina de Laredo como supuesta cabecilla de la trama, junto a su hijo de 41 que vivía en Bárcena de Cicero. 

El resto de los detenidos eran usados como testaferros para la compra de las viviendas y la obtención de los préstamos hipotecarios. La organización en un año y medio adquirió 15 viviendas en lugares de Cantabria como Colindres, Castro Urdiales y Laredo.

Incrementaban el precio de venta de las viviendas

La operación se inició el pasado mes de febrero cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de posibles irregularidades en la compra-venta de una vivienda que se había escriturado en un precio superior a lo pactado sin el conocimiento de la parte vendedora.

Esta información hizo posible que los investigadores pusieran al descubierto la existencia de este grupo criminal que, con la ayuda de documentación falsa, estafaba a entidades bancarias para así obtener hipotecas por importes superiores a los precios acordados con el vendedor de las casas. Dada la complejidad de la documentación financiera a estudiar, la Guardia Civil acudió a la Agencia Tributaria para que continuaran con el caso de forma conjunta.

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Agentes de la Benemérita durante el registro | Guardia Civil

La mujer y su hijo que ejercían de cabecillas tenían antecedentes por estafa y blanqueo de capitales en Francia. A los dos se les acusó de haber causado un perjuicio de unos 3.000.000 de euros a entidades bancarias, tras obtener 25 préstamos hipotecarios y consumo no amortizado.

Los testaferros cobraban 6.000 euros

La organización captaba a testaferros para realizar las operaciones de compra de los domicilios y petición de préstamos hipotecarios. Estas personas carentes de medios económicos recibieron unos 6.000 euros de retribución por cada operación en la que participaban. 

La trama se centraba en la adquisición de viviendas por medio de esos testaferros, supervisados por la cabecilla de la organización, los cuales marcaban para escriturar precios superiores al pactado, sin conocimiento de la parte vendedora. Después, para obtener las hipotecas, el grupo preparaba documentos falsos a nombre de los mencionados testaferros en los que incluían contratos de trabajo, declaraciones de renta y nominas entre otros.

El dinero de las hipotecas era ingresado en cuentas bancarias a nombre del testaferro pero que estaban siempre controladas por la cabecilla de la red. Un vez se abonaba el precio de la vivienda al vendedor, a la organización le quedaba el importe de venta inflado en escritura. Gracias a esto, el grupo criminal llegaba a obtener beneficios de entre 30.000 y 50.000 euros.

Esta sobrevaloración de precio en escritura posteriormente repercutía fiscalmente en el vendedor que tenía pagar cuantías de impuestos mayores por un dinero que realamente no había recibido.

Solo pagaban las primeras cuotas

Las primeras cuotas de los préstamos eran siempre abonadas, pero después de unos meses estas se dejaban de pagar, lo que hacía que las viviendas siguieran perteneciendo al grupo criminal y pudieran alquilárselas a terceros.

El pago de estos alquileres se transfería en efectivo a la cabecilla de la red o con un ingreso bancario a su hijo. Todas las operaciones de arrendamientos analizadas eran opacas fiscalmente, algo que le daba un beneficio integro a la organización.

Diez detenidos

Durante el mes de octubre, tanto la Guardia Civil como la Agencia Tributaria desarrollaron la operación, que terminó con un saldo de 10 detenciones y 3 registros domiciliarios, dos en Bárcena de Cicero y uno en Laredo.

En estas entradas se incautó cuantioso material documental, de enorme valor para la operación ‘Tanquetas’ y para lo acontecido en Francia. También se confisco material informático.

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Agentes de la Guardia Civil durante un registro  | Guardia Civil

De momento, la investigación sigue abierta, ya que se han puesto al descubierto 15 operaciones relacionadas con estafas a entidades bancarias en Cantabria cuyo fin era engañar para conseguir préstamos hipotecarios, y otras 10 operaciones de préstamos personales.

Según informaciones policiales, además del importante patrimonio inmobiliario conseguido y los beneficios económicos generados por los préstamos, la cabecilla también tenía en su poder acciones bursátiles, las cuales están a nombre de su hijo. Por su parte, la autoridad judicial procedió al bloqueo y embargo preventivo de 8 cuentas bancarias y una vivienda unifamiliar en Bárcena de Cicero.

La operación la dirige el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Castro Urdiales, mientras que la investigación está desarrollada por efectivos de los Equipos de Policía Judicial de la Castro Urdiales y Laredo, y agentes del Área Regional de Vigilancia Aduanera de Cantabria dependientes de la Agencia Tributaria.

Durante la fase de explotación del caso, tuvieron que intervenir una cuarentena de efectivos de las unidades investigadoras y de Unidad Especial de Seguridad Ciudadana de la Compañía de Laredo (USECIC), un perro detector de dinero del Servicio Cinológico y miembros de la Policía Judicial de Bizkaia.

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