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Las claves del intento de golpe de Estado en Bolivia con dos mandatarios.
SUCESOS

Tensión en Bolivia tras su 39 intento de Golpe de Estado de militares: Las claves

Liderado por el cesado comandante, Juan José Zuñiga, el Ejército Nacional ‘asedió’ este miércoles la sede del Ejecutivo

La situación de inestabilidad en América Latina ha vuelto al foco esta semana. Durante la jornada de este miércoles 26 de junio, Bolivia se sumió en el caos durante horas  y vivió una situación de crisis en La Paz cuando miembros del Ejército, liderados por el destituido comandante general Juan José Zúñiga, se dirigieron hacia la Plaza Murillo, donde se encuentra la sede del Gobierno boliviano. Esta acción, calificada como un intento de golpe de Estado por el presidente Luis Arce, generó incertidumbre y dejó al país en una situación de tensa calma. 

El general Zúñiga ingresó al Palacio de Gobierno en una tanqueta militar, acompañado de soldados armados, para reunirse brevemente con el presidente Arce, quien le ordenó retirarse. Posteriormente, Zúñiga se dirigió a la prensa y prometió restaurar la democracia, liberar a presos políticos y mencionó a figuras de la oposición. Aunque insinuó que la orden de irrumpir en el Palacio fue dada por el propio Arce para supuestamente aumentar su popularidad, el Gobierno negó cualquier implicación en un autogolpe.

Un hombre con gafas y una banda presidencial de Bolivia levanta el puño mientras habla apasionadamente.
Luis Arce, presidente de Bolivia. | El Cierre Digital

Tras las declaraciones de Zúñiga, el presidente Arce denunció un intento de golpe de Estado y realizó cambios en la cúpula de la Fuerza Pública. El nuevo comandante del Ejército,  el general José Wilson Sánchez, ordenó a las tropas retirarse del Palacio de Gobierno. Posteriormente, Zúñiga fue detenido y se abrió una investigación en su contra. En 'vísperas' de las elecciones presidenciales de 2025, Bolivia ha sufrido esta semana un duro golpe contra su estabilidad democrática y el futuro político del país está en tela de juicio. 

Por su parte, el excomandante general del Ejército de Bolivia, Juan José Zúñiga, líder visible del intento de golpe de estado, fue arrestado al salir de la sede del Estado Mayor, llevado a una dependencia militar y luego restituido de su cargo.

Uno de los momentos más señalados del intento frustrado fue la detención de Zúñiga, que afirmó que en una reunión con el presidente, Arce le indicó que la situación era difícil y que era necesario hacer algo para mejorar su popularidad. Ante la sugerencia de utilizar los vehículos blindados, Arce habría respondido afirmativamente, algo que de momento no se ha podido demostrar.

Un hombre con chaleco antibalas que tiene la palabra
El excomandante Juan José Zúñiga durante su detención. | El Cierre Digital

El ministro de Defensa de Bolivia, Edmundo Novillo, informó que Zúñiga fue destituido la noche anterior a su intento de golpe debido a unas declaraciones en las que amenazaba con capturar a Evo Morales si este intentaba postularse como candidato presidencial en 2025. 

Y es que, tal y como apuntan numerosos expertos internacionales,  el intento de golpe pudo deberse a la supuesta candidatura de Morales a las presidenciales del año que viene, lo que llevó a Morales a organizar una movilización de la población en favor de la democracia. Tras el fracaso del golpe, Morales suspendió las movilizaciones y pidió que los responsables fueran detenidos y juzgados.

Antes de que se produjera el asalto, el presidente boliviano había denunciado la presencia de militares con comportamientos irregulares cerca de la sede del Gobierno. Ciudadanos y medios locales también informaban sobre la presencia de tanques y militares equipados en la zona.

El largo historial de golpes de Estado en Bolivia

A pesar de lo inesperado que ha resultado este intento golpista para muchos analistas internacionales, a lo largo de sus 180 años de independencia,  Bolivia ha experimentado más de treinta golpes militares, con un promedio de un Gobierno cada veinticinco meses.

Evo Morales, expresidente de Bolivia, había advertido previamente sobre la gestación de un golpe de Estado. Precisamente  Morales fue protagonista de otra intentona golpista contra su Gobierno en 2019  cuando, después de tres semanas de protestas y la publicación de un duro informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) sobre irregularidades en las elecciones del 20 de octubre, donde resultó reelegido, Morales decidió renunciar al cargo al ser abandonado por las Fuerzas Armadas y la Policía.

Como consecuencia, Morales fue exiliado en México, desde donde condenó lo que consideró un "golpe de estado artero y nefasto" que llevó a Jeanine Áñez, segunda vicepresidenta del Senado, a autoproclamarse presidenta interina en una sesión sin quórum reglamentario. La llegada de Áñez al poder fue respaldada por el Tribunal Constitucional, las Fuerzas Armadas y la Policía, lo que desencadenó una ola de protestas violentas en el país sudamericano.

Evo Morales levantando el dedo índice.
Evo Morales, expresidente de Bolivia. | El Cierre Digital

Según datos del Centro Cline de Investigación Social Avanzada de la Universidad de Illinois, Bolivia ha experimentado un total de 39 golpes de Estado desde 1946, incluyendo los exitosos, los intentos fallidos y las conspiraciones frustradas. De hecho, en 1985, tras el golpe al presidente Hernán Siles Zuazo —llevado a cabo en junio de 1984—, algunos de los involucrados llegaron a parar en nuestro país, concretamente a Albacete, de donde dos de ellos escaparon para regresar nuevamente a Bolivia.

Los datos indican que hubo 17 golpes exitosos, 17 intentos fallidos —a los que hay que sumar el de este miércoles— y 4 conspiraciones frustradas. Esto convierte al país  en el que más actos de este tipo ha registrado desde el fin de la Segunda Guerra Mundial

A lo largo de la historia, Bolivia ha tenido numerosas dictaduras militares y civiles, así como presidentes que no han completado sus mandatos. La constante intervención de las Fuerzas Armadas en la política del país ha socavado el fortalecimiento de las instituciones democráticas.

En las últimas décadas, la situación no parece haber mejorado. Desde la llegada de Evo Morales al poder en 2006, Bolivia ha experimentado un periodo de agitación política y social que culminó en la renuncia de Morales en 2019 y su posterior exilio.

Con la victoria de Luis Arce en las elecciones de 2020, el país parecía encaminarse hacia la estabilidad, pero las tensiones políticas persistentes entre los seguidores de Morales y Arce amenazan con sumergir al país en una nueva crisis.

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