29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

El juicio contra César Román comenzará el 10 de mayo en la Audiencia Provincial de Madrid y su defensa usará este documento como gran baza oculta

El último cartucho de la defensa del Rey del Cachopo: Un informe psicológico lo define como "narcisista y megalómano, pero no asesino"

Exclusiva César Román, rey del Cachopo.
César Román, rey del Cachopo.
Es el último cartucho de la defensa de César Román antes del juicio previsto el próximo 10 de mayo por el presunto asesinato de la que fue su pareja, Heidi Paz. La defensa del Rey del Cachopo hará valer un informe de parte encargado a una prestigiosa psicóloga en el que le definen como narcisista, impulsivo, megalómano...pero no un asesino. El Cierre Digital tiene acceso en exclusiva a ese informe que dibuja el perfil del Rey del Cachopo partiendo de sus relatos desde la cárcel.

La vida de César Román, rey del Cachopo, da para una novela. Una infancia difícil marcada por la separación de sus padres, educado por sus abuelos y, según su propio relato, obligado por las circunstancias a trabajar desde los doce años. Desde una edad tan temprana y sin terminar sus estudios de administrativo, Román se abrió camino en la vida siempre mirando hacia adelante, con tenacidad pero también al ritmo que dictaban sus impulsos.

Ante el equipo de psicólogos que le visitaron hasta en cinco ocasiones en la prisión madrileña de Soto del Real ( sin cristal por medio a petición del propio César Román) el autodenominado “Rey del Cachopo” fue desgranando su vida a lo largo de quince horas de entrevistas en profundidad. Una historia, la de su vida, que quedó plasmada en un informe de 80 páginas ya presentado por su defensa ante el juzgado que lleva el caso.

Desde su celda en Soto del Real, donde permanece desde 2018 en prisión provisional acusado del homicidio de su última pareja, el Rey del Cachopo no oculta el alto concepto que sigue teniendo de sí mismo. Es lo primero que llama la atención de los profesionales que se entrevistan con él, “esta tendencia narcisista casi megalómana que se traduce en la exhibición inflada de sus propios logros o la versión coloreada de la historia de su vida”. Un narcisista de libro, pero no enfermizo, según los especialistas: "esa imagen que tiene de sí mismo le lleva a manejarse con soltura y decisión en nuevos ámbitos y superar todos los obstáculos". De hecho, la vida de Román es una montaña rusa de emociones, según él mismo cuenta, que empieza con sus relaciones amorosas con jóvenes modelos a una edad temprana, para más adelante mantener una relación duradera con otra mujer que supera en 20 años de edad.

Román y su novia Heidi Paz.

El elemento común a todas sus relaciones, según él, es que "el Rey del Cachopo" nunca es responsable de sus  rupturas sentimentales y que estas terminaron de forma amistosa en la mayoría de los casos. Las culpables siempre son sus parejas o el aburrimiento, o los caminos de la vida que les separaron. Su primer amor, una modelo, terminó cuando ésta se marchó al extranjero por motivos laborales. Si le condenaron por un delito de género contra su ex mujer (amenazas e insultos) fue porque ella, “despechada”, le denunció en falso. Si rompió la orden de alejamiento de aquella mujer, fue porque la hija de ambos se encontraba muy enferma y antepuso la necesidad de hablar con la madre a la orden de alejamiento...

Pasa igual con su ajetreada vida laboral, César Román lo mismo se desenvuelve con soltura como hostelero (su verdadera pasión) que como sindicalista. Román es capaz de trabajar como director de recursos humanos, a continuación montar un restaurante (otro más) o ser redactor jefe de “un diario nacional”. Sin embargo, sus negocios o trabajos caducan con rapidez aunque nunca por responsabilidad del propio César Román. Según Román, la culpa es la falta de visión de sus jefes, las conspiraciones políticas y sindicales por las que fue expulsado de CCOO, o la necesidad de emprender otro negocio o mudarse de ciudad. Cuenta Román que siendo director de recursos humanos perdió su trabajo por intentar corregir al director de la empresa sobre el rumbo que tomaba su negocio. O que cuando un juzgado de Málaga le acusó de falsedad y estafa, en realidad le tomaron como cabeza de turco para echarle la culpa a él de los desmanes de la empresa donde trabajaba.

