17 de junio de 2024
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FIN DE SEMANA

Antes de habitarla el ex primer ministro italiano, fue del marqués Camilo Casati Stampa, que mató a su mujer y a su amante antes de suicidarse en 1970

Los crímenes que esconde 'Villa San Martino': La gran mansión que compró Silvio Berlusconi

Villa San Martino.
Villa San Martino.
Silvio Berlusconi falleció el pasado 12 de junio con 86 años. Sus cinco hijos heredarán un extenso patrimonio en el que destacan sus empresas y propiedades. Una de ellas es Villa San Martino, propiedad que perteneció al marqués Camilo Casati Stampa y que pasó a manos de Berlusconi a raíz del doble crimen que el marqués cometió contra su mujer y el amante de esta antes de suicidarse.

El pasado 12 de junio fallecía Silvio Berlusconi a los 86 años. Ex primer ministro italiano, fundador de Forza Italia y empresario, el conocido como Il Cavalieri de Milán dejó un gran legado político y mediático tras de sí, así como un gran patrimonio que heredarán sus cinco hijos. En él destacan las empresas de su imperio —entre las que figuran Mediaset, el grupo editorial Mondadori y el banco Mediolanum—, pero también la mansión que adquirió en los setenta cuando su carrera empresarial estaba despegando: Villa San Martino.

Silvio Berlusconi vivió en Villa San Martino (Arcore, Italia) durante unos años. De hecho, esta vivienda fue uno de los escenarios en los que el empresario habría realizado lo que él mismo llamó “cenas elegantes”, pero que saltaron a los medios de comunicación como presuntas orgías en las que había sexo incluso con menores de edad. Berlusconi tuvo que responder ante la justicia en el año 2010 por este escándalo llamado ‘bunga bunga’, del que finalmente fue absuelto debido a que “el hecho no subsiste”.

Silvio Berlusconi y su partido Forza Italia.

No obstante, no era la primera vez que Villa San Martino pertenecía a un hombre que acabaría saliendo en la prensa por sus escándalos. Precisamente, fue un crimen, que conmocionó a la sociedad italiana, lo que hizo que la mansión pasara a formar parte del patrimonio del empresario italiano.

El marqués Camilo Casati Stampa

Antes de que la propiedad fuera a parar a manos de Silvio Berlusconi la mansión pertenecía al marqués Camilo Casati Stampa. Poseedor de una gran fortuna, había heredado de su familia edificios, viviendas, fincas, castillos e incluso extensiones de tierra. Una de las propiedades era Villa San Martino. Y aunque no fue donde tuvo lugar el crimen que él mismo cometió, sí que fue a causa del crimen por lo que acabó en manos de Berlusconi.

Para contar su historia, hay que remontarse al primer matrimonio de Casati, con la bailarina napolitana Lidia Holdt. Con ella tuvo una hija —que sería la que, tras su muerte, heredaría Villa San Martino—, Anna María. También se llamaba Anna, concretamente Anna Fallarino, la mujer con la que se casaría después y que sería la causa de sus alegrías… y de su desdicha.

Anna Fallarino era una aspirante a actriz ­­­—participó en la película ‘Totó Tarzan’ con Sophia Loren— que estaba casada con Giuseppe ‘Peppino’ Drommi cuando conoció a Camilo Casati, en una fiesta en Cannes. Tras ese primer encuentro surgió el amor entre ambos y no tardaron en anular sus matrimonios anteriores para poder casarse en el año 1959.

Fantasías y un doble crimen con suicidio

Camilo Casati y Anna Fallarino se convirtieron en la pareja de moda. La mujer era exactamente lo que Casati esperaba de ella: alguien que alimentaba sus fantasías sexuales. Y es que a Casati le gustaba observar a su mujer manteniendo relaciones sexuales con otros hombres. Desde su luna de miel, fueron varios los varones a los que el marqués pagó para hacer realidad sus sueños.

Aunque no se limitaba solo a observar. Casati sacaba fotografías de los encuentros y apuntaba sus impresiones en un diario que salió a la luz después del crimen, junto con algunas de las instantáneas que sacó de su esposa.

Todo fue bien mientras que Anna Fallarino satisfacía sus gustos sexuales manteniendo relaciones esporádicas con otros hombres. Hasta que uno de ellos traspasó el límite sexual. Era Massimo Minorenti, tenía 25 años y dirigía las juventudes fascistas. Para entonces corría el año 1970 y la pareja de marqueses tenía alrededor de 40 años.

Camilo Casati, Massimo Minorenti y Anna Fallarino.

Fallarino se enamoró del joven y cuando el marqués se dio cuenta de que su esposa le había “engañado con el corazón”, planeó el crimen. “Amore mío, perdóname, pero lo que haré, debo hacerlo. Adiós, la única alegría de mi vida”, fue lo último que escribió en su diario, según ha recogido el diario El País. Lo hizo antes de acudir a un dúplex en el centro de Roma con una escopeta. La utilizó para matar a su esposa y a su amante y posteriormente suicidarse. Disparó tres veces a la mujer, dos al joven y utilizó un único disparo para sí mismo.

Una mansión comprada con acciones

La hija del marqués, Anna Maria, heredó Villa San Martino tras el crimen. No obstante, hasta el año 1972 —cuando cumplió la mayoría de edad— no pudo decidir qué hacer con ella. Quiso venderla, ya que las propiedades de su padre le traían malos recuerdos.

El único interesado en comprarla fue Silvio Berlusconi, pero no ofrecía la cantidad que Anna Maria esperaba. Tampoco lo hacía con dinero en efectivo, sino con acciones de una de sus empresas. Ofreció un total de 500 millones de liras en acciones. Anna Maria aceptó y procedió, posteriormente, a vender las acciones que Berlusconi le había vendido. Fue él mismo quien las compró por la mitad de su valor.

De este modo, Villa San Martino y todo lo que se alojaba entre sus paredes pasó a formar parte del patrimonio de Silvio Berlusconi. Tenía obras de arte de gran valor, así como muebles y una gran biblioteca.

Ahora, tras la muerte del ex primer ministro italiano, la villa pasará a manos de sus herederos junto al resto de su gran patrimonio.

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