¿Y cómo es capaz de rehacer su camino una y otra vez? Según los expertos, porque el Rey del Cachopo es enérgico, extrovertido, sociable... pero también muy competitivo, poco controlado y manipulador. Algo que los expertos no ven como un elemento patológico, sino como un rasgo de su personalidad.

Los psicólogos lo ven como alguien equilibrado, pero también advierten en el Rey del Cachopo un grado reseñable de impulsividad, incapacidad para planear muchas de sus decisiones y de calcular las repercusiones de sus actos. Quizá por esos impulsos sus objetivos no se cumplen como él quisiera y eso le hace desconfiado y suspicaz. Los expertos no lo mencionan, pero lo que sigue a la desconfianza serían los celos. Román tiene, a juicio de los expertos, rasgos de personalidad paranoides y antisociales pero no como indicadores de una patología sino como algo atenuado que se incluye en su forma de ser.

Llama la atención que para tratarse de un informe de parte, no facturado por peritos neutrales del juzgado sino por peritos contratados por la defensa de César Román, estos no omiten los rasgos a priori negativos de su personalidad dentro del análisis del sujeto. Sin embargo es en su relación con las mujeres donde César Román saca sus mejores notas. Los expertos no ven en el Rey del Cachopo ni rastro de rasgos que le inclinen hacía la violencia sexual, sino lo contrario. Los psicólogos valoran su personalidad como la de alguien con riesgo bajo de violencia hacia la mujer, aunque matizan que esta percepción la extraen exclusivamente del propio relato de Román cuando lo correcto sería tener en cuenta también el relato de la parte femenina de la historia. Sin embargo, ese relato no será posible tenerlo en cuenta porque Heidi Paz está muerta, presumiblemente asesinada por la persona que descuartizó sus restos. Los expertos, teniendo en cuenta el relato de César Román y los hechos de los que se le acusan, sitúan a Román como alguien con riesgo medio de violencia hacia la mujer.

En resumen, y como conclusión, el equipo de psicólogos ve a Román como alguien narcisista, incluso megalómano, manipulador, impulsivo...pero no agresivo con las mujeres pese a tener una sentencia firme por violencia de género contra una de sus parejas y otra por romper las órdenes de alejamiento. “El Rey del Cachopo” es para estos psicólogos alguien estable, equilibrado y con ciertos matices de personalidad que no le convierten ni en un asesino ni en alguien con trastorno psicopatológico.

Asesinato de Heidi Paz

Unas conclusiones halagadoras para el acusado de homicidio que, sin duda, va a usar su defensa durante el próximo juicio, especialmente porque la acusación que representa a la familia de Heidi Paz pide que además de por homicidio se condene a César Román por un delito de malos tratos anterior al presunto asesinato de su pareja. Tanto la Fiscalía como la acusación particular en sus escritos acusan a Román de matar a Heidi Paz.

Según el relato de la Fiscalía, Heidi y César se conocieron en abril de 2018 cuando ella trabajaba como camarera en uno de los restaurantes de “El Rey del Cachopo”. Tras dos meses de relación la víctima comenzó a pensar en romperla, por eso dejó una nota en la vivienda que compartían y se marchó “para pensar”. En agosto Heidi regresó, sigue exponiendo la Fiscalía, y tuvieron una discusión previa por teléfono que continuó en el domicilio de Román al no aceptar éste la separación. Allí, siempre según la Fiscalía, sucedió el crimen.

Román supuestamente seccionó del cuerpo de Heidi la cabeza y extremidades y se deshizo de ellos. A continuación metió el tronco en una maleta y se trasladó en taxi hasta la nave que tenía alquilada donde lo roció con sosa cáustica e intentó quemar los senos para que no identificaran a la víctima por el número de serie de los implantes de silicona. Tras el hallazgo del cadáver, según la Fiscalía, César huyó a Zaragoza donde finalmente fue detenido meses después.

Desde entonces Román se encuentra en prisión provisional, y como ha hecho con los psicólogos que han elaborado su informe, le cuenta a todo el que quiera escucharle que es inocente y que Heidi posiblemente murió a manos de unos traficantes de droga que la conocían y les amenazaron a ambos. Será un tribunal popular el que decida en mayo, contando también con este informe, el destino de César Román.

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